6/11/19

El Salvador el país de la sonrisa


El Salvador el país de la sonrisa

Todos reímos en este paisito quizá por no llorar, al ver como se maltrecha la justicia, la dignidad y la razón. Somos los contrastes turbulentos de la precipitación de la política y la cosa pública. Acá es el lugar donde el asesino del santo Romero de las Américas es ícono y máximo ideario de uno de los principales partidos, acá es el país donde los asesinos de nuestro mejor poeta gozan de libertad, incluso, uno hasta dirigió una importante cartera del Estado, el otro anda de sinvergüenza como asesor político internacional, tal vez la justicia transnacional lo enjuicie algún día ya que la nuestra nunca brilla por sus aciertos, solo ocupa titulares por sus ortodoxas formas de interpretar la palabra constitucional, así de esa manera encarcelan mujeres por abortos espontáneos y los santos médicos hipocráticos dejan morir a las pacientes al no aplicar un aborto terapéutico porque las susodichas leyes no lo permiten, no obstante, el Estado y los gobiernos en turno permiten la indigencia infantil como cosa normal y nos acostumbran a asumirlo como ver correr el agua de los ríos, ríos que por cierto van contaminados no solo de caca, sino, de desechos tóxicos y metales pesados, todo porque la supuesta regulación se la pasan los corruptos burócratas por sus innobles arcos genitales. En el país de la sonrisa las normalidades son tan amorales que el agua que debería ser un bien común y garantizado se vende embotellada y quien no tenga para comprarla no bebe agua limpia, mientras en otros lugares del mundo prohíben la venta de botellas con agua acá las fomentan, ¿y por qué no? Si de eso también se cobran y evaden impuestos. Las cosas increíbles son creíbles, y las ironías están a flor de piel, la injusticia y el silencio es la factura que pagamos por una cena raquítica que apenas comemos, de esa forma vemos que con tal de exonerar de pedofilia a un ilustre magistrado nuestros personeros de la ley no dudan en dejar un triste precedente como promulgar que tocar en sus partes intimas a una niña no es un delito grave, si no es a caso, uno menor. Estamos mal y los cara dura nos siguen viendo el semblante de majes, hablo de esa clase de políticos servidores de sí mismos, los que toleran entre sus filas a un borracho pistolero que dispara contra una policía y queda en libertad, es más, aun legisla el muy desgraciado, campante y sonante se muestra en público dando declaraciones a la presa como si fuese hombre decente, cobrando su exorbitante suelto con coimas dietas y regalías cuando debería estar preso, pero así somos en este país, a la sexta calle le llamamos décima, mientras creemos en forma ciega en nuestros líderes y lideresas como vacas sagradas que van haciendo averías a su paso sin que les recriminemos su torpe andar, los socialistas y comunistas quienes lucharon por los pobres y las desigualdades sociales ahora son empresarios defendiendo su derecho a ser ricos ajustándose a las reglas del mercado, reglas torcidas donde la explotación descomedida entre el hombre por el hombre es normal, o bien, el hombre sobre la mujer o la mujer sobre hombre. En fin, en este país donde reímos por no llorar los héroes de la guerra y la paz son aclamados con pompa como reyes del narcotráfico y elegimos como presidente al máximo trol de las redes sociales, todo por dejarnos arrinconar en la peor de nuestras desesperaciones, quizá como estas palabras... un tanto atropelladas.


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