Un punto de vista diferente de los hechos y las cosas insólitas que nos suceden y que atañen al público en general; les comparto mis artículos, crónicas, críticas, ensayos periodísticos y otras hierbas....
Fui el hace
unos días a la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador a ver la obra “Marx
ha Vuelto” basada en el libro “Marx en el Soho” de Howard Zinn quien fue un historiador, politólogo y
dramaturgo estadounidense fallecido en 2010; sin embargo, en las tablas salvadoreñas
es adaptada y puesta en escena por Leandro Sánchez Arauz, que en mi modesta opinión, es uno de
los mejores actores de este país.
Marx ha
vuelto de ultratumba y se topa con el día a día de esta república
centroamericana, lee los tabloides y verifica que no regresó a Londres ni a
París, ni mucho menos a Berlín. Sí, llegó a San Salvador una ciudad violenta y
donde la gente no le gusta leer.
Marx lee el eslogan: "noticias de verdad", y asume que ha llegado a un lugar contradictorio, a lo que continúa diciendo, "bueno, si la noticia es de mentira dejaría de ser noticia"...
La obra es
un monólogo, y a diferencia de la mayoría de éstos, no es nada aburrido,
es divertido en todo momento, mas bien, es “travieso” en sus interpretaciones de
la realidad, haciendo a lo largo del drama una excelente didáctica para la
asimilación de El Capital, el tratado de la economía política, y de paso nos da
una ilustración biográfica del controversial pensador.
Pero no
quiero que me mal interpreten, esta adaptación escénica no es dirigida en
exclusiva para quienes se denominan de pensamiento de izquierda, es una obra
para gente ávida de conocimiento, y la recomendaría para entender y descubrir
la dualidad del pensamiento humano, la dicotomía de la realidad, y la
dialéctica en sí.
Karl Marx es un pensador que después de la caída del muro de Berlín mucha gente lo creyó
caduco, pero la historia a las pocas décadas nos ha dicho que aun tiene mucho
que dar, sino, veamos la crisis bursátil de hace diez años, por lo
tanto, el principio del pensamiento de una política económica solidaria siempre
será válido.
Las malas
interpretaciones de El Capital por parte de autócratas y las dictaduras (de
izquierda o derecha) hacen que se satanicen sus oraciones; por eso estoy seguro
que quienes citan sus frases más famosas como “...la religión es el opio de los
pueblos”, en realidad no han leído ni la octava parte de El Capital, y mucho
menos han visto la puesta en escena de “Marx ha Vuelto” de Leandro Sánchez
Arauz; también a ellos les recomiendo ir.
Sentados con
Leandro, tomándonos unas cinco cervezas frente a un lupanar de San Salvador
bajo la lluvia de estos inviernos tropicales, me contaba el actor que está por
cerrar el ciclo de presentaciones de esta obra, por eso fui a verla y a
escucharla otra vez, para refrescar mis conocimientos, sin el tedio de leer los
contextos bibliográficos del socialismo utópico francés, la revolución
industrial inglesa, ni el movimiento obrero alemán del siglo antepasado, lecturas
necesarias para entender el marxismo.
Leandro ha
presentado esta obra en diez países (Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica,
Panamá, once provincias Argentinas, Uruguay, Chile, Paraguay y por supuesto El
Salvador), y la han visto 23,224 personas, por lo tanto, difrutarla en la Gran Sala del Teatro Nacional de San
Salvador con su acústica casi perfecta fue en realidad un verdadero agasajo
para una atardiada cultural a pleno
invierno, bajo la lluvia que cesaba y se venía de nuevo, una y otra vez más.
Si fuera el
director de televisión educativa dejaría inmortalizada esta adaptación de la
obra de Howard Zinn “Marx en el Soho”, la cual podemos encontrar en youtube; lo
haría porque la escenificación tropical que
hace Leandro además de ser entretenida y divertida, es educativa, y sobre todo
apta para mentes lozanas.
En pocas palabras, si no la has visto
debes hacerlo.
