30/7/21

El periodismo

El periodismo

Era pequeño, cursaba segundo grado en el Externado de San José y mientras coloreábamos un mapa platicaba con un amiguito, él me preguntaba:

-¿Qué es tu papá? 

-Es arquitecto  -contesté y seguido repliqué.

-¿Y el tuyo?

-Es periodista  -respondió Eduardito mi amigo, mientras continuábamos coloreando el mapa de El Salvador, luego de unos segundos le dije:

- A mi mamá le caen mal los periodistas porque dice que son muy metidos y bocones.

Imagínense, eso fue hace más de cuarenta años… y yo ahora soy periodista, cómo cambia y da giros la vida, aunque lo que nunca cambió fue la percepción de la gente sobre la profesión del periodismo.

Es una profesión terriblemente devaluada, muchas personas son de la idea que no deberíamos de existir y que somos un gremio de plumas pagadas.

Les voy a explicar qué es el periodismo en un corto ejemplo: ustedes saben hasta de sobra que la ciudad tiene un problema serio en materia de desechos sólidos, es decir, con la basura. Ante eso, los políticos se echan la culpa entre sí y los ciudadanos dependiendo de su afinidad sacan sus conclusiones.

Para el caso nosotros lo periodistas sabemos la trama de quién es el relleno sanitario, también sabemos quien controla el sindicato en la alcaldía y también conocemos la estira y encoje que se tienen entre concejales, empresarios, ministro, la unión laboral y conexos.

Al periodista le toca exponer en público el origen y desarrollo del problema. Y el asunto es que, al hacer un periodismo responsable, profesional y veraz, le tenemos que decir a la gente que la razón principal del problema con la basura es que somos un pueblo cochino.

Los buseros no colocan basureros en sus unidades y las personas tiran las bolsas plásticas sobre las calzadas, los empleados de la maquila de la vuelta de mi casa dejan todas sus viandas de durapax en la zona verde donde comen.

Decirle al profesor que sea mas diligente al respecto en la educación de los párvulos no es del agrado del gremio magisterial, mucho menos si le decimos a las madres y padres de familia que le pongan más atención a los hábitos higiénicos de sus críos.

Tampoco le gustaría al señor empresario del relleno sanitario el escenario donde le bajase su tonelaje de desechos sólidos que recibe de la ciudad. Menos le gustaría a los importadores de plástico o, a la empresa distribuidora de polipropileno no le interesaría que estos productos tendieran a usarse en menor proporción.

En todo ese juego también hay más de algún burócrata que se embolsa comisiones, o algún político que se hace el del ojo pacho con alguna licitación de cierta empresa que maneja la basura, o bien, el juez o jueza ambiental que traspapela el expediente de la denuncia de la comunidad "tal" que se queja de la empresa de "fulanito" por contaminar con desechos tóxicos sus pozos y ríos.

En pocas palabras les quiero contar que al periodista le toca rastrear la basura, lidiar con ella y para colmo explicarle a la ciudadanía que en última instancia la culpa es de la gente misma porque son unos puercos y, además les ven la cara de tontos por ser fanáticos al caudillo de turno; y créanme, eso a nadie le gusta.

En conclusión, al hacer periodismo siempre le caemos mal a muchos porque lo nuestro es decir la verdad, hacer relaciones públicas a la hora de presentar noticias es de periodistas menteros, esos que hacen de la coima su negocio.

En cambio, el periodista de verdad, verdad... entiende que el negocio estriba en decir las cosas tal como son.

¿Qué es el periodismo?

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15/7/21

La oposición

La oposición

En muchos casos alrededor de los grandes líderes políticos han existido oposiciones torpes y atomizadas.

Cada país, cada líder en específico tiene su propia senda, su propia melga o espacio, sus propios designios, sus propios momentos en los que surgen y se hacen famosos.

El caso salvadoreño es uno de esos donde la oposición se esfuerza con ahínco por ser pusilánime y borrica a la vez, dándole así la oportunidad de oro al ahora líder único Nayib Bukele.

Podría pasar horas y horas escribiendo sobre ejemplos de cómo un líder se aprovecha de su misma oposición, de cómo éstos por lo tontos que son le pavimentan la ruta al éxito al caudillo.

Podría hablar de Trump ganándole las elecciones al partido demócrata en 2016, o sobre Jair Bolsonaro arrebatándole el poder a una izquierda descaradamente coimera en Brasil.

