10/2/19

Devuelvan lo robado


Devuelvan lo robado

No me cabe duda, “devuelvan lo robado” es una frase que no está agotada, seguirá pululando en el vox populi, una y otra vez más; regresará como un búmeran a las manos de la gente, aun cuando la haya lanzado en campaña fulano o mengano para sus intereses políticos.

Recuerdo que la frase “devuelvan lo robado” la acuñó el ex diputado Calixto Mejía allá por el año 2015, pero se fue diluyendo por que supongo que él sabía que su mismo partido FMLN tenía algunos pendientes. Después Víctor López el audaz asesor español del joven Nayib Bukele la retoma como grito de batalla en plena campaña proselitista.

Ahora la pregunta es: ¿Cuál es la hoja de ruta que el presidente electo seguirá para que devuelvan lo robado? Cómo hará para que Mauricio Funes regrese al país y explique en el banquillo sobre las coimas que se le acusan, cómo hará para que Antonio Saca devuelva las millonadas de dólares que confesó haber desfalcado.

¿Cuál es el plan de acción para recuperar tanto dinero que desapareció de las arcas del Estado durante los gobiernos pasados y que usted señor presidente electo tanto señaló durante su campaña?

Como dije al inicio “Devuelvan lo robado” es un búmeran, un arma que puede golpear al mismo que la lanza si no sabe cacharla.

Espero que le sigan dando consejos atinados los asesores contratados, y a su vez espero también saber, cuánto les paga por sus buenos oficios y de dónde sale ese dinero.



3/2/19

Análisis post electoral - 2019

Un gusto saludarles de nuevo, les comparto mi análisis post electoral.

La naturaleza de las elecciones es ésta: los candidatos hablan y proponen en campaña; luego, los ciudadanos votan y disponen. Pero a partir de los caudales de cada partido o segmentos, así podemos interpretar el discurso que la gente expresa en las urnas a sus gobernantes.

Fuente: Tribunal Supremo Electoral.

Después de los resultados del domingo  3 de febrero podemos decir que Nayib Bukele es el presidente electo de El Salvador en primera vuelta; esto quiere decir que más del cincuenta por ciento de la gente que fue a votar confía en él, pero a su vez, al leer los números del abstencionismo confirmamos que más del cincuenta por ciento de la población en su totalidad no se fía de sus palabras, y de ningún otro político también.

Sería poco ético y profesional no felicitar por su triunfo electoral al movimiento Nuevas Ideas, junto a los partidos GANA y CD, montaron con éxito una mejor estrategia y ganaron; dicho esto debemos preguntarnos entonces, quiénes perdieron y por qué.

30 años, seis elecciones presidenciales, fueron suficientes para que se rompiera el bipartidismos FMLN-ARENA, confirmando así que hemos entrado a otra etapa en nuestra historia como país.

Más que la izquierda o derecha, las grandes perdedoras son las señoras “cúpulas”, y más aun, la doña comandancia del FMLN, perdió más de 1 millón 100 mil votos desde la última elección presidencial. Por otro lado, doña COENA perdió también, lo único que con menos margen, haciéndolo por 600 mil votos menos de los que obtuvieron 5 años atrás, respectivamente.

Es decir, si no entienden estos dos partidos cascarrabias que sus planteamientos y prácticas están caducas es porque les faltan tres dedos de frente. Lo que tenemos a partir de este 4 de febrero es que hay una nueva clase política que accede con otros planteamientos de los que estábamos acostumbrados a oír.

Sin embargo, no todo es bueno al hacer una interpretación más exhaustiva. El ausentismo creció, en otras palabras, llegamos a la penosa marca del 55 % de la población total que no va a las urnas, teniendo esto a su vez su particular significación. Después de todo, así como decía mi profesora de semiótica, “El silencio también es un discurso”.

En buen término democrático, la mayoría del universo total de los salvadoreños le dice al presidente electo Nayib Bukele, y demás clase política: “No confiamos en ninguno de ustedes, sólo lo hacemos en sí mismos y en nuestro trabajo”.

Sin duda este es un reto muy importante que debe tomarse en serio el joven Nayib. En la medida que los que no creen comiencen a confiar en él, en esa medida podrá gobernar o no. Pues tendrá dos partidos opositores que no le auguran buenas relaciones legislativas para sus primeros dos años, por lo tanto, sólo la confianza que le pueda brindar la opinión pública, nacional e internacional, lo podrá salvar de un futuro incierto.