21/5/20

El rey Trol

Cualquier parecido con algún personaje de la vida real es mera casualidad y sin intención alguna.

El rey Trol
Apuntes de cuarentena; parte 3.

No nació rey pero desde sus albores fue trol. Desde pequeño cuando daba sus primeros pasos como bebé apartaba con ímpetu a quien se le pusiera al frente, sea amigo o enemigo. A cada paso que daba notaba su deformidad pues tenía dos pies derechos y dos brazos izquierdos, lo que le impedía caminar en forma coherente y saludar como toda la gente lo hacía. Sin embargo, una vez creció y anduvo como bípedo superó esos males y se creyó a sí mismo el sol de las tierras medias del trópico de cáncer.

Según su verdad no solo los planetas giraban alrededor de él, más bien lo hacia el universo con sus constelaciones y nebulosas, orbitando todo alrededor de su presencia megalómana.

El rey trol no nació monarca absoluto, pero sí príncipe de los territorios sin justicia de esta zona media. Prometió redención y probidad, esa misma indómita que nunca imperó, la honestidad inmaculada, la santa señora de peinados encopetados.

Desde que fue adolescente siempre se metió donde los leones rugen explorando la lúgubre cueva roja, y aun cuando sus piernas raras nunca pudiesen correr porque a cada paso que daba se tropezaba, siempre salió bien librado gracias a la capa protectora de su padre, ya que por nacer noble del oriente desértico contó con un par de muyahidines que le cubrían su torpe andar.

El rey Trol hoy en día quiere ser el sol proclamado en su macabra forma: “El Estado es él”; sin embargo, su ejército de troles no son suficientes para atormentar el alto azul del cielo que tenemos por sombrero.

Su estratagema, su ardid, su engaño, su ignominia, y tal como sucedió con los anteriores reyes y vizcondes, pronto develará su oscura mascarada, la cual es: ser el trol oriundo del otro lado del continente, el que nunca sintió el saber originario americano, el de las patas chuecas, el atorrante que jamás aprendió a poner sus barbas al remojo.

El rey Trol cuenta con sus esbirros quienes lavan sus ropajes sucios, pero en especial dispone de su Rasputín bananero de mechas largas, un personaje oprobio dispuesto a lamer las suelas de las sandalias asquerosas del barbuchín rey. Pero esa es otra historia que luego les contaré…


No hay comentarios:

Publicar un comentario