Hace 100
años la gente se preguntaba: ¿Cómo será el siglo XXI? Hace un siglo terminaba la
segunda revolución industrial y la máquina de vapor cedía ante los motores de
combustión. Hace 100 años terminaba la primera guerra mundial y el mundo
pretendía nunca más enfrentarse a esa escala fundando la Liga de las Naciones.
Durante esa época
se leía mucho a Julio Verne, novelista de ciencia ficción quien visualizaba al
humano yendo a la luna y viajando en submarinos atómicos; sin embargo, Lo que no
definía el reconocido literato futurista era cuánta injusticia habría y cuán
grande sería la diferencia entre pobres y ricos.
Hace cien años
la gripe española mató a más de 20 millones de personas (los más pobres) y de
igual forma las revoluciones rusa y mexicana desconcertaron a las sociedades
occidentales que idealizaban un siglo XX prometedor, libre de esclavitud y con
avances científicos que llevarían a la humanidad a magnos destinos.
Sin duda las
elites prusianas, belgas, inglesas, francesas y estadounidense, se imaginaban el
futuro como una bonanza casi infinita que les permitiría las más modernas
extravagancias gracias al desarrollo industrial, bajando el costo de la
producción en masa y generando ganancias exorbitantes; todo gracias a las libertades
del mercado.
No obstante
lo que sucedió fue que “la mano invisible del sistema” (como la llamaba Adam
Smith), no funcionó y creó en la tercera década del siglo XX el colapso
económico del mercado y la gran recesión.
Seguido se vino
la agresividad entre las potencias, desencadenando inevitable a los pocos años el
apocalipsis, la segunda guerra mundial. Stalin y Mao por su parte mataron o
enviaron a campos de “reeducación” a más de 100 millones de personas en nombre
de la defensa de la revolución.
A mediados
del siglo llegó la era nuclear y la guerra fría marcó el pulso de las
siguientes cuatro décadas, en un estira y encoge entre dos formas tiránicas de
concebir el poder y el mundo, comunismo o capitalismo.
En los
últimos treinta años la digitalización y la informática marcaron el rumbo, hoy
en día no se mueve nada en el mundo si no es gracias a los satélites,
computadores, robótica e inteligencia artificial.
Pero a pesar
de los avances tecnológicos el COVID 19 nos sorprende, al igual que hace 100
años con la gripe española, golpeando a los más vulnerables, a los pobres. Denotando que la brecha
entre las desigualdades sociales nunca cambia a pesar de los adelantos científicos.
El cambio
climático no es un fenómeno nuevo, siempre ha existido, no obstante nosotros lo
estamos acelerando por el mal uso de los energéticos y los recursos.
El sobre
calentamiento del planeta no solo afecta a los elementos, también a las plantas
y a los animales, en resumen a la estabilidad de las especies incluyendo a los
humanos.
Les cuento,
hace unos días hice la dinámica de preguntar a muchos adolescentes ¿cómo figuran
a la humanidad en el siglo XXII? Y la respuesta fue unánime y categórica:
Apocalíptico.
Julio Verne
escribió un libro que no quiso publicar (París en el siglo XX), el cual fue
impreso por su bisnieto Jean Verne en 1994, en el cual el reconocido literato
de ciencia ficción del siglo antepasado describía a una humanidad que aborrecía
la poesía y el teatro, dominada por el dinero y las ciencias exactas.
El genio de
este escritor nunca deja de asombrarnos, pero la pregunta es: ¿Por qué Julio
Verne no quiso publicar ese libro? Será porque él sabía que por más que la
humanidad desarrollase tecnología siempre llevará consigo el lastre de la
avaricia, la soberbia y la poca conciencia social; una verdad que muchos no están
dispuestos a comprar.
¿Cómo será
el siglo XXII? Sin duda las ciudades construidas con grafeno se verán hermosas,
las personas nacerán mejoradas genéticamente, la transportación de un lugar a
otro será casi instantánea y los computadores personales serán cuánticos.
Imagínense…
¿Cuántos habitantes seremos para entonces? ¿Cuántos serán pobres y cuántos
ricos habrán? Pero la pregunta clave es: ¿Existirá la humanidad?, o no…
parte 4. La maldición de los cazadores del unicornio.
parte 5. Los López zopilotes.
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
parte 16. El Rasputín bananero
parte 5. Los López zopilotes.
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
parte 16. El Rasputín bananero
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