27/3/13

LA HISTORIA DE EL SALVADOR EN 5 PÁGINAS


Ensayo periodístico:
LA HISTORIA DE EL SALVADOR EN 5 PáGINAS
una versión alternativa

Por: Max Herrador

Cuscatlán es un territorio emergente, lugar de volcanes recientes y cordilleras de mediana altura, bosques tropicales y nebulosos, tierra fértil y valles con abundancia de agua, ubicado en el corazón del istmo centroamericano entre Guatemala y Honduras; tiene un aproximado de 21 mil kilómetros cuadrados en lo que se constituye hoy en día la República de El Salvador.

Antes de ser un país soberano fue una provincia más de la otrora Federación de Estados Centroamericanos recién independizados de la España monárquica en el año de 1821, luego de muchos conflictos e intrigas entre las clases pudientes de aquella época (liberales y conservadores), en 1841 El Salvador se queda solo en la gesta integracionista de la región, conservando en el escudo e íconos propios nacionales, ideales de la ilustración y revolución francesa.



Durante los tres siglos que duró el periodo de la conquista y la colonia española antes de la independencia entre los años 1500 y 1800 aproximadamente, fueron durante estos siglos la ocupación española del territorio conocido como Cuscatlán, luego pasó a llamarse provincia de San Salvador y mas tarde “del Salvador”. Bajo el dominio de la Capitanía General de Santiago de los Caballeros, ubicada en lo que actualmente conocemos como Antigua Guatemala y a su vez administrada por el virreinato de Nueva Granada, ubicado en el actual México DF. 

La Provincia de San Salvador era valorada por la riqueza de su suelo. Las capas tectónicas ígneas producto de los volcanes recientes de la época pleistocena y holocena, le dan la fertilidad mineral necesaria para el surgimiento de una flora y fauna rica en variedades y abundancia.

De ahí fue que los colonizadores del viejo mundo vieron a este territorio como óptimo para sus oportunidades y crear nuevas fortunas a base de la agro exportación. El cultivo del “jiquilite” para la obtención del añil fueron de los primeros productos agrícolas, ya que era la tinta de la época y una de las materias primas de las recién inventada imprenta; esta producción le dio a El Salvador un lugar en el concierto mundial, bajo una economía basada en las agro producciones, en el caso salvadoreño fue el añil y también el cacao.

Con los españoles peninsulares e hidalgos como clase dominante venían otros pueblos y castas indígenas del centro de México (tlaxcaltecas), como un séquito de etnias fieles a ellos, quienes también se instalaron en el territorio para quedarse. 

Pero a lo largo de estos tres siglos que duró la ocupación española la provincia fue alojamiento de múltiples inmigrantes, entre los más importantes están los sefarditas o judío conversos, que buscaban provincias prosperas alejadas de los centros eclesiales (virreinatos y capitanías generales) para evitar la Santa Inquisición. Luego grandes migraciones árabes y palestinas que arribaban desde Turquía, aun extendiéndose estas últimas por el siglo XVIII, XIX e inicios del XX.

En esta época colonial en el puerto de Acajutla y otras zonas como Chalchuapa, San Alejo y La Unión el mestizaje con afro descendencias  se dio a partir de esclavos que desembarcaban, pero fue en menor grado que en los puertos de la costa Atlántica centroamericana; no obstante fue significativo, en El Salvador se oculta la afro cultura, pero estudios recientes la valoran como latente en la vida nacional, dichos estudios de afirman que el genoma del salvadoreño común y corriente presenta en zonas especificas hasta un 25 % de rasgos genéticos africanos, lo cual desmitifica la creencia popular que en El Salvador no hay afro-descendientes.  


Por último, en este periodo colonial mencionamos que los españoles "tropicalizaron" su propia versión del feudalismo como sistema político. Es así como ellos se dividieron el “botín” de la conquista salvadoreña, y los tesoros fueron para este caso las tierras fértiles, las cuales incluían a la gente que en éstas vivían originariamente. Luego los conquistadores pasaron a ser “terratenientes”, siendo las personas bajo su dominio llamadas como “encomiendas” (no precisamente es un estatus de esclavo pero si una relación de dominio y sometimiento), distinguiendo a los pueblos originarios como los sometidos.

