Estimado profesor
Texto y fotos: Max Herrador
Antes que nada quiero felicitarlo por ganar estas elecciones
presidenciales. Si alguien ha luchado por el sillón ejecutivo es usted. Quizás
más de cuarenta años batallando en condiciones adversas, desde lidiar como un
sindicalista magisterial en ANDES 21 de junio, pasando a la clandestinidad con
la FPL (Fuerza de Liberación Popular), siendo guerrillero en las montañas de
Chalatenango, luego político en el escenario de los acuerdos de paz, diputado,
vicepresidente, ministro de educación y ahora le toca conducir las riendas del
país como presidente constitucional.
No dudo de su trayectoria ni de su amor al país, pero ahora enfrentará
la realidad tal cual es y la primera verdad es que ganó con un porcentaje de
50.11 en segunda vuelta eso es técnicamente nada (0.22 % sobre su contendiente), por lo tanto el tal gane del
FMLN es risorio en términos reales, aunque la formalidad lo lleve a ser
presidente y comandante general de la fuerza armada.
Mi estimado profesor es probablemente la culminación de la revolución
salvadoreña, la izquierda en el poder sin alianzas partidarias, sin los amigos
de Mauricio Funes y derrotando a sus enemigos ideológicos neo-liberales en su
mismo juego, en el mercadeo de votos.
El gobierno de transición pasó y ahora veremos si hay otro modelo que
funcione en El Salvador o seguiremos con lo mismo, será usted un reformista, o bien, socialista salvadoreño
o capitalismo humanista, parece que aun los ideólogos de izquierda no se ponen
de acurdo, todo dependerá de usted.
Lo que sí sé es que toma las riendas del país en una situación difícil
lo cual causa preocupación, económicamente El Salvador no despega lo suficiente
para mantener los programas sociales y la situación de la seguridad ciudadana
aun no muestra su rostro más oscuro. Estos problemas no pueden ser resueltos
con la mitad de los salvadoreños y la unidad nacional es el principal mensaje
que debe emitir, poco a poco cuando la gente vea que su gobierno y sus
políticas no son las represivas como las venezolanas y cubanas, entonces irá
dando pasos hacia la concertación.
No intente destruir a la derecha, es más, la necesita. No camine por la
tangente y no siga los consejos de radicales, escuche a su pueblo que
le habló en las urnas que le pidió conciliación y respeto, no guerra.
En sus primeros discursos como presidente electo llama a la
gobernabilidad y la unidad, hace una invitación a la oposición a construir un
plan de nación, aunque estos no acepten continúe en este llamamiento, incluso,
desde mi posición como ciudadano común y corriente le pido que invite a un
gabinete compartido como hizo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu
hace dos años, el cual le dio a su gobierno el apoyo popular para salir
adelante ante amenazas externas, ya sé, diferentes condiciones a nivel
ideológico pero similares en esencia y en espíritu a las que vivimos los
salvadoreños, amenazas de convertirnos en un narco-Estado, amenazas de
territorialidad con los vecinos hondureños, en fin, como me gustaría creer que
sus discursos de una amplia unión nacional vallan mas allá que del diente al
labio.
El Salvador está culminando un ciclo social y político que se llama post
guerra, usted lo sabe y no necesita que se lo diga, así que estará de acuerdo
con la afirmación de que de nada sirve la consumación de la revolución
salvadoreña sino inicia inmediatamente una nueva revolución de carácter
cultural donde el pensamiento sea libre de una forma tal que superemos los
viejos paradigmas ideológicos como las ideas raras de la dictadura del
proletariado, por otro lado las tonterías de respetar las fuerzas del mercado
sin aplicar ningún tipo de regulaciones para no dar un "mal mensaje" a los inversionistas. Otro pensamiento a superar es que los
pobres siempre existirán y los ricos siempre tenderán a gobernar.
Debemos entonces caminar hacia una cultura donde la organización sea la
forma de solucionar los problemas, libre sindicalización en todas las empresas
para el respeto de los trabajadores, educación universal para capacitar y
cualificar al ciudadano creando ejércitos de exportadores y no mas fugas de
cerebros. Le pregunto, ¿Será usted igual que Mauricio Funes que llegó a la
Universidad de El Salvador a pedir el voto de más de 70 mil miembros de la
comunidad universitaria a cambio de promesas de mejorar el presupuesto de la
institución y no lo cumplió?
Mi estimado profesor la cultura y la educación es la piedra angular del
desarrollo para el país en este momento, por eso es atinado ese esfuerzo de
crear un nuevo ministerio para ello; sin embargo, que no sirva para engrosar
mas las planillas del gobierno con sus correligionarios, eso se verá mal,
recuerde los salvadoreños no somos tontos, la “meritocrácia” de que tanto se
habló hace cinco años no fue cierta.
A lo largo de estos últimos 25 años no recuerdo ningún presidente que
haya respetado a su familia, siendo la primera institución de la sociedad, por
favor se lo suplico no de ese mal ejemplo de estos cinco presidentes
anteriores, si algo necesitamos son valores morales y éticos, eso empieza con
el reflejo de casa presidencial. No se deje embobecer del poder y no pierda
el respeto que siempre ha tenido a su esposa, hijas e hijo.
Y para finalizar he observado que los cinco años de ejercicio siempre desgastan
físicamente a los mandatarios en forma notoria, el estrés de gobernar este país
ha de ser grande con todos los retos que implica, cuide su salud sobre todo (teniendo
en cuenta que usted es una persona mayor sus padecimientos podrían hacerse
graves), por eso tiene que saber delegar y tomar decisiones sabias desde un
principio, recuerde que una cosa es obtener el poder y otra es gobernar, son
elementos diferentes y por lo tanto piezas distintas las que debe usar.
Que Dios lo bendiga e ilumine en este difícil reto. Se despide
atentamente su servidor un ciudadano más desde la llanura.
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