Entrevista publicada en
septiembre de 1999 en la revista OPINIóN
ESTUDIANTIL, auspiciada por la Asociación General de Estudiantes Universitarios
Salvadoreños, AGEUS.
El acoso sexual es un lastre que la
sociedad arrastra de manera silenciosa, en los ambientes universitarios la
vulnerabilidad de las estudiantes es más que latente. A pesar de que esta
entrevista fue publicada hace 22 años la problemática aun es vigente, valiendo
la pena su republicación.
La denuncia de un acoso sexual no es
conciliable y no prescribe para las leyes salvadoreñas *
y menos para la opinión pública, el movimiento “MeToo” nos ha demostrado
que nunca es demasiado tarde para que un depredador sexual pague por sus
abusos, sirva entonces la presente entrevista para motivar a las víctimas a
denunciar, exponiendo con nombre y apellido a los acosadores para romper la
cultura del abuso hacia la mujer y evitar que las agresiones continúen, y lo
más importante, que sepan los depredadores que tarde o temprano serán expuestos
a la opinión pública, presionando así al sistema judicial a hacer sus buenos
oficios.
* Según la
última reforma del articulo 99 de código procesal penal; y según el articulo 58
de la LEIV (Ley Especial Integral para una Vida sin Violencia para la Mujer).
Max Herrador
¡SU NOTA!...
¿Qué le parece si la arreglamos en mi casa?
Por: Julio Enrique Rosales
“...quise levantar un proceso de
demanda; pero me explicaron que era difícil ganar el caso porque no tenía
pruebas, pero quedó registrado en la asociación de estudiantes de ingeniería”.
(Víctima de acoso sexual).
La Universidad de El Salvador es un
universo de ideas, de metas, de logros y algunas veces de fracasos. Un universo
de enseñanza, de aprendizaje, pero, ¿qué sucede cuando este proceso se sale de
los parámetros y se convierte en un delito sexual?
Dentro de nuestra Alma Mater
encontramos algunos docentes (sí les podemos llamar así, aunque más bien les
corresponde el título de “indocentes”) los cuales, aprovechándose de su
autoridad, llegan al grado de olvidar el papel de maestros que les corresponde,
tanto así, que tienden a jugar con las calificaciones de las estudiantes, a
cambio de una relación que se sale de lo que el proceso establece como,
enseñanza - aprendizaje.
Según el centro de documentación de CEMUJER,
acoso sexual es todo acto o conducta dirigida en su mayoría al sexo femenino,
con altos propósitos sexuales, estos actos u hostigamiento suelen ser
frecuentes y presentan una conducta de persecución con expresiones de palabras,
gestos o tacto físico.
Entre los factores que inciden en la
acción de un acosador podemos mencionar: Que éste se aprovecha de una situación
de vulnerabilidad para realizar su hostigamiento.
El chantaje es uno de los “métodos” de
acoso sexual más comunes en las sociedades machistas. Se da el caso en los
centros de enseñanza (ya sea secundaria o superior) que los docentes
premeditadamente reprueban la materia a alguna joven, y luego chantajean a las
estudiantes con la posibilidad de cambiar la nota por un rato de placer, el
inescrupuloso promete convertir un 5.6 a un 7.5 u 8.
Tal es el caso de “Lilian” (seudónimo
que utilizaremos), una futura ingeniera de 28 años, quien nos relata en una
entrevista la historia que vivió con un “indocente” de nuestra universidad:
¿Qué
entiendes por acoso sexual?
R. Es una situación que te persigue, te
presiona, te molesta y de la cual es difícil escaparse, es algo que lo sufrimos
todos los días, algunas veces es más sutil que otras, pero todas estamos
expuestas a algún tipo de acoso.
Tú
fuiste acosada por un docente de nuestra universidad, ¿Puedes decir quién fue?
R. Era un docente del Departamento de
Matemáticas, un tal licenciado Cristales, nos daba Matemáticas
IV. Esa materia es denominada como masiva, la demanda es tan grande
que los docentes de nuestra Escuela no alcanzan a cubrirla y se recurre a la colaboración
de docentes de ese Departamento.
¿Cuándo
te diste cuenta que eras acosada sexualmente por este licenciado?
R. En esa ocasión me puso nota de “1”
en el primer examen, para mí fue extraño debido a que no estoy acostumbrada a
ese tipo de notas, cuando fui al Departamento de Matemáticas a preguntarle por
qué tenía esa nota, le solicité revisión, quería ver mi papeleta y convencerme
realmente de la nota que tenía; pero resulta que mi papeleta la había
extraviado, le pregunté repetidas veces y siempre me decía lo mismo, yo llegaba
y mi papeleta continuaba perdida. Hasta que una vez, él estaba afuera de su cubículo
y le pregunte sobre mi examen... él me contestó que no la encontró y lo que
podíamos hacer es ir al “bosquecito” a charlar, posteriormente que fuéramos a
su casa y allá arreglaríamos la nota a cambio de mí...