Fue así como el latifundismo dejó su huella profunda, tanto, que llega hasta la actualidad. Ahora en los albores del siglo XXI vemos el ocaso de un sistema caduco, su crisis social nos lleva al borde de problemas civiles por no reconciliar en una forma humana las injusticias cometidas a lo largo de 5 siglos de periodos de conquista, colonia y república.

La República

Desde que se gestaron las primeras emancipaciones de la independencia en 1811, estas fueron alentadas por la clase criolla local, quienes se confabularon para dejar de ser parte del imperio español, que por esa época estaba debilitado por la ocupación napoleónica (francesa) en la misma península ibérica, y además otras derrotas marítimas propinadas por el agresivo imperio Inglés.

La independencia se firmó en 1821, junto con las demás provincias centroamericanas, dándose seguido un periodo inestable entre las clases criollas, en donde se reacomodaron las castas de las dos líneas políticas de la época; liberales y conservadores.

Acta de independencia de 1821.

La segregación de los nuevos Estados centroamericanos fue eminente, consumándose la separación total a lo largo de las siguientes dos décadas. El nuevo sistema republicano no cambió las relaciones de producción entre explotados y explotadores, la economía sólo giró de ser agrícola netamente a convertirse con el paso del tiempo a agro industrial. 

Dejaron de haber encomenderos pero los latifundios no desaparecieron, las comunidades originarias antes a cargo del señor feudal, es decir las encomiendas, pasando a ser conocidos éstos como “colonos” en la época republicana. Al mismo tiempo se abolió la esclavitud y las personas podían ser libres hasta donde su consumo y educación se los permitiera, lo cual era poco.

En este periodo surgen los valores de la "ilustración": la introducción a la democracia y el surgimiento del estatus del ciudadano propuesto en la carta magna de la república genera una ambigüedad entre libertades y exclusión; el Estado protege al ciudadano en plenos derechos, pero para obtener el estatus de ciudadano había que cumplir ciertos requisitos jurídicos que variaban según diferentes coyunturas de la época, que iban desde tener un trabajo, ser un hombre "respetable", o bien,  saber leer y escribir. Durante todo el siglo XIX las mujeres no gozaban de igualdad con el hombre.

La reforma liberal de 1871-1890, marcó el rumbo político de las élites hasta la actualidad, el poder se centralizó, el "Ejecutivo" ejerció total dominio de las tierras y patrimonios ejidales o municipales que hasta ese momento habían sido administrados por la iglesia y cabildos comunales, es decir, los principales poderes locales fueron sometidos al poder del presidente de la república. 

A finales del siglo XIX e inicios del XX se consolidaron los cambios de la reforma liberal, marcándose el inicio del periodo del capitalismo voraz, de la mano del liberalismo económico. A ese momento los derechos laborales eran nulos, no había cobertura médica ni jornada laboral definida.

La era industrial y la maquina a vapor se introdujeron al país, así como en todo el mundo, las líneas de ensamblaje y la época de las fábricas nació; zapatos, ropa de algodón; durante esta época destaca el desplome total del añil, se introduce de inmediato el café. Este último se convirtió en el siglo XX en el principal producto de exportación. 

Conflictos sociales

Los conflictos a lo largo de nuestra historia han sido recurrentes producto de las injusticias sociales, muchas veces institucionalizada y culturizada. Las disputas y diferencias entre liberales y conservadores no son objeto de análisis en este ensayo, ya que no se consideran conflictos sociales, si no, disputas de intereses entre las clases dominantes.

La transformación de un sistema feudal a un sistema burgués no fue menos doloroso que conflictivo. La clase pudiente siempre logra mantenerse aun cuando se transforman las relaciones políticas del país; por lo tanto, el conflicto en casi todo el siglo XX dejó de ser paulatinamente entre los países centroamericanos y pasó a ser entre clases sociales, surge así la guerra civil a gran escala.

El ejército juega un papel decisorio en función de mantener el "estatus quo" de las relaciones de producción, la economía depende de la protección del ejército. La era del militarismo surgió ante los levantamientos populares cada vez más significativos.

