27/9/20

La crisis del periodismo

A partir de la conferencia de prensa del pasado 24 de septiembre donde se evidenció, en plena cadena nacional, el divorcio entre el actual presidente y el gremio de periodistas en general, les comparto mis apreciaciones como periodista independiente, como escritor, como ciudadano y como PYMES.

 


La crisis del periodismo

 

Resumen: El periodismo acarrea una larga crisis de credibilidad de cara a la misma opinión pública, teniendo en cuenta eso emergen nuevos líderes políticos, rompiendo lo establecido y tomando ventaja de dicha percepción mediática, haciendo (el político) lo que está en su naturaleza hacer, que es: manipular a la opinión pública.

A continuación les desarrollo el anterior juego de palabras.

El caso salvadoreño es ilustrativo y hasta didáctico para quienes quieran entender, o discernir, sobre la relación entre: política, periodismo y opinión pública.

Un poco de Historia: Desde la guerra civil salvadoreña los rotativos de LPG y EDH, diario El Mundo, las televisoras de TCS, entre otros; jugaron uno de los roles más perversos y antidemocráticos al manipular en forma descarada las percepciones ciudadanas sobre el quehacer político del país.

La sociedad en general lo sabía, lo intuía, desconfiando cada vez más de los medios de comunicación tradicionales. La noticia dejó de ser sinónimo de “la verdad”.

Mientras tanto la APES (Asociación de Periodistas de El Salvador) mantuvo un discurso soso y poco contundente sobre el rumbo que llevaba el rol del ejercicio de la profesión periodística.

No obstante en esta última década hubo algo que cambió las reglas del juego, fueron las redes sociales y el uso masivo del teléfono inteligente. Surgiendo en paralelo la figura de un astuto Nayib Bukele como líder político, aprovechándose de las circunstancias para romper los esquemas establecidos de la comunicación y de la política, en forma simultánea.

Fue de esta manera que la ciudadanía harta de la manipulación y la oprobia política tradicional, hacen uso de las nuevas tecnologías y plataformas comunicativas digitales, para alzar la voz y convertirse de la noche a la mañana en los nuevos muckraker del siglo XXI.

Bajo esta estela de consumo de medios (de comunicación) se cuela un espectro heterogéneo de voces que expresan su punto de vista político, lo cual es bueno, lo malo es que por desgracia tampoco nos dan una alternativa viable a la problemática inicial, que es: la verdad en la noticia, es decir: el derecho a la información.

Hoy en día, youtuber, blogers, influencers, e incluso hasta troles, llegan a tener mayor alcance mediático que los mismos columnistas y entrevistadores políticos.

Bajo este escenario henos aquí... viendo en cadena nacional a un presidente avispado y manipulador abofetear en pleno show mediático a justos por pecadores, echando en la misma buchaca, a su conveniencia, a: 1- la percepción general de los medios de comunicación, y, 2- el ejercicio del periodismo como tal.

En cuanto a mi gremio es lamentable que después de leer el comunicado de la APES al respecto (el cual es bueno pero no contundente) y escuchar relatorías, foros y las voces calificadas que la misma asociación impulsa, llego así a la conclusión (con respeto respetuoso), “siguen siendo insulso el papel de la APES ante la opinión pública, producto del poco valor que la ciudadanía le tiene al oficio, resultado de que el ser periodista ha perdido el pudor profesional por padecer: serios vacíos en áreas éticas, académicas y poca selectividad gremial”.



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