La tercera raíz, la identidad africana
Para que un país o región camine al desarrollo una de
las características que debe cumplir es tener clara su identidad, y no solo
para la élite intelectual, sino, que las personas del común tengan certeza de
su pertenencia con su territorio y sus raíces culturales.
Dicho lo anterior, que los pueblos americanos nieguen
o vean con desdén las afro descendencias resulta ser un craso error intelectual
y de la sabiduría popular.
El Salvador es uno de los tantos países que discrimina a las personas con raíces africanas, pero no solo eso, también comete el yerro mas
grande que pueda existir, el salvadoreño promedio crea un mito a su alrededor de
negar a sí mismo su raíz africana, despreciando de manera tácita su identidad.
Las palabras que les comparto del coordinador y profesor de la licenciatura de historia de la Universidad de El Salvador Alfredo Ramírez son mas que explicitas al respecto.
Cuando abordamos el tema en toda su dimensión llegamos
inexorables a la conclusión de que, no podemos aspirar a un desarrollo social
si no develamos ciertas realidades culturales latentes, y una de ellas es
nuestra tercera raíz.
El eurocentrismo resulta ser para el caso el yugo con
el que aun caminamos, África nos da una rica herencia a la cual renegamos, herencia
de saberes filosóficos, sociales, teológicos, culinarios, musicales y artísticos
en general.
Con lo anterior no niego que para que un país logre su
desarrollo pleno también hay otros factores como, sus recursos naturales, la
inversión en educación especializada o, el fortalecimiento del sistema jurídico
y Estado de derecho, entre otros. Pero en el caso específico de los pueblos
centroamericanos el factor cultural es determinante, ¿por qué?, bueno esa es
una plática para otras 500 palabras.
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