Desde el primer alzamiento indígena de Anastasio Aquino en 1833 no se registraron mayores conflictos populares, si no hasta 1932 en la insurrección dirigida por Feliciano Ama y Farabundo Martí, en donde las poblaciones indígenas de Izalco, Juayua, Nahuizalco y otros en la zona occidental del país se sublevaron ante las paupérrimas condiciones humanas, producto de la desleal y desigual relación entre la burguesía y el obrero asalariado en las zonas urbanas, y en las zonas rurales en relación entre patronos y colonos; para estos años aun no existían lo que conocemos como prestaciones laborales, tampoco los principios básicos de bienestar y la dignidad (salud-educación-vivienda-alimentación).

Solo en este conflicto de 1932 murieron masacrados más de 30 mil personas a manos del ejército salvadoreño dirigido por el General Maximiliano Hernández Martínez, vicepresidente que se hizo del poder absoluto después de propinar un golpe de Estado al presidente civil electo Manuel Enrique Araujo.

Durante su dictadura que duró hasta 1944 se consolidó la casta militar como garante al orden y como el mejor freno a la creciente corriente ideológica del socialismo y comunismo, cuyos enunciados tuvieron un eco en las desprotegidas clases obreras y campesinas.

Los militares no provenían necesariamente de las clases pudientes del país, pero al igual que en el feudalismo pertenecer al ejército era un salvoconducto para ascender en la pirámide social, por lo tanto, mientras existiera la “amenaza” del comunismo la milicia tenía su razón de ser, y fue por lo general esta institución nicho de oportunistas y busca fortunas.

A lo largo de la última mitad del siglo XX el conflicto civil se hizo cada vez más violento. El mundo occidental fue adoptando medidas de desarrollo social; sistemas de bienestar, abriendo espacios a la organización gremial y sindical, respeto a los derechos humanos y civiles. Sin embargo, tanto en El Salvador como en Latinoamérica la fórmula para el desarrollo fue la errada, ya que la represión se institucionalizó y se mantuvieron los viejos valores sociales de asumir la pobreza como parte natural de las sociedades, en donde hay vencedores y vencidos, ricos y pobres.

La revolución

En la medida que crecía la inconformidad en un sistema económico social excluyente, de valores culturales injustos; las organizaciones civiles que exigían derechos eran reprimidas en forma brutal a través del aparato del orden público por excelencia, el ejército. Fue así que la lucha organizada pasó a ser netamente clandestina y el punto que significó la inflexión y la intolerancia hacia el dialogo u otras formas de solución del conflicto fue el asesinato del Arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero.

El 24 de marzo de 1980 fue asesinado Monseñor Romero mientras oficiaba misa en la capilla capitalina Divina Providencia, a unos metros de donde él vivía.

Romero fue escogido como Monseñor (jefe de la iglesia católica salvadoreña) por la misma clase dominante para que continuara el rol tradicional de la iglesia, manteniendo el "orden divino" de los valores culturales de “ricos y pobres”, forjados desde la conquista española con complicidad del Vaticano.

La trampa social estaba hecha; sin embargo, hubo un giro en la historia y el mundo cambiaba a pasos agigantados, pero los gobernantes de El Salvador estaban cómodos y se resistían al desarrollo del concierto mundial. El asesinato de Romero significó que la clase dominante no estaba dispuesta a cambiar y que si podían matar al Arzobispo de la Iglesia Católica por criticarlos y desaprobar su forma caduca de gobernar, entonces podían asesinar a cualquier persona que se les opusiera, por lo tanto el mensaje estaba claro, la revolución armada era el único camino al cambio.

El asesinato del cura Romero fue un magnicidio porque con él se mató la esperanza y fe del diálogo, se perdió la  humanización del conflicto. Después de ser él un clérigo complaciente y de apelar a una justicia divina, se convirtió, ante los atropellos sociales innegables de esa época, en uno de los paladines de los pobres, haciéndose llamar "la voz de los sin voz".

Durante la década de 1980 a 1990 el conflicto se arraigó a una guerra civil abierta con bandos definidos; el Frente Militar para la Liberación Nacional, FMLN, intenta tomar el poder y el ejército defiende a la tradicional clase dominante, durante este periodo murieron más de 70 mil personas.

Al final la guerra llega a su fin con la histórica firma de los acuerdos de paz en 1992, entre el FMLN y la oligarquía salvadoreña con un predominio en las últimas décadas de corte liberal, representada por el naciente partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA. 