O el caso peruano donde un profesor (Pedro Castillo) del interior del país con un vocabulario chato y cantinflesco le gana las elecciones a una candidata (Keiko Fujimori) curtida en las malas prácticas políticas, tan malas como para crear un contra-voto suficiente para que perdiera por sí misma.

La oposición salvadoreña parece ser un espejo inverso de la Venezuela de Maduro, no se sabe si la oposición es tan torpe que siempre pierde por tener una estrategia turulata y sosa, o simplemente pierden porque fingen ser oposición.

El Salvador, así como Honduras y Guatemala, es un puente del narcotráfico a gran escala, de los países productores del sur hacia los consumidores del norte.

El Estado y sus instituciones son fáciles de penetrar para el crimen organizado, la población lo sabe llegando a asumir esa idea como parte de la cotidianeidad, entonces de repente un joven libertino con la gorrita girada al revés le dice a la gente que sus gobernantes son una verdadera bazofia, un enjambre de pícaros, un nido de víboras, y por eso no es de extrañarse que las personas le aplaudan al ahora presidente, incluso, hay quienes han llegado hasta adorarlo como algo super natural.

Así fue como llegó al poder Bukele y de esa misma manera se mantiene. A los de la esquina de la oposición no les escurre ni la más mínima gota de materia gris como para desmarcarse del mote de ser de “la oposición”, en verdad no sé si en entienden en la espiral retórica en la que caen, y siguen cayendo por inercia.

Mantenerlos así parece ser un juego de canicas para Bukele, mientras ninguno se salga de ese redil le aseguran un camino próspero y largo.

En lo personal no veo signos de que surja alguna figura que le ponga el barbijo en remojo al presidente, situación que lo perfila a convertirse en un gran constructor de castillos de naipes.

Ojalá me equivoque en la percepción, me gustaría en realidad hacerlo y acusarme a mí mismo de ser un miope por no ver las señales claras del desarrollo al que vamos, no veo las grandes transformaciones educativas, científicas, fiscales y arancelarias; no veo indicios de transformaciones culturales, del agro y sectores estratégicos de servicios, energéticos y MYPIMES.

Hasta el momento la única transformación que vemos es la monetaria, la cual tiene más interrogantes profundas que respuestas claras.

En fin, quizá necesite un poco más de tiempo el gobierno, pero lo que sí necesita la oposición es aterrizar y poner sus pies y oídos en las calles y barrios salvadoreños, necesita sacudirse de una vez por todas el lastre que llevan consigo y, saber entender las preocupaciones intrínsecas de las madres por el futuro de sus hijos, necesitan ponerse en los zapatos de la gente e intentar, aunque sea por un momento, sentir en su propio pellejo las ansiedades del día a día por sobrevivir.

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8/7/21

Líderes políticos

 Líderes políticos

¿Se han puesto a pensar porqué un líder político es tan querido o popular? ¿Qué es lo que hace a un presidente exitoso en las urnas?

Teniendo en cuenta que la sociología, la psicología, la política y las comunicaciones son ciencias establecidas el siguiente artículo hará una relación multidisciplinaria entre ellas, con el objeto de brindar al lector mayor panorama del quehacer político de su entorno y, a su vez, tener un mejor entendimiento de las conductas de las personas a quienes elegimos.

Si bien es cierto tomaremos referencias de distintos líderes globales, haremos un especial énfasis en el caso salvadoreño, en concreto en lo que se denomina en materia política como el fenómeno Bukele.

Introducción

Todos hablamos de política, toda la gente tiene una opinión determinada sobre tal o cuál líder o lideresa, en las conversaciones cotidiana siempre aflora el nombre de zutanita o menganito, de cuánta confianza tenemos en su figura, o de qué tan arrechos son sus discursos.

Sin duda no hay autobús o colectivo alguno en El Salvador donde el apellido Bukele no sea mentado.

Es innegable que los sucesos políticos en sí son los más observados y comentados, pero a la vez son los menos comprendidos.

A lo largo de los años hemos escuchado el cliché: los pueblos tienen los líderes que se merecen. En lo personal me parece exagerada la afirmación, pero no se han puesto a pensar ¿por qué Pepe Mujica de Uruguay difícilmente podría ser presidente de EEUU?, o viceversa, ¿ustedes creen que Donald Trump podría ser presidente electo en Uruguay?