Es una
lástima… y en verdad digo estas palabras con profunda tristeza y rabia a la
vez; el sitio arqueológico de Tacuscalco será destruido al menos que lo salve
un veto presidencial.
La historia
se repite una y otra vez. Los pueblos originarios del territorio de Cuscatlán,
lo que hoy en día es El Salvador, son despojados de todas sus pertenencias
tangibles e intangibles.
Primero los
invasores españoles roban sus mejores tierras en el proceso que conocemos como “la
conquista”; luego la clase criolla por medio de las reformas liberales del
siglo antepasado les arrebatan, después de la independencia, otra buena parte
de sus territorios; y ahora, no sólo bastó dejarlos en extrema pobreza, sino,
que son humillados con la destrucción del sitio sagrado de Tacuscalco, lugar
datado de más de 2000 años de antigüedad.
Permítanme
entonces contarles la historia en retrospectiva, una historia de traición y
demagogia hacia el pueblo que habitó estas tierras a lo largo de las centurias
pasadas. La historia de Tacuscalco es la misma del asesinato del legado
cultural que debería identificarnos como nación, la extinción de Tacuscalco es
la pérdida irreversible de nuestra pertenencia social.
La Asamblea
Legislativa votó el pasado viernes 10 de agosto para modificar la actual ley de protección del patrimonio
cultural y poder continuar con tecnicismos legales con el proyecto urbanístico
sobre el sitio arqueológico de Tacuscalco, aun cuando la comunidad
académica (arqueólogos y antropólogos) y organizaciones de pueblos originarios,
así como otros sectores de la sociedad civil se oponen por un sentido común de
nacionalismo para defender el legado cultural.
Los ex,
coronel Antonio Armendáriz y general Mauricio Ernesto Vargas, ahora diputados fueron
los que encabezaron dicha iniciativa legislativa, jugando su macabro papel en
la historia, así como lo fueron en su momento los generales tlaxtaltecas que
acompañaron a los invasores españoles a usurpar estos territorios, (los
tlaxtaltecas es el mismo pueblo al que pertenecía la famosa “Malinche”), estos
fueron los que prestaron logística a la armada peninsular; de igual forma como en
el pasado los lacayos de los lacayos son quienes facilitan el robo de nuestro
patrimonio cultural.
En Tacuscalco
fue el sitio donde los pueblos nahua-pipiles lucharon contra Pedro de Alvarado
y el ejecito español, con ayuda de miles de tlaxtaltecas, allí se libro la
segunda batalla por el territorio de Cuscatlán. Lugar escogido por ser a lo
largo de la historia un sitio de convergencia entre las distintas etnias de la
región.
Tacuscalco
significa: casa de armas. Amigos antropólogos me explican que se llamaba así
porque era un lugar donde se guardaban las armas para hacer la paz, era un
sitio ceremonioso donde los sacerdotes leían las estrellas, los guerreros
jugaban a la pelota, un sitio de adoración de sus dioses, era un lugar de
trueques, de conocimiento ancestral, y además era donde enterraban a los
muertos.
Les cuento
esto como periodista y escritor porque es mi deber trasmitir este conocimiento
al público en general, y hacer ver que tal sitio arqueológico es tan importante
en su valor cultural como lo es Tazumal, Copán o Tikal. La comunidad
arqueológica me desmentiría si me equivoco.
Sin embargo,
los diputados que el pasado 10 de agosto votaron por extinguir nuestra cultura
no lo hacen por desconocimiento de lo anterior, no los movió la ignorancia,
estoy seguro que levantaron la mano por malinchistas que son, por traidores a
nuestra identidad nacional.
Pero no solo
de ellos es la traición, también el gobierno de turno con algunos personajes que
se hacen llamar de izquierda tiene las manos embarradas de este abominable
asesinato cultural. Ahorita les cuento.
Cómo se
llegó a este nivel para que una empresa constructora destruyera un sitio
arqueológico denominado: de primer orden.
