20/7/19

El libro. Tercera entrega: "y la revolución"

El libro y la revolución

Sí, ya sé, cuando decimos la palabra “revolución” el asunto se escucha muy incendiario y radical… y tienen razón. Pero alguien me podría explicar ¿porqué las satrapías, dictaduras y monarquías queman libros a lo largo de la historia?

Los libros guardan conocimientos a través de las generaciones, los libros son cultura, por eso no es de extrañarse que a lo largo de la historia los dictadores de mala entraña los quemen, castigando a quienes los leen así como sus autores.

Hitler, Pinochet, Robespierre, Diego de Landa, Pol Pot, son algunos de los personajes oscuros de la historia que están atrás de semejantes actos contra el conocimiento, colocándose al lado opuesto de la razón, de la historia, queriendo evitar la evolución de las sociedades, la cual jamás ha dejado de cambiar.


En Centroamérica así como en la provincia de San Salvador a finales de la colonia la censura estaba a cargo de la iglesia y de las autoridades monárquicas, pero fue inevitable que periódicos y libros con ideas de la ilustración llegasen y fuesen leídos para iniciar así un surgimiento del pensamiento republicano.

En ese momento subvertirse a la iglesia y a la corona española era ser revolucionario, por eso ante las requisas de las autoridades de la época, el título de un libro marcaba la diferencia entre un rebelde o un conservador.

La república

Una vez lograda la independencia en 1821 (aboliendo la santa inquisición y la esclavitud) y después de sortear la invasión mexicana del año siguiente, se dio un proceso de consolidación de la república, bajo esa coyuntura los libros y periódicos jugaron su rol determinante.

Al principio de ese periodo (1824-1841) se trajo por primera vez una imprenta a San Salvador, iniciando así la producción de textos impresos, tanto libros como periódicos.

Si bien era cierto la imprenta permitía mayor difusión de los textos, estos aun no llegaban a ser formatos populares para la trasmisión de las nuevas tendencias del pensamiento; los periódicos y libros seguían perteneciendo a las élites, por eso tanto en el país como en el mundo los impresos eran de carácter político-económicos, porque no dejaba de ser un producto caro, solamente las clases acomodadas tenían acceso a la lectura.

En 1824 se imprimió el primer periódico llamado “El Mercantil” y de igual manera al año siguiente se produjo, en esa misma imprenta, un tratado de derecho internacional escrito por Andrés Bello, el intelectual latinoamericano que junto a Simón Bolívar eran considerados para la época como “revolucionarios”.

A mediados de ese siglo XIX se desarrolló el telégrafo y a principios de siglo XX la prensa del centavo, hasta entonces los textos impresos se empezaron a popularizar, mientras tanto los libros en El Salvador fueron llegando cada vez a más personas; surgió la radio y la televisión, pero el libro nunca pasó de moda, adaptándose a la modernidad y cumpliendo siempre su rol cultural y comunicativo.

Durante la segunda mitad del siglo XX el sistema educativo salvadoreño demandó para las masas estudiantiles mayores  cantidades de libros, tanto educativos como literarios. 

Sin embargo, fueron épocas convulsas de dictaduras militares contra estudiantes universitario, donde ser subversivo o ilustrado era una delgada línea peligrosa. No obstante surgieron como espuma una serie de generaciones comprometidas de escritores demandando cambios, y junto a cada empuje intelectual se venía a su vez una nueva oleada de editoriales, bibliotecas y libreros, pero ese pasaje se los cuento para el siguiente artículo, que acá mismo se los comparto.

PRIMERA ENTREGA: EL LIBRO Y SU RAZÓN DE SER


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