La idiosincrasia de los pueblos, las variables sociales de cada país influyen en gran medida en cuanto a los líderes que les presiden, pero no solo eso, hay también elementos a considerar como las circunstancias de cómo un líder emerge, es decir, lo que se conoce en ciencias políticas como momentum (la notoriedad y la oportunidad que tiene una idea o persona en un tiempo justo determinado).

El fenómeno Bukele

Años antes de que Nayib Bukele surgiera como líder absoluto de El Salvador se escuchaban muchas voces populares afirmar que se añoraban los tiempos del otrora dictador Maximiliano Hernández Martínez, porque se deseaba alguien quien pusiese orden y que administrase en forma eficaz la justicia.

Durante las últimas décadas en El Salvador los índices de criminalidad y corrupción llegaron a tales niveles que se tenía la sensación de un Estado fallido, por lo que se generalizó el clamor ciudadano de desear un líder fuerte para que limpiase la casa.

Por eso no es de extrañar que cuando Nayib Bukele destituyó a la Corte Suprema de Justicia la gente terminara aplaudiendo la iniciativa. También no es de sorprenderse que la población decidiera darle el poder absoluto a través de las urnas.

El presidente Nayib Bukele dirige un discurso en el centro escolar del caserío El Mozote, localidad donde en 1980 la Fuerza Armada de El Salvador perpetró una masacre en contra de la población civil. 17 de diciembre de 2020. foto: EFE/Miguel Lemus

Por otro lado, un líder debe tener desarrolladas las habilidades histriónicas suficientes para comunicarse con las masas y sus electores. Su porte, su voz, su altura, su tono, su carisma en general.

Estas habilidades pueden variar dependiendo del entorno democrático, de la idiosincrasia, de las formas culturales por así decirse.

Es normal que una vez el líder tiene el poder no lo quiera dejar

Al evolucionar en su relación con la gente casi todos los líderes terminan socavando el sistema, los patrones de creencias y hasta la espiritualidad de los pueblos.

Todo para lograr tener las mejores condiciones a su favor, a un principio existe una luna de miel entre las masas y el líder, luego con los años y las décadas esa relación se deteriora.

Los casos pueden ser variados, un ejemplo que está cerca en tiempo y espacio es Daniel Ortega en Nicaragua, el antes caudillo guerrillero defensor de las víctimas del somozismo, ahora reprime y desfigura a su oposición siendo el déspota que antes combatió.

Los líderes evocan en su retórica la divinidad del más allá para colocarse en el vínculo justo entre lo terrenal y lo celestial, así les podrían contar un sinfín de casos a lo largo de la historia, desde los sutiles hasta los más burdos, como Nicolas Maduro cuando invoca el espíritu de Chávez a través de "un pajarito", o el uso omnipotente del retrato como apología de la figura de Fidel Castro en Cuba, o bien, el automatismo de la frase “Caudillo por la Gracia de Dios” del general Francisco Franco en España.

Los teóricos definen a este rasgo como la parte subjetiva del liderazgo, Maquiavelo lo figura en su obra “El Príncipe”, homónimo al personaje que describe. El filósofo Nietzsche lo define como el Übermensch “El Super Hombre”, en su libro “Así Habló Zaratustra”.

En su obra “Así Habló Zaratustra” Nietzsche se refiriere al Übermensch (el superhombre).

¿El líder nace o se hace?

La realidad es que existe una dicotomía entre el carácter subjetivo y objetivo del líder. ¿Qué tanto un líder es nato o es de probeta?, ¿podría acaso el líder alcanzar el poder por sus propias cualidades o por las circunstancias de su entorno?; ya sea por ser rico, oligarca, de fina estampa, o simplemente por ser ungido por la gracia de Dios.

En lo personal me gustaría creer que en la medida que las sociedades se desarrollan los liderazgos deben tener más porte de estadistas, es decir, de los que se hacen, para garantizar su inteligencia, su disciplina, su espiritualidad, su academia, su ética.

Por desgracia la historia es escaza en liderazgos de estos últimos, como nos gustaría que tuviésemos en Latinoamérica más Lázaros Cárdenas, o más Rómulos Betancourt, o más Pepes Mujicas...

La oposición

El último factor a analizar es la oposición que tiene el líder, porque dependerá de los yerros que ésta cometa, así en esa medida tendrá oportunidad el líder de emerger y mantenerse en su posición hegemónica.

Para el caso salvadoreño estoy seguro que Bukele este factor lo ha tenido fácil en el pasado, presente y futuro cercano, pero ese es un tema del que les hablaré en otro escrito.

La oposición

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