En resumidas
la historia es esta: Según la publicación del periódico El Faro del 8 de abril
del presente año, titulada “Nadie detiene los tractores de Tacuscalco”, es la
empresa Salazar Romero la que está atrás de esta destrucción a través de otra
llamada Fénix SA de CV, vinculadas por lazos orgánicos entre sus accionistas y
abogados.
Fragmento de la publicación del periódico El Faro, 8 de abril de 2018
En cuanto a
los permisos catastrales figura una tercera empresa, Chiripíos SA de CV, la cual
los tramita y los “obtiene” (y lo pongo entre comillas porque eso es
discutible). Los permisos de construcción fueron “otorgados” por la oficina
catastral de Sonsonate (ODUAMSO), pero a la hora de construir el proyecto
urbanístico es ejecutado seis años después por Fénix SA de CV, es decir, los
permisos eran caducos, siendo por consiguiente inválidos.
La
municipalidad de Nahuilingo, municipio donde pertenece Tacuscalco, no tomó en
cuenta la caducidad de los permisos de construcción e igual dio autorización para
construir.
Marvin Zepeda Concejal de la Alcaldía de Nahuilingo explica las anomalías de los supuestos permisos de construcción
Por otra
parte, las autoridades medioambientales nunca emitieron un dictamen satisfactorio,
pues la contaminación del río Ceniza era inminente, por lo tanto, un juzgado
medioambiental dictaminó detener la obra, pero la fuerza pública nunca efectuó dicho
paro.
Y para
finalizar, las directrices que el departamento de arqueología del entonces
SECULTURA (órgano rector de velar por la protección del patrimonio cultural),
fueron irrespetadas en forma flagrante. En otras palabras, la empresa
constructora nunca se interesó en el respeto al sitio arqueológico, y de igual
forma ni la policía ni la fiscalía acataron el procedimiento respectivo de paro
de obra.
Todo bajo
las narices del gobierno del FMLN, lo que nos lleva a la pregunta: ¿Cuál es el
poder que goza una empresa urbanizadora para atropellar de esa manera la
institucionalidad del país? La respuesta nos la dice el artículo publicado antes
citado del periódico El Faro, donde señala al vicepresidente de la república
Oscar Ortiz a tener intereses con la empresa Salazar Romero, la que se vincula que
está atrás de la destrucción de Tacuscalco.
Fragmento de la publicación del periódico El Faro, 8 de abril de 2018
Además
organizaciones de la sociedad civil, en específico, la Unidad Ecológica
Salvadoreña UNES el día 22 de abril en conferencia de prensa, emite una
reveladora información donde denuncian sus directivos a dos personeros de la Presidencia
de la República; el ex ministro de economía Tharsis Salomón López y el ex director
de ANDA, Marcos Antonio Fortín, quienes abordaron al equipo técnico de
arqueología de SECULTURA con tono intimidatorio para que dichos profesionales
desistieran de continuar pronunciándose en contra de la destrucción del sitio
arqueológico por parte de la empresa constructora.
Fragmento de la conferencia de prensa brindada por la UNES el 22 de abril de 2018, tomada de la fanpage institucional de dicha ONG
Fuentes
internas del Ministerio de Cultura confirman las palabras de la conferencista de la UNES, la fuente en específico pidió anonimato para evitar posibles
agresiones.
El pueblo
salvadoreño no es tonto y menos la sabiduría indígena, les comparto las
palabras del Alcalde del Común de Izalco, Rafael Latin quien nos dice su pensar
al respecto.
Rafael Latin, Alcalde del Común de Izalco
Expuesto lo
anterior me veo obligado a formular las siguientes preguntas directas: primero,
al Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, ¿Es usted quien gobierna
este país o es una marioneta? Señor Presidente si usted sigue siendo el
mandatario de los salvadoreños le exigimos un veto por inconstitucionalidad, para
que Tacuscalco no sea destruido.
Segundo, al
FMLN como partido: ¿Acaso siguen creyendo que la gente es tonta? ¿Acaso no les
bastó la derrota electoral pasada? El hecho que la bancada legislativa votase
en contra de la destrucción del patrimonio cultural, incluyendo Tacuscalco, el
pasado 10 de agosto no les exime de sus responsabilidades ante los ojos de la
opinión pública, porque de nada sirve rasgarse la ropa como hacían los
fariseos, si el presidente no veta dicho decreto legislativo, eso sería nada más
simple politiquería, y como les repito, los salvadoreños no somos tontos.
