Fue ganando fama
de Rasputín por ser uno de los principales consejeros de la casa mayor del reino bananero, de ahí es
que se le conoce como el Rasputín bananero.
El mal aura
y su entresijo desdeñable le acompañan por doquier dejando una estela de ijillo
como el que emanan los muertos, deriva ese olor porque se dice que es el efecto
de tener el alma podrida y por ser un fulano de mala entraña al extremo.
A diferencia
de Grigori Rasputín el mítico consejero ruso de los Romanov de hace cien años,
el que todos conocemos, este Rasputín del que les hablo no tiene una barba
enmarañada, sino mas bien, las mechas largas, alisadas y bien peinadas, no
obstante su mirada siempre es turbia generando una impresión de mal agüero.
El Rasputín
bananero más bien es un chango bien vestido, pero a pesar de sus finas ropas no deja de ser
chango.
Antes de
convertirse en lo que hoy es quiso ser uno de los famosos e histriónicos lectores
de bandos de las plazas del reino, pero no llegó a ser más que el segundo aprendiz del interino del suplente
de uno de ellos.
Al pasar los
años se hizo payaso y después de rebotar de circo en circo logró arrastrarse como
el bufón díscolo del rey Bizco, pues le causaba gracia morbosa al verlo pasearse
de un lado a otro en la casa mayor.
A pesar de
ser un payaso de medias tintas su estilo era ser un trampa de contemplación
oscura, ocultando su ignominia con un aire de prepotencia y al parecer eso le
funcionó.
Al corto
tiempo además de ser un bufón de chistes agrios logró ascender a consejero y
asesor del rey, aprendió los artes del juego del tiki-tiki y las redes de voces de la gente, fue
experto en la rumorología y a su vez un buen masajista de pies del rey y de sus
genitales también. Razón que le catapultó la confianza del monarca, evidentemente por eso
es que le obsequiaron pisos de
mármol, carretas nuevas y más de algún alijo de agasajo.
Poco a poco
se fue cultivando en las macabras técnicas del trabajo sucio, incluso llegó a ser el alquimista del
reino instruyéndose en el arte de extorsionar usando bolas de cristal de plomo
tal como lo hacía el Condestable del virreinato del sur, aunque el
Rasputín bananero lo hacía de forma chapucera.
Este es un cuento insólito pues este personaje después de ser un simple bufón,
un payaso de plazuela, se convirtió en uno de los consejeros del rey Bizco; sin embargo, como a todo rey al
Bizco le llegó su hora, cayó a los pocos años en desgracia, empero el Rasputín
bananero ya era un fulano hecho y derecho, saliendo bien librado del séquito del
despotricado rey, a quien por caerle bien y, sin duda, por el buen trato que
hizo de sus encajes le recomendó por ser el oprobio perfecto.
Fue así que
conoció al amo de las cavernas y futuro rey Trol, desde entonces se convirtió es
su sombra, el que le secretea al oído, quien camina a su lado en plena campaña
de guerra, siendo el señor de los chantajes y las murmuras.
El otrora arrastrado ahora alucina con perfumes, jubones
y capas ostentosas, sin comprender que de nada le sirve todo eso, pues siempre hiede
a excremento fresco.
Por más que
use las mejores colonias y esencias siempre emana a fétido, siendo una
combinación de malos olores entre cadáver descompuesto, sobaco sucio y culo
sudoroso con poca higiene.
La gente que
por casualidad se topa con él suele verle de reojo, tratando de esquivar su
paso tapándose la nariz con disimulo y cuidándose de no ser visto junto a
semejante paria, o peor aún, que le guarden imagen de su retrato en la bola de
cristal que lleva escondida, porque hoy en día ya no es bufón sino mas bien alquimista.
El Rasputín
bananero no cesa de repetirse en voz baja a sí mismo la consigna: “muere el
rey, ¡viva el rey!”.
parte 4. La maldición de los cazadores del unicornio.
parte 5. Los López zopilotes.
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
parte 5. Los López zopilotes.
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
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