Concierto de una
Vida
Esta es una deuda moral y profesional a la vez, escribir sobre una pieza musical nunca es
fácil. Ramsés Calderón además de ser un viejo amigo es un músico de vocación,
de carrera, de pasión. De esos que nacieron con los acordes en las manos y con
notas de pentagrama en su pulso.
Actualmente Ramsés vive en
Canadá y viaja por el mundo dando a los oídos más selectos piezas que dan un
gran acervo, alegría, y sobre todo, que hacen reflexionar sobre el destino.
No me atrevo a hacer una
crítica musical pues no soy músico y dentro de mis lectores
pocos lo son; que les parece si hacemos mejor una valoración semiótica de la
significación de esta pieza llamada “Concierto de una Vida”, que fue presentada
por primera vez el 3 de septiembre de 2015 acá en San Salvador en el Teatro Presidente y ejecutada por
la Orquesta Sinfónica de El Salvador, la cual les reproduzco a continuación.
Les recomiendo entonces
preparen una taza de café de altura y quesadilla, o bien, una copa de vino de buen buqué, y escuchemos:
Composición para
Orquesta y Solo, Marimba, Saxofón y Clarinete. Esta es una simulación de
orquesta hecha en el programa de edición y composición musical
"Sibelius".
Ramsés Calderón junto
con el Maestro Cecilio Orellana, quien le dio tutelaje en estudios de teoría y
armonía musical. También estuvo por siete años en la Academia Nitsuga Mangoré
dirigida por el Maestro Cándido Morales, pero antes a finales de la década de
los ochenta en sus albores profesionales fue integrante del grupo musical
Xoloth.
A pesar que el autor y su
trabajo ha llegado exitosamente a otras culturas, nunca pierde la identidad ni
su buen atino autóctono, nuestras raíces van implícitas en los sonidos de la marimba
y otras percusiones, pero no solo eso, a través del lenguaje musical el autor
acepta el multiculturalismo y hace de otros saberes el nuestro también, es un
concepto lógico y simple a la vez, es el proceso del mestizaje de las
sociedades.
“Concierto de una Vida” es
una unidad como discurso, pero está compuesta de diferentes fuentes culturales,
y su deleite nos convierte en personas cosmopolitas; pero ojo, jamás olvidamos
nuestras raíces, nuestra calidez, alegría, las ganas de emprender cosas nuevas,
o ver otros horizontes.
Si bien es cierto Ramsés se
inspiró en su colega Luis Ramírez, un jazzista y clarinetista de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, quien con mucha entrega logra madurar el arte musical a lo largo de su vida y hace finalmente
de la vocación un triunfo esperanzador; no deja la pieza de evocar el vivir del
autor que se identifica tanto con su fuente de inspiración como en él mismo,
pues es un migrante como tanto salvadoreño que toman gallardamente un camino
incierto, peligroso muchas veces, sin garantías; pero con optimismo y con las
ganas de querer ser mejor, es después de todo la historia que llevan muchos en
diáspora.
Ramsés Calderón nos da
esperanza y aliento a través de quince minutos lúdicos, que nos afinan los
sentidos y nos reafirman que no estamos solos como individuos, pues compartimos
una raíz y un origen. La pieza es un mensaje artístico que resume toda una vida
(quizá migrante) hecha concierto.