¿Qué
fue lo primero que te paso por la mente en ese momento?
R. Me sentí mal, sentí asco... atacada,
mi reacción no fue ponerme a llorar, no... me dieron ganas de insultarlo,
porque la expresión en el rostro en ese momento parecía insultarme.
¿Qué
hiciste posteriormente?
R. Me dirigí a la Asociación de
Estudiantes de Ingeniería y Arquitectura (ASEIAS); a contar lo que
recién me había ocurrido, además tuve que abandonar la materia y perder un
año porque no quería seguir recibiendo clase con ese docente.
¿Hubo
algún otro tipo de acoso posteriormente?
R. Sí, cuando él llegaba al
Departamento se notaba la intención de que me quería hablar, pero yo lo
ignoraba completamente, pues me producía asco verlo y no quería que siguiera
jugando conmigo.
¿Conociste
algún otro caso de parte de este docente?
R. ¡Claro que sí!... conocí como cuatro
casos más solo el mismo ciclo que yo fui acosada; aparte de que nos humillaba,
nos insinuaba directamente sus intenciones, a tal grado que supe que dos de las
jóvenes tuvieron que dejar la universidad para no seguir aguantando este tipo
de situaciones.
¿Qué
hiciste para detener la situación?
R. No levante un proceso de demanda
porque la misma asociación estudiantil me dijo que era difícil ganar el caso
porque no tenía pruebas, pero ellos registraron el caso. Dos años después otras
jóvenes también se quejaban del mismo docente, y debido a que mi caso ya estaba
registrado me llamaron a testimoniar, en dicho momento me puse a llorar, tenía
miedo, pero logré decir mi situación; 15 días después me dieron la noticia que
al licenciado lo habían destituido.
¿Qué
consejos le darías a las jovencitas que pasan por una situación similar?
R. Deben de ser bien sinceras consigo
mismas y saber darse cuenta qué es lo bueno y lo malo; hay un acoso sutil que
ni siquiera te das cuenta, es ahí donde hay que ser perceptivas. Si la situación
las presiona, les causa molestias y humillación, háblenlo, eviten esa situación
amenazante... hay que comentárselo a alguien más, de preferencia a tu familia; además,
acérquense a una asociación estudiantil. Lo malo es callarse y dejar a esos
cínicos que se salgan con la suya.
Al final se hizo justicia y el docente
fue expulsado de la universidad, no obstante Lilian perdió un año de su carrera,
dos jovencitas perdieron la oportunidad de graduarse en la Universidad de El
Salvador; y el licenciado Cristales perdió su trabajo. Pero, qué de aquellas
situaciones de acoso sexual que se están dando actualmente dentro del Alma
Mater, serán necesarias tantas denuncias para llegar a una destitución,
nosotros creemos que no.
Así que este es un llamado a tu
conciencia joven universitaria. Si te has visto envuelta en situaciones
similares, puedes echar manos a la obra, no dejes que estos sinvergüenzas, que dicen ser
docentes, se salgan con la suya, ¡demándalos!, acércate a la Asociación
Estudiantil de tu Facultad o al local de AGEUS para detener legalmente esta
problemática.
Archivo.
Universidad de El Salvador. Opinión Estudiantil. AGEUS. 1998-2000. Ciudad
Universitaria.
Por otra parte, Julio Rosales el
estudiante de periodismo que realizó y escribió esta entrevista hace 22 años,
es en la actualidad un exitoso periodista que trabaja en el medio televisivo
salvadoreño, cubriendo y presentando noticias nacionales e internacionales.
De igual forma cuando
consultamos a Lilian para que nos autorizara la republicación de esta
entrevista ella nos dijo que sí, pero contó a su vez, las consecuencias que
pagó por haber denunciado lo que le sucedió. 22 años después nos cuenta en
retrospectiva su experiencia en un parangón con la vida actual.
CONTINUACIóN
Nota: Si deseas hacer tu denuncia
para que sea pública a través de medios alternativos y redes sociales, ten por
seguro que tomaremos en serio tus palabras y evitaremos una revictimización de
tu caso, el cual será acompañado por una organización de derechos para la
defensa de las mujeres (ASmujeres), en materia jurídica y psicológica.
Comunícate
al WhatsApp de Max Herrador 503-72705474, o al WhatsApp de ASmujeres 503-79088833
(solo texto, no llamadas).
maxherrador.com
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