La verdad, la
memoria y la historia
Hablar de estas tres palabras
y llevarlas al contexto real me parece una reflexión justa y oportuna. No
prometo ser breve en este artículo porque podría escribir un libro de estas
tres tristes palabras, pero si les aseguro que me esforzaré por ser entretenido.
Me inspiro en una obra de
teatro capitalino a la que asistí, inmediatamente después de ver el trabajo
pictórico en grafito sobre la pared de Renacho Melgar en el corredor galería
del teatro Luis Poma. La puesta en escena que vi se llama “La Audiencia de los
Confines”, donde tres personajes debaten y parodian sobre su papel y rol en la
sociedad. Los personajes son: verdad, memoria e historia, cada uno con su guión
dramatiza la monumental palabra que representan; resulta ser un juego
entretenido la propuesta del colectivo “Los del Quinto Piso”.
Foto cortesía de René Fuigueroa
No dejé de inquietarme después
de ver la obra, supuse como reflexión final: que los ciudadanos locales, regionales y globales le debemos dar sentido a
nuestro futuro, pues no podemos ir hacia delante desconociendo la historia, debemos memorar el pasado glorioso y penoso a la vez, pero sobre todo caminando
con la verdad en la mano.
En última instancia, esta
trilogía de palabras tan sencillas como se escuchan son las que no quieren que mencionemos,
ni que discernamos al respecto. Es como reabrir heridas dicen los políticos
cuando se les recuerdan verdades enterradas en la historia, ya que quieren que la
gente camine como autómatas con alegría y devoción, produciendo y consumiendo, con
un rumbo de veleta al viento donde soplan los intereses de ultra mar.
Veamos entonces un ejemplo:
en la foto de arriba rememoramos al
diputado Francisco Merino esposado después de herir de gravedad con arma de
fuego a una agente de policía, justo cuando ella cumplía su deber al tratar de
someter al orden a un ciudadano bajo los efectos del alcohol, con el agravante
de ser un Diputado de La República, un ex vicepresidente del país, un ex
presidente de la Corte de Cuentas de la República… vean entonces esta foto que fue retirada de casi todos los archivos digitales, es Francisco Merino la noche
del 26 de agosto de 2000 en San Salvador.
Un hecho que quedó para la memoria del país. En la actualidad
quince años después hasta mentira podría ser, a dicho diputado no se le
castigó de forma alguna, incluso, sigue ocupando un curul en el parlamento
salvadoreño. El suceso se olvidó y no tiene trascendencia en la actualidad.
La verdad:
es que el presidente en turno Francisco Flores a finales de ese año 2000
intentaba dolarizar la economía, y para ello necesitaba los votos en el
parlamento, requería dos terceras partes de sus miembros y para lograrlo convenció a
los diputados de su partido ARENA a que votaran para no desaforar a Francisco
Merino por semejante “oso” que hizo, pues la fiscalía no podía procesar al
parlamentario porque lo protegía la dispensa legislativa ante la ley. A cambio
los miembros del partido PCN a los que pertenecía el susodicho personaje
votarían a favor de la dolarización… Así se pactó y así se hizo. A los días
siguientes de esta transacción dos fuertes terremotos sacudieron el territorio
nacional y el hecho quedó al olvido.
La historia:
es que el Colón dejó de circular paulatinamente, aun cuando afirmaron que eso no
sucedería porque la ley aprobada era de “integración monetaria” no de
sustitución del Colón al Dólar americano, producto de eso el nivel de vida
disminuyó considerablemente y el número de migrantes se disparó, mientras
pregonaban los estadistas que la
tasa de interés se estabilizaba y que la moneda tenía mayor solidez.
La consecuencia cultural fue
la ciudadanía en gemeral y especialmente la juventud, vio a la luz pública que
la institucionalidad del país había dejado sin castigar a un borracho
pendenciero, el cual se salió con la suya, y se dio un sutil precedente: “sí se
puede atentar contra la autoridad (Policía Nacional Civil) y seguir con la vida
normal como si nada hubiese pasado”. No solamente denigraron la moneda como
símbolo nacional, también lo hicieron con la profesión policial.