Tercera
pregunta: A los partidos PCN y ARENA ¿En verdad son tan nacionalistas como
dicen ser? Estoy seguro que no. Nacionalismo es la orientación política hacia
el desarrollo y el mantenimiento de una identidad nacional basadas en
características compartidas como la cultura, la etnia, la creencia en un
ancestro común, entre otros elementos; por lo tanto, me parece que solo son una
bola de oportunistas.
Y la cuarta y última pregunta: ¿Qué clase de horchata les fluye por la cara a los bisnietos de la Malinche? Esos quienes han procurado vender la identidad cultural y nacional con sobornos, amenazas, matonerías, engaños, estratagemas, omisiones y descaro a más no poder. Esos oprobios, sátrapas que han logrado con sus bajas energías la destrucción de lo que queda de Tacuscalco, asistiendo a la extinción cultural, y por ende, a la nuestra y a la de ellos mismos también.
Daniel
Ortega no solo perdió el control en su país, sino, amenaza en forma significativa
el frágil equilibrio centroamericano. Nicaragua está en plena guerra civil y la
situación ciñe en convertirse en un conflicto de escala mayor.
Más allá de
cualquier postura ideológica de condena o apoyo al régimen Ortega – Murillo, me
gustaría valorar la irresponsabilidad del gobierno nicaragüense hacia los
pueblos vecinos.
El hecho que
a plena luz del día (sin esconderse) bajo la mirada de organismos de derechos
humanos, periodistas y miles de teléfonos, los grupos paramilitares accionan en
forma impune al margen de la institucionalidad; convierte esta situación en un
polvorín peligroso para los demás países centroamericanos.
Tanto
salvadoreños, hondureños y guatemaltecos conocemos a la perfección que este
tipo de grupos mutan en forma fácil a lo que conocemos como “escuadrones de la
muerte”, y sabemos además que estos son una lacra que medianamente hemos
superado, por lo tanto, que Daniel Ortega lo permita como método para
solucionar el conflicto interno es una afrenta contra la región, siendo por
lógica una clara amenaza a nuestras sociedades.
Los países
del triangulo del norte centroamericano ya tenemos suficientes problemas con el
fenómeno de las pandillas, ahora si incrementamos grupos paramilitares que
accionen en forma descarada al margen de la ley en nuestro ambiente, estaríamos
frente a una nueva descomposición social a gran escala; algo inaceptable, más
aun, viniendo de un referente tan solidario con el pueblo como es Daniel Ortega
y Rosario Murillo, o quizá no lo son.
Grupos parapoliciales entran a una iglesia y agreden a obispos. Fuente: agencia internacional EFE
Estoy claro
que la problemática nicaragüense debe solucionarse entre nicaragüenses, y me
gustaría que mis palabras no se confundan en contra ó a favor del gobierno, lo
único que le pediría al régimen nicaragüense como ciudadano centroamericano es
que utilice métodos apegados al Estado de derecho porque ese camino que ha
escogido de utilizar mercenarios, matones, milicianos, parapolicías, o cómo los
quieran llamar, nos amenaza seriamente por la cercanía y hermandad entre los
pueblos centroamericanos.
Señor Ortega
y señora Murillo, por favor sean responsables en sus acciones y dejen de utilizar
a estos grupos facinerosos, es una política insensata y estúpida. No se
necesita una bola de cristal para saber que esta receta es una bomba de tiempo
tanto para ustedes dos, como para el resto de Centroamérica.
Nota: En entrevista para CNN el pasado 27 de julio, Humberto Ortega (hermano del presidente nicaragüense) afirma categórico que las leyes permiten en este país que la población civil apoye a la policía en forma
voluntaria pero en acciones “preventivas”, inhabilitándoles de funciones
represivas, mucho menos de portar y usar armas de restricción militar.