Después del conflicto el nuevo esquema político o las nuevas reglas del juego no incluían las emancipaciones sociales, tampoco el cambio de la estructura institucional del país, los valores de una sociedad excluyente fueron mantenidos. Prueba de esto es que los acuerdos de paz incluían un foro de concertación económico social entre la gran empresa privada y las clases trabajadoras, dicho foro nunca se realizó y nunca se intentó hacerlo aun en la actualidad.

Los acuerdos de paz sólo llevaron las luchas sociales de la clandestinidad a la política electoral a través de la transformación del FMLN, de una estructura militar a un partido político, y su incorporación a la vida civil. El problema de la pobreza y la exclusión no se solucionó, muchos de los líderes y caudillos de la revolución pasaron a ser nuevos ricos y pudientes, surge así nuevos liderazgos que usan los íconos del socialismo mientras reproducen en sus relaciones las mismas doctrinas de la explotación, conservando para sí mismo el excedente del producto, apropiándose de la plusvalía y acomodándose fácilmente en el sistema de la oferta y la demanda, que ellos mismos criticaron tanto. 

Las antiguas enseñanzas de la ilustración retoman vigencia, incluso en el pensamiento de la izquierda salvadoreña, surgen nuevos próceres “iluminados", estadistas masones. Muchos analistas consideran que el pueblo es una olla de presión que explotará inevitable en nuevos conflictos sociales.

La diáspora

Mientras los escenarios de guerra eran encarnizados muchos salvadoreños huyeron del conflicto y también de las difíciles condiciones de la calidad de vida. El refugio para la mayoría fue Estados Unidos, país al cual irónicamente se culpa por mantener su relación de dominio sobre El Salvador. Canadá, México, Italia, Suecia y Australia, fueron otros destinos del éxodo de miles de salvadoreños.

Se generalizaron tres formas de migración:  

1- En forma legal: A través de la solicitud formal de residencia y naturalización ciudadana en otros países.

2- Refugiados políticos: al existir un conflicto civil abierto, muchos países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Suecia, abrieron sus fronteras y de forma humanitaria albergaron en forma permanente a los salvadoreños en éxodo masivo.

3- En forma ilegal: un indeterminado número de salvadoreños han viajado a lo largo de los últimos 40 años en ruta peregrina y peligrosa al margen de la ley hacia Estados Unidos (sin acreditaciones migratorias), en un viaje incierto donde el destino generalmente es la costa pacífica del país de norte. Las mafias y cárteles del hampa del norte de México se aprovechan de la vulnerabilidad de los indocumentados centroamericanos creando negocios millonarios del tráfico ilísito de personas.

Salvadoreños asesinados en Tamaulipas

En la actualidad una tercera parte de la población salvadoreña vive afuera del territorio nacional, este fenómeno ha cambiado la cultura y la economía; las familias están  fragmentadas y los valores que se transmiten de generación a generación se ven alterados, a veces para bien pero muchas otras para mal, esto último debido a la transculturización y pérdida de identidad cultural. No obstante muchos buenos valores sociales de los países anfitriones de la diáspora son transmitidos a sus raíces nacionales. 

El país recibe muchas divisas gracias al fenómeno económico de las remesas, que son los flujos de efectivo que se inyectan provenientes del exterior, producto de la solidaridad entre familiares, esto genera un poder de consumo ilusorio con pocos niveles de inversión a mediano y largo plazo.

Sin embargo, El Salvador no solo se retroalimenta de la diáspora en forma económica por medio de las remesas, sino también de lo humano, recibe en calidad deportados a miles de compatriotas que cometen ilícitos, en especial del Estado de California; al no querer el gobierno estadounidense hacerse cargo de ellos son deportados y El Salvador los absorbe; y claro, como parte de la exclusión social normal del país, no se cuenta con planes de inserción social o readaptación migratoria. 

Actualmente todas las semanas arriban entre dos o tres aviones de Estados Unidos con más de 100 salvadoreños deportados, a quienes se les recibe con dos pupusas y una soda, algunos no pueden hablar muy bien español y no tienen familia que los reciba.


