Los
López zopilotes
Apuntes de cuarentena; parte 5.
Esta no es una familia cualquiera, más bien es una
especie de cofradía de buitres carroñeros, los hay de cabeza roja con olfato
agudo y están los otros de cabeza negra expertos en hurgonear con sus pescuezos
entre las entrañas de los muertos.
Los López son una bandada de zopilotes, pero no de
cualquier clase, no son normales, porque además de que gustan en su menú de la
carne podrida y de los desechos de las grandes urbes, son aves contra natura poseyendo un don especializado para el engaño, usando sofisticadas estrategias
con tal de estar prestos a la carroña. Ahorita les cuento.
Se sabe que los López antes de alzar su vuelo ya conocen
dónde están los muertos para írselos a atipujar, inequívocos vuelan sin perder
tiempo hacia los promontorios de cadáveres, ya que un día antes los han envenenado,
y para sorpresa de muchos quien lo hace es nada más y nada menos que la madre
ama del clan, la primera dama alada, la más chocarrera, la maestra señora de la
desfachatez sin escrúpulos, capaz de sacrificar a su más agraciada pichona ofreciéndola
al rey zope, para que éste la tome en libido y este entretenido desplumando a
la pobre América, dejándo comandar a sus anchas a la reina madre.
Mientras vuelan los López zopilotes como bandada de
azacuanes en las alturas, sobre el cielo azul entre nubes blancas y las cálidas
aguas de los gigantescos lagos, observan y olfatean la muerte y la desdicha que
han cultivado a lo largo de los años, por eso alzados siempre van seguros a
comer asquerosos la carroña; en los piquetes de los jóvenes bravíos mártires, o
bien, a los botaderos corruptos de la ciudad donde encuentran facilito las
coimas entre las bolsas plásticas y los desperdicios de la gula descomedida.
Mientras se hartan y picotean sus mugrosos manjares les
siguen las moscas como la peor lumpen que la naturaleza
hubiese creado. Para limpiarse el pico se lo restriegan sobre sus sucias plumas
del pecho, mismo que muestran pavoneándolo entre machos a la hora de aparearse,
figurándose entre el plumaje negro enjambres de larvas producto de la
podredumbre que andan encima.
Como les cuento los López tienen su rey, un zopilote monarca,
único, de ojos amarillos, un otrora caudillo que hace tiempo fuese ave lozana y
hermosa para el gusto de las personas, quien en remotas épocas se erguía
pomposo y orgulloso de ostentar la corona de los cielos, no obstante ahora es
viejo y con los años patético en su volar, dejando nada mas una estela de progenies
oportunistas patológicos, indignos de las tierras medias de las Américas.
El rey zope y la matriarca López planean a favor del viento, acompañados y resguardados
por su bandada, su prole, siendo unos macabros otros voraces, yendo al frente los más energúmenos, los más pusilánimes, los lisonjeros, los que comen
menos y protegen a sus dueños... La pareja real de zopilotes, los amos del clan
López.
parte 4. La maldición de los cazadores del unicornio.
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo.
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
parte 16. El Rasputín bananero
parte 6. El pequeño Baba.
parte 7. Garbito.
parte 8. Balduino el descuartizador.
parte 9. El burro del barrio de allá abajo.
parte10. La balada del Tío Payo.
parte 11. El viejo del sombrerón.
parte 12. La voz anónima de El Calvario.
parte 13. Diego de Landa.
parte 14. Acerino.
parte 15. El Condestable.
parte 16. El Rasputín bananero
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