Continúa el éxodo salvadoreño
El Salvador sufre los embates
de la criminalidad, producto del desborde de las organizaciones delictivas,
como los narcotraficantes y las pandillas.
La situación de las personas de
sectores pobres y de zonas afectadas por las denominadas “maras” es tan caótica
y desesperada que ha provocado una nueva y triste oleada de migrantes que
buscan refugio en Estados Unidos.
Ante la impotencia y la falta
de control territorial del gobierno salvadoreño, la gente viaja de manera
ilegal en una diáspora incierta hacia Norteamérica, pero el gobierno de
Washington en los últimos meses toma la política inflexible de deportar a los
que arriban en estas condiciones.
El sentimiento anti-emigrante
arraigado en sectores de la sociedad estadounidense, mueven a la administración
de Barak Obama a realizar deportaciones en masa y redadas para apaciguar esos
segmentos de la opinión pública americana, que sin duda, son decisorios en las
próximas elecciones presidenciales de ese país.
La incapacidad de los
diferentes gobiernos salvadoreños a lo largo de los años, pero sobre todo la
indiferencia ante la problemática hace que los “lobis” entre cancilleres rindan
pocos frutos para detener en forma efectiva las deportaciones, que son injustas
pues mucha de esta gente huye de la criminalidad y de amenazas a muerte a manos
de las pandillas.
Sin embargo, nada de esto
sucediera si las condiciones de exclusión fueran superadas, es decir, las
personas no tendría necesidad de migrar si no hubiese violencia, pobreza o
inseguridad social (vivienda, salud, educación, alimentación), que en última
instancia es responsabilidad de los gobiernos en turno.
La compleja problemática
activa de forma automática la conciencia social de la comunidad de salvadoreños
en el mundo, que exige por su condición moral ciudadana que se corrija el
sistema de exclusión permanente. Organizaciones como FUSA nos manifiestan que
están identificadas con el sufrimiento de la gente desprotegida que migra como
su única alternativa, consideran que es necesario hacer cambios determinantes
que van más allá de los conocidos discursos políticos.
Es inaceptable que no se
traten los orígenes de la migración hasta la fecha, teniendo en cuenta que es
una condición arraigada en la cultura salvadoreña, que llega a ser una de las
pasmosas realidades por tener más de una cuarta parte de la población total
fuera de las fronteras territoriales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario