Charlie Jeff.
La crisis económica afecta a la mayoría de países en el mundo, muchas empresas se ven en la necesidad de recortar su personal, otras tienen que cerrar por no poder cumplir con sus expectativas de crecimiento. En nuestro país la generación de empleos y los bajos salarios siempre han sido temas de discusión.
Ante este panorama desalentador muchos jóvenes al terminar la educación media se preguntan: por qué estudiar una carrera universitaria si al terminar la carrera no podrán incorporarse al mercado laboral. No existen garantías de encontrar un empleo que premie los años de estudio. Es común por ejemplo encontrar muchos profesionales desempeñándose en áreas que no son las propias.
Bajo este contexto las carreras técnicas vocacionales se han convertido en una opción que brinde las herramientas para una formación práctica. No debe verse a las carreras técnicas como una competencia de una carrera universitaria, sino como una alternativa de superación y complemento en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Con la globalización las exigencias son cada vez mayores y los espacios están para aquellos que cuenten con las habilidades y destrezas para poder competir.
Se tiene la errónea idea de que el estudiante técnico es aquel que no le alcanzo para ser universitario, o que no quedo en un centro de estudios superior. Desde luego son ideas clasistas y excluyentes que lo único que hacen es hacer más grande la brecha entre estas dos alternativas de educación.
Una carrera técnica es una buena opción para aprender un oficio en corto tiempo, además cuenta con la ventaja de una economía de estudio, la mayoría de ellas duran dos o tres años. Se debe tener muy claro que menor tiempo no significa menor calidad de la enseñanza. Una carrera técnica está orientada sobre todo a jóvenes que trabajan y por tanto necesitan de horarios flexibles; pero sobre todo necesitan incursionar rápidamente en el mercado laboral.
En nuestro país existen cada vez más instituciones o academias orientadas a la enseñanza técnica vocacional, muchas de ellas enseñan electricidad, mecánica, costura, contaduría, reparación de computadoras, entre otras. Sin embargo las carreras técnicas en informática e inglés están tomando mucho auge. Ello debido a que las empresas están tomando como parámetros conocimiento de computación y manejo de un segundo idioma como requisitos de contratación. Por tanto es recomendable que todo buen profesional universitario cuente con un técnico en estas áreas del saber.
Se debe buscar también la manera de incentivar las carreras técnicas, a fin de que puedan verse como un peldaño hacia una educación universitaria, una forma de hacerlo sería por ejemplo que el Ministerio de Educación estableciera equivalencias de materias comunes para los jóvenes que deseen dar este salto hacia la educación superior. Países desarrollados cuentan con programas especiales algunos de ellos conocidos como curriculum de competencias, los cuales buscan ser un puente entre una carrera vocacional y una profesión universitaria.
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