MIPYMES
La gran farsa del apoyo al emprendedor
Suelo visitar los sábados por la noche el restaurante de Yohalmo, me
gusta verlo porque somos viejos amigos, me gusta además gastar mis pocos
excedentes en apoyar a emprendedores como él, y también me gusta ir porque
sirve unas costillas de tunco aderezadas con salsa dulce.
Con Yohalmo tenemos cantidades de diferencias, él es conservador y yo me
paso de liberal llegando a ser medio izquierdoso, no obstante, somos grandes
amigos quizá porque creemos ambos de manera tácita que no nos podemos dar el
lujo de tener una tan sola enemistad por razones “políticas”, porque eso es
tonto.
A pesar de la crisis del COVID 19 Yohalmo sigue creciendo en su pequeño
negocio, cada vez que llego cuenta con más mesas que atender, empezó hace cinco
años con tres mesas, ahora tiene casi las 40 y aspira tener 50 dentro de poco
según sus palabras.
Raramente hablamos de política porque casi nunca nos ponemos de acuerdo,
pero el sábado pasado tuve que sacar mi libreta de apuntes y de forma
apresurada anoté su florido vocabulario.
Todo empezó cuando le pregunté, ¿Qué pensaba de las MIPYMES en esta economía
bananera? Levantó sutil su ceja, diciéndome en tono irónico lo siguiente:
–Nada cambia para nosotros, lo mismo hablan los políticos hoy y siempre,
todos dicen que somos el sector que sostiene la economía, y como en verdad lo
somos, paradójicamente ellos mismos se encargan de meternos zancadilla y usarnos
a la vez como bestias de carga.
–Aguantás… –continuaba
diciéndome– si en verdad quisieran
ayudarnos está fácil porque no nos tienen que regalar nada como otros sectores,
nosotros somos creativos y dinámicos, no queremos dádivas, simplemente que nos
dejen trabajar. Cuando vamos a los bancos y decimos que somos pequeños
comerciantes de inmediato nos explican que la prioridad es dar préstamos
personales e hipotecarios a empleados (en especial a los de gobierno) para
fines de vivienda y de consumo, y es ahí donde te das cuenta que la banca no
fomenta a las MIPYMES, lejos de eso, es normal que nos ninguneen… todos lo
saben, los políticos y los banqueros más, pero no es culpa de estos últimos
porque saben que nosotros (los pequeños empresarios) somos catalogados de alto
riesgo, y ellos por lógica se van a lo seguro… y es ahí donde a los políticos
les pela el ejote… perdón por el francés
–se disculpó Yohalmo, quien continuó sin mayor reparo– sin embargo, hay otra banca que sí nos apoya, son esas
conocidas cooperativas y asociaciones de ahorro y préstamos, lo hacen de forma más
expedita pero con intereses tan altos que no te permiten crecer, más bien… solo
sobrevivir, ahí te cobran carísimas hasta las miradas: comisiones, seguros,
contratos, papeleo. La otra forma de crecer es arriesgarte y topar las tarjetas
de crédito, pero igual caés en lo mismo, si no las pagás rápido ahí te tienen
ahorcado con intereses arriba del 35% mientras se levanta tu emprendimiento.
–Es lógica simple –continuaba
Yohalmo en su monologo mientras yo anotaba apresurado sus palabras– dos más dos es cuatro, si hubiera voluntad política de
apoyar de verdad a las MIPYMES lo único que tendrían que hacer es trasladar los
créditos que bien pagamos a condiciones normales, sin niveles de usura, pero
no, no lo hacen y jamás lo harán, porque no se van a hacer daño a sí mismos.
–¿Cómo así? –le pregunté un
tanto desconcertado por eso último.
–Si vos los olleras hablar toda la verborrea que les fluye por la televisión
y las redes sociales… del apoyo decidido que brindan a las MIPYMES por medio de
sus voceros, burócratas e instituciones conexas que todos conocemos –haciendo una pausa mientras se le salía una mueca
burlona, la que se convirtió al final en una carcajada jayana– estos fulanos no saben qué es arriesgar para ganar, no
tienen idea de qué se siente caminar en una cuerda floja sin red de protección,
lo único que tienen es boca… y grandes cantidades de horchata que les corre por
la cara porque son unos sinvergüenzas y coimeros.
–Aguantás… –continuaba diciéndome
en forma cada vez más acalorada– que por política de Estado le van a quitar
clientes a sus mismas empresas… estos creen que nos chupamos el dedo y que no
nos fijamos que mientras te saludan con una mano te apuñalan con la otra… Claro
que sí nos damos cuenta, lo que pasa es que nos hacemos los del
ojo pacho porque no queda de otra –terminando de
confirmar Yohalmo, pero al notar que estaba volando pluma me dijo enfático– si vas poner esto en tu blog hace lo mismo de
la vez pasada, cámbiame el nombre y no mencionés referencia alguna de la
dirección y la ciudad donde estamos, no aguanto más extorciones –dijo tajante; y cuando creí que ya no me diría algo
adicional, después de un corto silencio, preguntó– ¿Querés otra orden de costilla de tunco?,
mirá que no te estoy cobrando descorche por traer esas tus botellas de vino
barato, recordá que te doy chance solo porque sos mi chero.
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