- Resumen electoral 2012.
- La inclusión y las personas con discapacidad.
- La pobreza desde el punto de vista humano.
- La salud mental, un tema olvidado.
Salud Mental.
Un tema olvidado.
(cuarta entrega)
Así como tratamos enfermedades
como el VIH, el Dengue, el Cancer, la gripe aviar, debemos preocuparnos por la
salud mental de nosotros mismos, la
comunidad, la sociedad.
Las patologías psiquiátricas no
sólo son exclusivas de los hospitales especializados. La vulnerabilidad de los trastornos mentales se traduce a diferentes causas, la pobreza
generalizada, deudas, desintegración familiar, duelos por violencia, falta de
oportunidades, embates del cambio climático, la polución, la delincuencia, las
adicciones, todo nos lleva a un momento dado a altos niveles de estrés y/o
frustraciones, combinado con un inadecuado concepto de salud mental por razones
sociales, históricas, culturales, y finalmente, todo se convierte en
detonantes para caer en crisis psiquiátricas, llámese trastornos bipolares, psicosis,
depresiones, narco dependencias y finalmente serias alteraciones de nuestras
conductas.
En una parla en confianza con
el doctor Arturo Carranza el nuevo director del hospital Psiquiátrico Nacional
me di cuenta que las personas llegan a tener tanta
presión ante la difícil realidad que la mente en forma inconsciente se protege
desconectándose de la realidad para poder sobrellevar una existencia
“aceptable” y la forma en que se manifiesta es en patologías psiquiátricas, lo
que peyorativamente se conoce como “locura”, en lo personal me gustaría
llamarles mejor: “personas con sufrimiento mental”.
Hospital Psiquiátrico Nacional, Noviembre de 2012.
La sociedad se desmorona
frente a nosotros y en nuestras narices vemos todos los días escenas insólitas
y les aplicamos el manto invisible de la indiferencia, nos deshumanizamos y
caminamos poco a poco en el individualismo como la vía a la felicidad absoluta
lo cual es un error, siendo cada vez más egocéntricos y transformándonos en aprendices de megalómanos, casi siempre sin darnos cuenta.
Sólo un caso.
“Evelyn” (nombre ficticio),
una madre agobiada por ver a sus dos hijos adolescentes en ruta a pertenecer a
las pandillas, recide en la comunidad Iberia (barrio donde vive gente de escasos
recursos en las periferias de San Salvador, lugar de alto riesgo delincuencial por las pandillas); ella llegó al Hospital Psiquiátrico Nacional en
Soyapango con un cuadro crítico presentando síntomas claros de psicosis
producto de una depresión severa.
Su doctor me explicó que ella
es vulnerable teniendo en cuenta varios factores: el subempleo de vender
productos al detalle en la calle en los semáforos, lo que no le genera mayor
renta; duelo por el asesinato de su ex conyugue miembro de una de las pandillas
ya conocidas; la inseguridad en el entorno local; sus ex adicciones y recaídas;
finalmente, el detonante de ver a sus hijos en el mismo circulo en que ella ha
vivido junto al difunto padre.
Casos como los de “Evelyn” se
multiplican por miles, sino, por millones en El Salvador y Centroamérica, en
donde los niveles de pobreza y extrema pobreza superan el 50 % de la población
total.
Distrito Italia.
Está en el municipio de Tonacatepeque en el Departamento de San Salvador en las periferias de la capital, cerca de la populosa Apopa (otro municipio – ciudad dormitorio), es una colonia reconocida por sus altos niveles de violencia y accionar de las pandillas.
Allí me encontré con un
párvulo de ojos zarcos, trigueño y de pelo puntiagudo, como cuerpo espín
tierno. Me dijo con voz melancólica “me hace falta mi papá” y continuo
contándome, “se fue antes de la navidad pasada a los estados (refiriéndose a
Estados Unidos de América), ahora ya nos está mandando dinero pero no está
conmigo”, se me quedó viendo con sus ojos verdes pestañudos y yo con mi réflex en
la mano no me atreví a fotografiarlo, esta gráfica quedará para su imaginación
mis estimados amigos.
Todo esto sucedía mientras el
Ministerio de Salud impartía charlas de salud mental a una de las escuelas más
pequeñas en el Distrito Italia. La atención en este rubro se ha iniciado a partir
de la visión de la ministra de salud Dra. María Isabel Rodríguez y de
recomendaciones de la OPS (Organización Panamericana de la Salud), en donde se
está descentralizando la atención psiquiátrica llevándola no sólo a los demás
hospitales públicos, sino, a las unidades de salud; a los barrios y colonias.
Me cuenta una doctora que trabaja en esta unidad psiquiátrica que este es un
plan piloto en un esfuerzo de llevar atención médica psiquiátrica a los lugares
más vulnerables, visitando escuelas y barrios para identificar y prevenir
casos.
La prevención de los sufrimientos
mentales inicia cuando reconocemos y aceptamos que vivimos en un entorno
vulnerable a estos padecimientos y tratamos a las personas que lo sufren (a
veces incluyéndonos) como algo que es curable y superable, entender esto nos da
una calidad de “corresposabilidad” y tolerancia, justa para ser gestores de
cambio.
La
corresponsabilidad.
Es la intención de las
instituciones sociales (familia, escuela, iglesias, etc.) en ayudar a promover
a la gente y cuando esto no ocurre por aplicar los anti valores de
la exclusión perdemos el sentido humano, en otras palabras la inconciecia es el freno del desarrollo social.
El doctor Carlos Escalante
jefe del programa de salud mental a nivel nacional es mas categórico a la hora
de identificar las causas y la prevención de los sufrimientos mentales, él nos
habla que el bienestar social determina la salud mental del individuo, por
ejemplo el hecho que trabajemos en algo que nos guste y que lo disfrutemos es
importante, además tener buenas prestaciones laborales, sentir pertenencia a
nuestros círculos sociales a nuestros amigos a la familia, entre otras cosas. Pero al
contrario afirma el galeno que hemos ido perdiendo poco a poco estos valores
por tener muchas angustias por la sobrevivencia personal, las carencias y el
empobrecimiento generalizado de las sociedades nos acentúan el egoísmo como
valor básico de la sobrevivencia.
En conclusión las psicosis
sociales e individuales (sufrimientos mentales) van de la mano de la pobreza y
los malestares que esta conlleva. Cuando un Estado procura y se esfuerza por
fortalecer los programas sociales e invertir en la gente es sencillamente dar
un paso certero a la salud mental de la sociedad, que debería ser en última
instancia el rol fundamental de los líderes y lideresas. Alejándonos del falso
pensamiento que en el mundo siempre existirá la pobreza, asumiendo las
desigualdades como parte de la naturaleza humana, convirtiéndonos en promotores
de la exclusión social y de la insalubridad mental.
Vendedora del centro de San Salvador se desmaya mientras su local es desmantelado, por agentes metropolitanos y la unidad de antimotines de la policía. Octubre 2012.
Vendedora del centro de San Salvador es auxiliada por camilleros voluntarios mientras los antimotines de la policía la desalojan de su local siendo su única fuente de empleo.Octubre 2012.
Vendedora del centro de San Salvador ve impotente como desmantelan su pequeño local, manifestó ser madre soltera y no tener otra fuente de empleo. Octubre 2012.
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