Quince años después un policía es nada mas un elemento y mientras mueren cumpliendo su deber la sociedad política no le toma la seriedad del caso.
Quince años después un policía es nada mas un elemento y mientras mueren cumpliendo su deber la sociedad política no le toma la seriedad del caso.
Disparar a una agente de la
ley en una trifulca de bolos no debería tener conciliación jurídica ni tampoco prescripción,
por lo tanto aun estamos a tiempo de tomar un buen rumbo para los valores y la
moralidad del país, creando antecedentes correctos.
Los acontecimientos por muy
escandalosos que sean se olvidan, más aun, si son cubiertos por una avalancha de
consecuencias que son hábilmente amontonadas al ciudadano en la agenda
mediática, las cosas por muy escandalosas que sean se terminan empacando en el cajón de los recuerdos.
Con este argumento no estoy
diciendo que el caso anterior sea el origen de la espiral de violencia y
corrupción que vivimos, pero es sin duda una muestra ilustrativa.
Veamos otro ejemplo concreto:
para las nuevas generaciones el retrato que está arriba es de un perfecto
desconocido, pero fue el principal implicado de la mayor estafa del sistema
financiero del siglo pasado, en el año de 1997. Roberto Mathies Hill era un
líder empresarial, político y deportivo, pero hoy es casi un fantasma, se le
imputó un fraude financiero de más de 1250 millones de colones, el equivalente
aproximado a 143 millones de dólares. El caso INSEPRO – FINSEPRO levantó polvo
en sus días pero con el pasar de los meses y los años finalmente los involucrados salieron libres.
La verdad:
es que a finales del siglo pasado hubo un desfalco en la banca tan descarado
que era imposible ocultar, en el cual muchas personas perdieron parte de los
ahorros de sus vidas, principalmente pensionados que depositaron su dinero para
que generara mayores intereses confiando en la institucionalidad de la
superintendencia financiera, la cual se vio involucrada en corrupción también.
El Estado había fracasado una y otra vez más.
En este caso en particular la
administración del presidente Calderón Sol y la Asamblea Legislativa en turno
aprobaron un fondo de 700 millones de colones a través de BCR (Banco Central de Reserva) en el cual el Estado
taparía parte del “hoyo” financiero, pagando un poco más del 60% a los
afectados o estafados, pero hasta en ese proceso hubo injusticias, a unos les pagaron el 100 % y a otros nada. Dicho dinero venía del FOSAFFI, es decir,
fondos de los contribuyentes y de los recién privatizados servicios públicos,
las ventas de los patrimonios del Estado, en otras palabras taparon un agujero
para dejar otro abierto.
La memoria:
quizá en este caso jamás se recupere pues el BCR tenía la “política” de
destruir sus archivos y memorandos técnicos hasta el 2009, por lo tanto, de no
ser por las publicaciones de los periódicos y los testimonios de los afectados
este fraude, también hasta mentira podría ser. Publicación del periódico digital el faro 14 de noviembre de 2010.
La historia:
le dice a los salvadoreños que robar una gallina y un monedero es lo mismo que
apropiarse ilícitamente de más de 100 millones de dólares, es igual la pena en
la cárcel, todo depende de cuánto disponga para pagar abogados y a un sistema
jurídico defectuoso.
Me pregunto: además de todas
las historias que cada quien pudiera agregar a esta temática, cabe la
interrogante: ¿estaremos los ciudadanos interesados en conocer “la verdad”? Las
respuestas podrían ser variadas, pero para evitar la frustración creo que parte
del inconsciente colectivo nos lleva a una salida categórica que es: mejor olvidar.
Veamos otro caso emblemático: En la gráfica que aquí vemos está el
retrato de Rosabel sosteniendo la única foto que tiene de sus progenitores,
ambos fueron asesinados y desaparecidos durante la guerra civil por el ejército
salvadoreño, nos cuenta que tenía once años cuando llegó la Guardia Nacional a
su casa a arrestarlos sin ninguna orden de captura; nunca más los volvió a ver y
quedaron en orfandad ella y sus cinco hermanos. Rosabel aun los lleva en su memoria así como carga siempre la foto en su cartera.