Grupo de deportados son recibidos por las autoridades salvadoreñas
 en el aeropuerto internacional de Comalapa. Enero, 2013.

Las Pandillas (Maras)

La etimología de la palabra "mara" surge de "las marabuntas", un tipo de hormigas de las selvas tropicales que hacen de su fuerza la unidad implacable, hormigas con disciplina guerrera que avanzan como el ejército legionario romano; aniquilando y depredando todo lo que encuentran a su paso. Una sola o un pequeño grupo de ellas son inofensivas pero todas juntas son asesinas, dejando solo los huesos de sus víctimas.

Ahora bien, el fenómeno de “las maras” se describe como: Son los jóvenes que toman la decisión de pertenecer a una pandilla, que es una estructura de carácter delictivo funcionando al margen de la ley como camino a su superación personal. A lo largo de estas últimas dos décadas de post guerra civil el problema social se ha desbordado a tal grado que amenaza de nuevo el mismo orden político, social y económico.

Las estructuras pandilleriles se dedican a extorsionar, al narcotráfico y otras actividades como el sicariato y asaltos.

Durante los años 2012 y 2013 se inició una mesa de diálogo con las pandillas, a este acontecimiento se denominó en forma mediática como “la tregua”, pero a ciencia cierta no fue ningún cese de sus actividades, fue más bien un intento a la humanización de sus acciones siempre delictivas, esto significó la reducción de la cantidad de homicidios y muertes que dejan en sus operaciones. 

San Salvador, marzo de 2013.


Un integrante de pandillas lee comunicado en el marco de "la tregua" en el edificio del ayuntamiento de Sonsonate, una de las ciudades más violentas del país, en dicho acto reconocen que quieren cambiar pero son claros en afirmar que para eso necesitan la ayuda de la sociedad en general. Al fondo está de izq. a der. Adam Blackwell secretario de seguridad multidimensional de la OEA, Fabio Colindres obispo castrense y David Mungía Payés ministro de seguridad.


Ocho años después

Al fracasar el proceso denominado "tregua" El Salvador sufre un fenómeno de violencia generalizada sin precedente, llegando a ser en el año 2015 el país que registró los más altos niveles de criminalidad del mundo (sin estar en guerra). Las pandillas evolucionaron y dejaron de ser grupos juveniles con identidad propia (tatuajes, jergas, grafitis), para convertirse en estructuras clasificadas como "crimen organizado", con niveles de inteligencia, logística y plena penetración a las instituciones del Estado y sociedad civil.

En este periodo de historia reciente destaca la arraigada crisis moral y ética de la clase política, como nunca lo hubiese tenido, lo cual abre el escenario a un verdadero "outsider político". La figura mediática y política de "Nayib Bukele" irrumpe en la palestra; los ejemplos de EEUU (Trump), Guatemala (Morales) y Argentina (Macri) parecen ejercer su influencia en el país y la región.

El gane en primera vuelta de Nayib Bukele en las elecciones de 2019 rompe con el bipartidistmo (FMLN-ARENA), marcando el fin de un largo periodo de post guerra de casi 30 años. 

Bajo este escenario en el año 2020 la pandemia del COVID-19 golpea a El Salvador, y así como al mundo entero el impacto sanitario (en primer orden) y luego económico, revelan los niveles de vulnerabilidad social que se padecen a nivel global. 

El distanciamiento físico entre las personas provocado por el COVID-19 termina de posicionar al teléfono inteligente y las redes sociales como principal medio comunicativo en el país.


Conclusiones

La historia la tenemos frente a nosotros, más aun, las consecuencias de nuestros errores sociales los sufrimos en carne propia.

Al no considerar cambiar los valores sociales hacia la dignidad humana como máximo principio económico político, nos enfrentamos irremediable a repetir una y otra vez más el circulo de violencia en el que hemos caído.

El desarrollo es eso, cambiar paradigmas y enterrar los juicios caducos que nos han llevado a las hecatombes sociales que hemos vivido a lo largo de nuestra historia; pobreza, masacres, exclusión, familias fragmentadas, guerras y violencia generalizada. Los que se aferran a sus antiguos himnos de guerra tienen mucho que reflexionar, ¿Qué queremos para el futuro? ¿Qué herencia dejamos a las nuevas generaciones?

