Por: Max Herrador
La primera consideración que hay que hacer es decir que son 100 días versus 20 años, es decir, 7,300 días de ARENA. Agregando que la izquierda nunca había tenido el poder ejecutivo. Como me decía un amigo de la universidad, es tan importante el momento como los primeros días después de los acuerdos de paz allá en el año 92.
Mientras el presidente trata de mantener el control en un gobierno de alianzas entre ciertos poderes económicos, el partido FMLN y sus “amigos”, que finalmente no lograron despuntar en un partido, la oposición marca su estrategia muy bien fraguada atentando contra la institucionalidad del país, dejando un aparato estatal aun en su dominio y bien protegido a base de enmiendas legales y finalmente jugado a dividir la alianza principal FMLN-Funes, y de eso deberá cuidarse mucho el presidente ya que los medios de comunicación no perderán tiempo en echar fuego en el asunto.
Siempre parece ser que el talón de Aquiles de las izquierdas salvadoreñas son los temas comunicativos y su manejo mediático, los grandes medios no están definitivamente a su favor, a diferencia de la política comunicativa que tenían éstos con la administración Saca.
Aun no hemos visto una derecha como la oposición destructiva y agresiva que veíamos en los años 80 contra el gobierno pedecista de José Napoleón Duarte, más bien creo que veremos una oposición jugando a la política de la zanahoria y el garrote, o sea, concertando en función de dividir y alejar a Funes de las políticas por las cuales su base votó por él, o si no, golpeando políticamente como ya pudimos ver en el caso de la repartición de granos o como el entrampamiento de la institucionalidad del país vía elección fiscalía y procuraduría. En el peor de los casos rompiendo el Estado de Derecho como lo sucedido alrededor de la ola de violencia política vivida en San Isidro-Cabañas.
Funes sin embargo tiene un aliado más al cual aun no ha echado mano y es la sociedad civil organizada, ya que aun goza del respaldo y confianza de la población, dependerá de su habilidad política para conservar los niveles de confianza y que maximice su relación con los movimientos sociales pero para eso debe de construir mejores condiciones, por de pronto es completamente comprensible como dije a un principio que no se vean grandes cambios ya que después de todo son 3 meses y diez días contra toda la historia de gobiernos conservadores.
Finalmente concluimos que los milagros no existen en la política, pero así como el mismo presidente Funes aludió en la toma de posesión su respeto y admiración por los presidentes Obama y Lula, pues estos centran su política en mantener el ambiente de confianza a través de fijar rumbos de cambios inteligentes, pienso que esto se podrá lograr en el caso salvadoreño si Funes se apoya en ideas frescas para solucionar viejos problemas, especialmente fomentando las nuevas tecnologías para ser más productivos y, a la vez, promover formas más versátiles de comunicación.
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