Calle
Roberto d´Aubuisson
Revisando la coyuntura de fin de año me topo con el cambio de nombre de
la calle bien conocida en la capital salvadoreña como “San Antonio Abad” y
recién renombrada Roberto d´Aubuisson por el saliente consejo municipal de San
Salvador, este último personaje señalado en los informes de la Comisión de la
Verdad como el autor intelectual del magnicidio de Monseñor Arnulfo Romero.
Mas que condenar un hecho debemos tomar de esto una moraleja, en primer
lugar la enseñanza estriba en conocer la verdad que envolvió el caso del
asesinato de Monseñor Romero, debemos de empeñarnos en saber la historia de lo
contrario estaremos condenando a las futuras generaciones a repetirla.
Luego como segundo aprendizaje es asumir la justicia divina y terrenal,
todos sabemos cómo terminó d´Aubuisson y sus cómplices que se esconden de la
mirada del público, lo cual a los salvadoreños y a los ciudadanos del mundo nos
llena de moral porque a este punto de la historia y en este caso en particular
los culpables ya los conocemos, son tácitos, por lo que el golpe a su ética y
valores lleva a sus seguidores de forma desesperada a emitir este tipo de
símbolos equivocados, nombrando a una importante arteria vehicular con el denominador
de un asesino, no me cabe duda que se sienten orgullosos de odiar.
Finalmente que nos sirvan estos mensajes que ellos emiten para aprovechar
a reprobar nuevamente el magnicidio de Monseñor Romero, pero más que todo
aprovecho para asumir y decirles claramente que el pueblo salvadoreño ya maduró
y no cae en estas provocaciones de odio, pues las mismas enseñanzas de nuestro
obispo mártir nos llevan a superar estos sentimientos de rencor, lo que nos
permite tener otra visión del país, del mundo y del desarrollo, para caminar en
otra ruta, por eso quiero a través de mi blog decirles al consejo municipal de
don Norman Quijano que no nos molestamos por lo que hacen (cambio de nombre de
la calle de San Antonio Abad a Roberto d´Aubuisson), solo nos fortalecen
nuestras creencias, lo que nos da alegría, satisfacción y confianza en un
futuro esperanzador.
Mayor Roberto D´abuisson
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