21/3/13

Tiempo para hablar, análisis electoral 2013


Tiempo para hablar

Faltan como 10 meses para que las elecciones presidenciales se realicen, se preparan tanto los partidos políticos así como los comunicadores alistan sus baterías y sus sesudos análisis en cada coyuntura.

Tiempo de elecciones es tiempo de bonanza para los medios de comunicación y proveedores de promocionales. Cualquier tipo de propaganda esta lista para ser publicada, ganan los emisores, asesores y medios, pero nosotros los de la llanura vemos contaminados nuestros espacios públicos a lo que llamaría el “terrorismo mediático”.

Las campañas presidenciales son las peores, me resulta dantesco ver en un país con tantas necesidades el despilfarro de millones y millones de dólares en pintura, espacios en la TV, la radio, periódicos, camisetas, gorras, cántaros y discursillos de plazuela que resultan caros porque los tales asesores de comunicación quienes brindan este servicio “especializado” se quedan con los bolsillos llenos de dólares (colombianos, chilenos, venezolanos, cubanos, mexicanos), dinero que tanto hace falta en el estomago y vivienda de los salvadoreños, irónicamente en detrimento de los que juran defender los señores políticos, los pobres.

Actualmente a meses de que arranque en forma oficial la campaña proselitista ya se habla de todo, se habla de que no hay presupuesto para los comicios, del voto en el exterior y como cambiará el mapa de las electores, de las encuestas, de las giras de los candidatos, de las “consultas”, pero no se habla de las propuestas y mucho menos de las necesidades mas allá de los discursos de probeta.

Existe una latente necesidad ciudadana silenciosa de hablar, de ser escuchados y platicar de lo que en verdad queremos y necesitamos, de esos temas olvidados asfixiados por tanta marea de proselitismo, coyunturas y terrorismo mediático.

Me gustaría escuchar a los candidatos hablar y comprometerse con temas claros y acciones concretas, por ejemplo no queremos temas o promesas subjetivas abstractas, como la fábrica de empleos, tampoco viejos cuentos perdidos fracasados como la mano dura o súper dura.

Sería fantástico si los candidatos se comprometieran a la instalación de software libre en todo el sistema educativo y oficinas de gobierno, así evitaríamos la piratería y el Estado dejaría de gastar tanta divisa que se fuga en este rubro (el pago de licencias a Microsoft).

Los ciudadanos queremos escuchar soluciones simples y frescas para problemas antiguos y complejos, estamos cansados de ver la problemática del transporte, del subsidio, el mal servicio y un gremio que está acostumbrado a doblarle el brazo al gobierno.

Qué tal si hablamos de nuevas políticas viales, transportes cerrados a segmentos determinados (estudiantes, personas con discapacidad, trabajadores, gremiales). Qué tal si nos hablaran un poco más serios y nos prometieran políticas viales como el fomento a la bicicleta como medio de transporte así como los países orientales. Aparcamientos de bicis en centros comerciales, en las oficinas públicas, en las escuelas y universidades, carriles especiales que unan Soyapango y San Salvador, Mejicanos, San Marcos.

Es tiempo de hablar y de explicarles a los políticos que el desarrollo va más allá de que ellos ganen o pierdan las elecciones. El desarrollo es darle soluciones a los problemas que aquejan a la vida cotidiana de la gente y que esta solución sea integral para las mayorías y para el futuro.

Por eso me preocupa que ningún candidato hable de política energética, me imagino porque no les conviene tanto a unos como a otros, ganan mucho en la importación de petróleo, por lo tanto el silencio de los candidatos por el desarrollo de la energía solar y eólica es más conveniente.

Sabemos hasta en retórica lo importante que es invertir en la juventud; sin embargo, la primera casa de estudio (la UES) sigue con el presupuesto más bajo de Centroamérica. Mientras tanto escucho a un candidato proponer que llevará a la selección nacional de fútbol al mundial con la brillante idea de contratar al mejor técnico del mundo para lograrlo. No sé, si reír o llorar, pensé que diría que iba a instalar las mejores escuelas de balón pie del mundo, pero no. Ahora entiendo porque los candidatos gastan tanto en asesores extranjeros e imagen, el espejismo es su mejor artilugio.

