28/5/14

Troles cibernéticos

La avanzada del trol

Los trol son esos seres gigantes mitológicos de los países nórdicos y escandinavos, las leyendas vikingas y cuentos de Europa del norte los mencionan. Pero ahora han saltado al ciberespacio y son tan reales como personas de carne y hueso, las nuevas tecnologías y las redes sociales nos han traído a estos seres detestables.



Un trol cibernético es una persona que sí existe pero que abre múltiples perfiles en correos electrónicos y redes sociales con el objetivo de contaminar los procesos de interacción entre las personas, creando ruido e interferencia en la retroalimentación de ideas, se pueden identificar en general por su carácter anónimo, utilizan seudónimos, usando una retórica visceral que tiende a generar zozobra en los cibernautas.

Su objetivo es lograr interrumpir la comunicación fluida, y lo logran cuando las personas con rostro (nombre y apellido) abandonan las salas de chat, grupos, foros, e incluso, dejan de usar las redes sociales.

El Salvador, así como muchos otros países, ha crecido en forma vertiginosa el uso de internet y redes sociales, ahora la cuarta parte de nuestra población navega en internet y más de un millón doscientos mil personas tienen facebook en el país, por lo tanto actualmente estas son verdaderas plataformas comunicativas que los mercadologos y comunicadores utilizan para dar a conocer sus puntos, productos o servicios. 

La tendencia es que los políticos y los movimientos sociales las suelen utilizar cada vez más en sus campañas o para dar a conocer plataformas y propuestas. Las redes sociales actualmente son los medios alternativos por excelencia.


Sin embargo. el amplio mundo que nos ofrece internet no nos garantiza la calidad de la información, acarreando cosas positivas así como negativas, refiriéndonos específicamente a los “trol” que siempre han existido pero ahora en estas nuevas plataformas se sienten en sus anchas, al menos hasta donde nosotros se lo permitamos.

Recuerdo cuando era dirigente estudiantil en la UES a mediadios de la decada de los 90, aun no habían redes sociales pero siempre existieron esos personajes sediciosos que los aparatos de inteligencia del Estado nos montaban, no en las redes sociales, si no, en la vida universitaria, en esa época eran conocidos como “orejas”, unos tenían la misión específica de generar contradicción en las asambleas generales y sin importar nuestros argumentos ellos siempre visceralmente intentaban desacreditar cualquier argumento. Se hacían pasar por estudiantes pero en realidad eran asalariados del gobierno de aquella época, se reconocían por ser los más revolucionarios y los más gritones, eran agitadores de tiempo completo.

Ahora en la actualidad veo a los troles cibernéticos y en la medida que crece el número de cibernautas las necesidades para expresarsede de la sociedad civil parecen ser cada vez mas apremiantes, proliferan de esta manera grupos de discusión ciudadana donde el público en general participa en canales multidireccionales, lo cual es bueno y positivo.

Lo malo es que entre estos procesos comunicativos abiertos surgen como hongos, como plagas, los agitadores del ciberespacio de todas las tendencias. Así como siempre existieron los activistas negativos que practican la contra propaganda, de esa misma forma se cuelan hasta nuestra intimidad estos troles con una diversidad de memes ofensivos al escoger.

Como todos sabemos hay agencias de troles que cobran a "personalidades" y políticos para atacar a sus competencias o rivales, que no son pocos. 

Por eso es importante que los sepamos identificar para evitar que nos hagan daño, de esta forma hago una clasificación en forma práctica, a partir de lo que he observado en el que hacer del marquetín político.

1- Están los de poca monta: Son personas de la vida real con un perfil psicológico de serios problemas de aceptación y adaptación social (incluso en esta categoría a quienes usan su nombre real), acarrean resentimientos sociales y frustraciones.

Estudios serios de este fenómeno los caracteriza como: psicópatas, maquiavelicos, narcisistas y sadistas, que canalizan sus frustraciones en la red, y el carácter anónimo para casi todos les genera el caldo perfecto para utilizar la mascarada de ser un trol.


2- Los de la tierra media: Podemos ver en esta práctica a comunicadores seudo-profesionales que por “a” o “b” motivo terminan como asesores de empresas o de políticos, y como parte de sus funciones es hacer ruido en las redes sociales, estos suelen tener un poco mas de pudor; pero también están en esta clasificación las personas que creen en cierta moral "ideológica" y que tienen una misión "mesiánica"; siendo parte de su cruzada, ser un trol, o trola pues he visto mujeres muy apasionadas al respecto.

3- Pero están los profesionales: Son los más peligrosos, ellos viven de eso (tienen un salario como cualquiera), de ser troles y suelen andar en el campo de lo ilícito junto con los “jakers”, muchos incluso forman su organización y trabajan al mejor postor, manejan bien las nuevas tecnologías, diseño gráfico y operan en grupo, son efectivos y su alcance comunicativo es amplio.



Desgraciadamente en nuestro medio parte del “éxito” de una figura política es el uso de la contrapropaganda y los troles cibernéticos están siempre prestos a cumplir su rol. Contrata troles la diputada, el alcalde, el ex presidente, la concejal, el activista, la ONG, entre otros. 

Ahora hago la pregunta del millón… ¿qué podemos hacer los ciudadanos al respecto?; bueno... la primera recomendación es no prestar nuestros espacios a los anónimos ni seudónimos y tampoco a grupitos raros enmascarados, aun cuando nos seduzca la afinidad política y el morbo. 

La discusión política no es mala, es más, es necesaria para la democracia, pero en estos procesos siempre surgen quienes insultan y con pedantería tratan de imponer razonamientos absolutos. Se distinguen por tener mala ortografía y usan palabras inapropiadas, no construyen bien sus oraciones y son anónimos (la mayoría), o usan nombres falsos y fotos irreales.

En nuestro medio se distinguen de forma rápida por usar en sus post o titulares palabras como: frentudos o arenazis.

Otra acción concreta ciudadana que podemos hacer es condicionar nuestra atención a las propuestas no a los señalamientos obtusos propios de la contrapropaganda política. Las personas que administran o moderan grupos de redes sociales y foros deben estar atentos a bloquear estos perfiles, y las personas que participamos en las discusiones también debemos aplicar la misma medida, bloquear a estos usuarios malintencionados.

Si los políticos no nos quieren dar el ejemplo de ser buenos ciudadanos pues eduquémoslos, “NO SIGAMOS LAS OFENSAS Y SIMPATICEMOS CON LAS PROPUESTAS”. 

Lo que parece ser inevitable es que en los procesos políticos venideros tendremos una avanzada de troles contaminando y asfixiando nuestro ciberespacio, pero al igual que cualquier mitología estos vivirán y tendrán una razón de ser siempre y cuando creamos en ellos y les prestemos atención.