De la pluma a la acción
Si existen en el país empresas que entorpecen el desarrollo de
la democracia son sin duda los medios de comunicación. Se supone que su rol
social es promoverla, pero no es así, juegan en contra de los intereses de las
mayorías.
Dentro de las instituciones garantes de la democracia los medios
de comunicación cumplen un papel importante gracias al manejo profesional y
oportuno de la información, porque son defensores de “la verdad”; sin embargo,
un país es de tercer mundo en gran medida porque ellos hacen un papel nefasto e indigno dentro del concierto social.
Claro que no vamos a echar en el mismo cesto a todos por igual.
Llamemos entonces a las cosas por su nombre, El Diario de Hoy, la Tele
Corporación Salvadoreña TCS, La Prensa Gráfica, el Diario El Mundo, son los
principales enemigos de los salvadoreños y de su desarrollo democrático, luego
hay una serie de radios que se les acoplan, y por supuesto un puñado de lacayos
incondicionales, incluyendo al Grupo Megavisión, todos estos actores son suficientes
para echarle la vaca gorda a un gremio que no está organizado (los
periodistas), al menos, a la altura de las necesidades; la autocensura entra
entonces a la escena.
El
problema es complejo pero hay que aclararlo de una vez por todas, así que lo vamos
a hacer por partes.
Primero, tenemos que marcar una diferencia entre medios de
comunicación y comunicadores, llámese periodistas. Estos últimos en medio de un
fuego cruzado entre un público que exige la verdad y los empresarios que se
creen dueños de la verdad, siendo un error ético, ya que no se debe confundir
el discurso de libre expresión con lo que en realidad hacen.
Veamos entonces, ¿qué es lo que hacen? Estos dueños de los
medios de comunicación antes mencionados se adueñan de la información como si
fuera de ellos y la usan como si fuera su finca, haciéndolo de forma perversa y
anti-profesional, tergiversan la verdad o dicen verdades a medias, hacen lo que
quieren con la “agenda” (esto quiere decir: que cubren las noticias que les
convienen, y ni siquiera mencionan acontecimientos para no lesionar sus
intereses).
Es obvio que defienden a grupos de poder y no se deben a la
gente como pregonan; además, tratan a los periodistas como simples fichas de
damas chinas. Si alguien les quiere parar el carro se escudan en su discurso
famoso de “la libre expresión” y tildan a su detractor de
comunista-marxista-chavista, conceptos que ellos mismos han fabricado para
desacreditar a la verdad misma.
Lo que ahora los dueños de medios se dieron cuenta es que a Juan
Pueblo no le dan atol con el dedo, y las alternativas comunicativas no son las
mismas de hace 8 o 15 años atrás, el monopolio de “la verdad” ya no les
pertenece.
Un Ejemplo
¿Dónde están las hordas comunistas que se apropiarían de las casas
en las colonias Escalón y San Benito?, como decían afanosos hace 10 años los
sendos titulares de periódicos y noticiarios de radio y televisión, ¿A dónde
está la venta de nuestra patria a Rusia, Venezuela y Cuba?, como vaticinaban
los editoriales de los concienzudos líderes de opinión de los tres rotativos,
¿acaso Estados Unidos ha anunciado el cese del TPS para desproteger a los
salvadoreños de su estatus migratorio?, podemos seguir contando, sería una
retahíla de disparates de los cuales aun nos acordamos los que tenemos memoria.
El hecho de que las mentiras se hayan quedado en el olvido no les quita lo
fariseos que son.
Todos los tratamientos anti-éticos de la información han salido
a la luz, han sido desenmascarados los lobos con pieles de cordero. La gente no
les cree más. Tanto que ARENA y la derecha es percibida de la misma forma de
hace 10 años, perdiendo ambas elecciones presidenciales (2009 y 2014); en la
actualidad a pesar del desgaste y mala gestión del actual gobierno de izquierda
aun las encuestas no les dan la ventaja en las urnas.
Es una lástima que el partido de izquierda, ahora en el poder,
se haya convertido en el “2.0” de sus anteriores, haciendo el mismo manejo de
medios y amordazando “la verdad” como bien practicaron a quienes tanto
criticaron.
La información y la verdad es un bien público el cual no le
pertenece al partido de gobierno, tampoco al dueño del medio de comunicación,
mucho menos a un grupito de sabiondos con pisto. La información es necesaria
para desarrollarnos, durante mayor calidad tengamos de ella así será la
velocidad y la calidad con la que nos desarrollemos.
La democracia es un sistema de reglas, por así decirse, en el
cual el mundo civilizado se basa, y la información oportuna y veraz es, sin
duda, uno de los elementos más importantes para que todo este andamiaje
funcione. Eso nos garantiza una paz duradera, desarrollo asegurado.
Por eso es importante que se tomen cartas en el asunto, es vital
para nuestra democracia y desarrollo que exista una garantía y control de las
mentiras de los medios de comunicación. A cada periodo electoral que vivimos
hay un verdadero terrorismo mediático, y es por eso que es necesario que los
mas lesionados de todo esto debamos de levantar cabeza.
Sí, me refiero a los periodistas, a quienes se les obliga
ejercer una agenda noticiosa demagoga, a vivir con zozobra por saber que si se
les pasa la mano con “la verdad” cualquier momento les van a decir que están
despedidos.
Debemos de dejar ya los foros y las mesas redondas, donde
denunciamos la situación, se oyen bonitas las ponencias sin duda, pero hay que
pasar a la acción de una vez por todas y la oportunidad la tenemos servida en
la mesa.
Por eso pido en forma explícita a la Asociación de Periodistas
de El Salvador APES, en nombre del pueblo salvadoreño que se merece mejores
niveles de información por su valentía y ganas de querer vivir en paz, y en
nombre muchos periodistas para que se emita una iniciativa de ley para
la sindicalización obligatoria de los medios, para que exista una junta de
vigilancia de periodistas, para que ya no hayan más caporales en las empresas
periodísticas, para que ya no se den excesos de mala praxis, para que el
discurso de la libre expresión no tenga doble moral.
Si la APES no se siente a la altura de semejante compromiso
deberían de desaparecer, o bien refundarse, pues es mejor que dejen actuar a
quienes tengan el coraje de querer hacer algo diferente.
Después de todo no existe ningún país desarrollado en la faz del
planeta en el cual sus medios de comunicación no estén sindicalizados, por lo
tanto no es cosa del otro mundo lo que pretendemos. Estas son las instituciones
que necesitamos para evolucionar como sociedad, que garanticen una libre
expresión de verdad y catalicen el buen desarrollo del país.
La gente ya venció el miedo ahora faltan otros actores para
marcar un mejor futuro, los llamados hoy son los periodistas, me pregunto ¿está
el gremio listo?
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