Sólo pan y circo necesitan para sus objetivos, para ellos lo demás es lo de menos. Por eso a meses de que empiece la contaminación comunicativa, insisto, es tiempo de hablar.

Foto: Ulises Rodríguez.

15/3/13

Vida Estudiantil


Vida Estudiantil


Los estudiantes organizados en la mayoría de sociedades se han constituido como un movimiento social.

Y como tal sus proyecciones siempre van encaminadas a razones sociales, por ejemplo, mejorar las condiciones de estudio en calidad y cantidad, los niveles de empleo y  calidad de vida, representan la conciencia social de los jóvenes criticando sin miedo la realidad.

La naturaleza académica y joven de este movimiento lo ha caracterizado a lo largo de los años por ser dinámico y controversial, reivindicativo y a lo largo de la historia se desborda hacia la violencia entre el Estado y la sociedad civil.

En el país la Universidad de El Salvador es la única institución de educación superior que acepta abiertamente y legalmente la organización estudiantil, tanto que los estudiantes forman parte de un 33 % de las estructuras administrativas y legislativas de la institución, según su propia Ley Orgánica.

Desgraciadamente esta representatividad y poder de organización es invisible para la misma opinión pública, los tradicionales medios de comunicación se encargan de ello.

Muy poco conocemos del movimiento estudiantil y lo poco que sabemos es a partir de las malas referencias que se esfuerzan en destacar los señores directores y editores de los antes mencionados.

La organización estudiantil es buena y necesaria en toda sociedad, pero en nuestro caso este movimiento se mantiene “hibernando” gracias a las fuerzas políticas hegemónicas que lo ven como potencial punto crítico, por la capacidad que representan los estudiantes vemos dos escenarios: Primero, la izquierda lo suele utilizar  en su ajedrez político usurpando muchas veces la autonomía de las asociaciones estudiantiles y peor aun el pensamiento joven.

Por otra parte la derecha constantemente lo denigra a través de sus voceros oficiales y no oficiales. Injustamente no se dice que los estudiantes se organizan para ayudar a las emergencias nacionales, terremotos, inundaciones, lucha contra el dengue y otros. Los estudiantes se organizan también para actividades varias, ecológicas, deportivas, de género, y porque no, ideológicas y gremiales. Por eso la universidad se llama así; por universal, valga la redundancia.

Sabían que sin los votos de los estudiantes en el Consejo Superior Universitario,en la Asamblea General Universitaria y en las Juntas Directivas de las facultades la Universidad fuera legalmente ingobernable. Proyectos como la Villa Olímpica Centroamericana y del Caribe en el 2001 jamás hubiese sido posible, ya que fue necesaria la aprobación de los estudiantes  para la autorización de dicho proyecto y así muchos otros.

La estructura jurídica de la UES está diseñada para que la institución incluya en toda proyección administrativa, legislativa y académica al estudiante, no podría funcionar la universidad por falta de "Quórum" en los órganos colegiados de gobierno universitario y esto nunca ha sucedido aun cuando la AGEUS y otras asociaciones de facultad y carreras están desarticuladas.


AGEUS

La Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños, representa la cúpula del movimiento estudiantil pero hace más de 10 años ésta dejó de funcionar institucionalmente, gracias a los dogmas, a las malas intenciones y las ambiciones personales de líderes que veían a la asociación estudiantil como un trampolín a sus proyecciones políticas.

Actualmente el movimiento social estudiantil parece tener claridad en sus objetivos, los estudiantes organizados en los mismos órganos de gobierno expresan querer pertenecer a una sociedad civil crítica y no a una militancia que reciba “línea” de un partido, su transformación está lista sin desvirtuar su carácter revolucionario.

Desde la Asamblea General Universitaria se están preparando los cimientos legales para el resurgimiento de la AGEUS, de carácter federativo, estructurada por las facultades que componen la misma UES, es decir, vinculando su consejo ejecutivo a las 12 asociaciones estudiantiles de cada facultad.

Espero lleguen a feliz término, no es la primera generación de jóvenes que quieren hacerlo ya han surgido otros fracasos, pero como me dijo un “cipote” organizado de medicina,  -“de los fracasos se aprende”.

AUNQUE LOS TIREN AL RÍO EN LA ESPUMA HAN DE VOLVER.