De ahí en adelante los siguientes años fueron un calvario, hasta que llegó a la mayoría de edad logró sobreponerse al golpe sicológico que
eso significó, ahora está a punto de publicar un libro donde narra toda su
historia.
La historia de más de 100 mil personas que perdieron no solo a sus familiares, sino la dignidad y la libertad, por la represión arbitraria que ejercía el gobierno al margen de la ley y los derechos humanos.
La historia de más de 100 mil personas que perdieron no solo a sus familiares, sino la dignidad y la libertad, por la represión arbitraria que ejercía el gobierno al margen de la ley y los derechos humanos.
La verdad:
es que mucha gente vio como ambos bandos en disputa cometieron crímenes
atroces, crímenes de lesa humanidad, y
que hoy en día los responsables no guardan prisión ni castigo alguno por una
ley de amnistía que fue emitida al finalizar la guerra, la cual es amoral e
injusta, pues en pro de la reconciliación quedaron libres un sin número de
asesinos que actualmente figuran, incluso, en la vida pública.
¿Qué explicación o disculpas se
le podría dar a Rosabel si hoy en día ve figurar como políticos a los responsables de dar
la orden de ejecutar a sus padres?, ¿acaso creemos que un monumento donde estén gravados
los nombres de su padre y madre es suficiente para hacer justicia?, creo que
no, justicia sería más bien derogar la amnistía y que el peso de la ley caiga
sobre todos los señalados. Sigo insistiendo, aun estamos a tiempo de hacer lo
correcto.
Mientras tanto seguimos perdiendo
nuestro carácter como pueblo, la sociedad sin justicia es débil, no existe una
corresponsabilidad entre el Estado y los ciudadanos, podría seguir
extendiéndome más en el discernimiento pero mejor veamos otro caso.
David y su madre María Rosa
se reencuentran después de 28 años de haberse separado.
Su historia es
que en 1984 durante el conflicto su padre fue desaparecido y su madre era
catequista, entonces un día mientras ella estaba ausente llegó un supuesto
abogado y habló con los otros miembros de la familia, aduciendo que tenía
información que el ejército llegaría a masacrar su caserío y que por
consiguiente le dieran al niño (David) de un año de edad para protegerlo y darle
una mejor vida, así podrían salvarse.
El tal abogado
definitivamente tenía información certera del ejército pues sabía fechas y
nombres por eso fue convincente, pero con el tiempo resultó implicado en una
red de tráfico de infantes durante el conflicto civil de la década de los 80.
La Verdad: es que paralelo a los “intereses” de los ejércitos hay
mafias que se nutren de las irregularidades que conllevaba la guerra, estas faltas
no prescriben ante la ley por eso el interés en ocultar la verdad hoy en día,
pues esto nos llevaría inexorablemente a la justicia y a la condena de algunos
personajes que aun figuran en la vida pública... para variar.
La memoria:
Pro Búsqueda una organización no gubernamental ha resuelto más de 422 casos
como el anterior, pero aun así tiene una
tarea titánica pues cada caso resuelto conlleva culpables, los cuales merecen
condenas y al parecer la actual Fiscalía General de la República es la menos
interesada en llevar al banquillo a las personas investigadas.
Según palabras de Eduardo García
director de dicha ONG, el principal obstáculo para la búsqueda de la verdad y
la justicia son las mismas instituciones del Estado, pero reconoce que desde
que hubo una alternancia del poder ejecutivo en el año 2009 se observa mayor accesibilidad al tema de la recuperación de la memoria histórica por parte del gobierno y sus instituciones en general.
Se está tratando actualmente de crear una ley que legisle la búsqueda de menores desaparecidos; sin embargo, afirma
tajantemente que el órgano judicial como tercer poder del Estado está al margen
de la tendencia, según palabras de García
específicamente señala a la Fiscalía General de la República como una
institución insolidaria con las víctimas, pues dicho órgano tienen como mandato
constitucional perseguir este tipo de delitos y no lo hacen.
Prueba de ello es que muchos
casos se ganan a través de fallos internacionales y no por los oficios de las
leyes salvadoreñas. Ver sentencia de la Corte Interamericana de las Derechos Humanos, caso masacre de El Mozote versus El Salvador.
El director de Pro Búsqueda
nos dice: “…una sociedad se reconstruye a si misma cuando forja su historia,
cuando se estudian ciertos hechos abominables y se impide con ese conocimiento
que se vuelvan a repetir, este es un proceso educativo”.
Cuando le preguntamos que nos
de su opinión ante la interrogante: ¿Qué necesitamos los ciudadanos hacer para procurar
que los crímenes de lesa humanidad sean develados y que salgan a la luz los
responsables?, él es categórico al responder: “debemos exigir el cumplimiento de
la carta magna (la Constitución de la República) y debemos exigir como electores mayor calidad en el parlamento, para cuando
elijan al Fiscal (de la República) lo hagan con responsabilidad y que no
nombren como siempre al menos malo de los candidatos, y el que sea
electo investigue como debería de ser, para que se publique la verdad que todos
tenemos derecho a conocer”.
Felix Meléndez jefe de
comunicaciones de Pro Búsqueda nos insiste que es importante quitarnos el velo
de las tendencias ideológicas, pues el secuestro y el rapto especialmente de
los menores de edad genera un golpe fuerte a toda persona, y habría que dejar
de ser humano para no solidarizamos con los afectados, independientemente el
credo político, pues los criminales y bandas organizadas no hacen distinciones,
ni en la época de la guerra civil ni en la actualidad.
En conclusión
La memoria:
la poseemos todos pues no somos tontos, es más, tenemos claro que a lo largo
de la historia siempre nos tratan de ocultar la verdad.
La verdad de la problemática de violencia social que vivimos es que las instituciones del
Estado tienen los suficientes aparatos de inteligencia para conocerla al detalle y la suficiente
fuerza para contenerla, pero no lo hacen porque no les conviene, una guerra
como la que vivimos actualmente, así como cualquier enfrentamiento a gran escala, genera flujos de riqueza para algunos y dolor para otros, entonces por lógica
los beneficiados son los que no quieren que las cosas cambien.
La historia:
nos dice que tenemos que romper de una vez por todas el ciclo en el que hemos
vivido desde la época colonial, quinientos años de injusticias son demasiados
para que no nos demos cuenta adonde está el principal problema que tenemos, el
cual no es político, tampoco económico y mucho menos social, los anteriores mencionados
como cualquier país los tenemos pero el principal problema es cultural, pues la
herencia que recibimos y que dejamos a las nuevas generaciones es corrupta y
amoral, nuestros líderes independientemente sean de una facción u otra, están
acostumbrados a mentirnos a ocultarnos la historia y a hacer de la cosa pública
su propio patrimonio.
La historia que tenemos está
plagada de injusticias porque en pro de “la causa” olvidamos a corto plazo como
nos engañan frente a nuestras narices, y lo permitimos porque creemos en las expectativas
que nos dicen, que llevan promesas
de esperanzas y cambios, los cuales nunca llegan porque hay líderes que están hundidos hasta la cintura en un laberinto de omisiones.
Por lo tanto, exijamos la
verdad buena o mala, tal como es, luego aclaremos los hechos como sucedieron
en realidad para hacer justicia, creando precedentes memorables para no olvidar y hagamos
de la historia una experiencia que nos sirva para dignificarnos como personas y
como pueblo, solo así construiremos un mejor futuro y una paz duradera.
Mientras tengan un pais que se indigna de forma alarmante por un aumento de sueldo pedido por unos jugadores de futbol y curiosamente no la muestra con la misma severidad ante los que de manera continua y desfachatada le roban. La corrupcion tendra un lugar seguro en El Salvador.
ResponderEliminar