Que dolor de cabeza cuando un
escritor o periodista aborda un material e inicia la redacción de un artículo
(por ejemplo), o peor aún, cuando uno define su estilo propio, no solo de escribir,
sino más bien, de hablar.
Teniendo en cuenta que es probable que nos falte mucho tiempo para que todas las personas se
pongan de acuerdo en cuanto al abordaje práctico del uso del lenguaje de la igualdad de género, les comparto mientras tanto mis apuntes sobre el tema.
Apuntes sobre lenguaje de género
Estamos viviendo una época interesante, en cuanto a la lingüística, pues la igualdad de género es una realidad que el
mundo académico ha asumido como una deuda a lo largo de la historia.
Hablar o escribir en términos
de igualdad de género no es una técnica que se aprende en un taller de redacción, no es tampoco una sub división de la gramática, es más bien la aceptación
en el pensamiento de cada quien, en comprender que hay que equiparar a las mujeres
con los hombres; no solo en oportunidades o en derechos, ahora el reto está en cómo
hablamos, es decir, visibilizar la igualdad en los códigos, en las convenciones
lingüísticas, y porque no decirlo, en la gramática misma.
El problema es de origen, pues la estructura de cómo concebimos la oración, el alfabeto y la sintaxis es excluyente para la mujer. La designación de los artículos y pronombres es claramente favorable al sexo
masculino, la convención gramatical se lo permite al hablante y es ahí el meollo
del asunto, nos referimos en términos masculinos a la generalidad para señalar a
la mujer.
La iglesia católica es la institución
más antigua que tenemos y es machista, (la Real Academia Española RAE es quizá la segunda) es tradicional y conservadora. Esta afirmación
es solo un ejemplo o un ejercicio para la reflexión de cada quien; para auto
evaluarnos y ubicarnos en qué tanta resistencia ofrecemos al cambio de lenguaje y pensamiento. Por eso
inicio este apunte con la nota hipotética: vivimos en una época interesante
para el lenguaje en general.
La RAE es
el órgano que marca “las normas” de cómo debemos hablar y escribir; sin
embargo, así como muchas otras instituciones inmaculadas también es
machista, no hay igualdad de género de quienes la forman. Entonces, ¿qué podemos
esperar? Y la pregunta inevitable y concluyente es: ¿Cómo debemos hablar?
Respuesta: El lenguaje es
cambiante y evoluciona, no hablamos español así como se parlaba hace 100 años,
mucho menos hace 5 siglos, por lo tanto, es inevitable la evolución del idioma
hacia la visualización de ambos géneros por igual.
Antes de tomar notas de cómo escribir utilizando técnicas de uso de lenguaje inclusivo debemos tener claro lo siguiente: “la igualdad entre mujeres y hombres no la reflejaremos en lo que denominamos lenguaje de género, es más bien, el pensamiento y razonamiento inclusivo lo que nos debe marcar el norte en cuanto a la disyuntiva”, pues hay un principio básico comunicativo que resume el punto: “hablamos de la forma que pensamos y escribimos de la forma que hablamos”.
Antes de tomar notas de cómo escribir utilizando técnicas de uso de lenguaje inclusivo debemos tener claro lo siguiente: “la igualdad entre mujeres y hombres no la reflejaremos en lo que denominamos lenguaje de género, es más bien, el pensamiento y razonamiento inclusivo lo que nos debe marcar el norte en cuanto a la disyuntiva”, pues hay un principio básico comunicativo que resume el punto: “hablamos de la forma que pensamos y escribimos de la forma que hablamos”.
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