25/3/12

Crónica de Evelyn Ganando

Iba saliendo de las oficinas de Café Majada Oro con una “orden de compra en mano”, ya que su servidor es el publicista de esta cooperativa. San José de la Majada es parte de la “ruta de las flores” en el municipio de Juayúa departamento de Sonsonate, zona cafetera de El Salvador en las faldas de la cordillera de Apaneca.

Dando un paso a la carretera vi en un descenso estrepitoso a Evelyn García en bicicleta de ruta cruzar frente a mí como a 105 kilómetros por hora (según datos que obtuve después), estaba por cosas del destino frente a la 6ª Vuelta Ciclística Femenina de El Salvador evento organizado por la Federación de Ciclismo y Rubén Contreras.



La cipota iba espantada y escapada entrando a la población de San José de La Majada, sabía que la meta era en Juayúa y la calle era complicada, pero pensé, - si no es fácil para Evelyn será por lógica mucho más difícil para las europeas y las otras corredoras de primer mundo, por el estado de esa carretera en particular. Bueno, excepto Cuba que no son de primer mundo pero igual no hay tantos carros que arruinen las calles, tanto, como en este tramo en especial donde recorren los camiones cargados hasta el copete de café, a veces dejan hasta la melaza de la pulpa en el pavimento.

A los quince segundos pasaron las más cercanas corredoras que seguían y luego como a un minuto el pelotón de muchachas profesionales del ciclismo y no supe a ciencia cierta porqué me puse de repente tan nervioso, si por que Evelyn iba a ganar, por las bichas y sus parábolas hermosas o por tanta cafeína que había tomado mientras cerraba mi negocio.

A mis cuarenta dije: - ya estuvo bueno para mí. Tomé mi auto y me dirigí a San Salvador, no sin antes admirar a Evelyn por ser tan valiente, arriesgando su físico en esa ruta mortal a esa velocidad. Para los que no me conocen soy veterano también del pedal, más que de carreras de distancias y esta ruta en especial la conozco muy bien, llevándome la mano a la barbilla y esperando que todo saliera bien. Concluí, los hoyos, el terreno precipitado y su coraje la harán ganar.

Dicho y hecho, al rato me cae la llamada de Manuel Rebollo, gran amigo organizador del evento, avisándome exaltado casi llorando de alegría –“Evelyn ganó… GANAMOS, GANAMOS, GANAM…”. Se cortó la llamada mientras cruzaba los bosques de café allá después de Los Naranjos bajando a la carretera panamericana (CA-1).

-¡Bien!, dije. Tenemos gracias a Dios nuestra corredora de primer nivel, Evelyn va a Londres y es un digno ejemplo a la juventud salvadoreña.