Heridas
de guerra
Era
la primera vez que se entrelazaban las manos, madre e hijo, David Kupstas fue
raptado hace 28 años con engaños por un abogado, luego con el tiempo este resultó
involucrado en una red de tráfico de niños durante el conflicto de la guerra
civil en la década de los 80.
En este periodo conflictivo de la historia salvadoreña, así como otros países que
cruzan crisis sociales, las circunstancias se prestan para casos insólitos de
irrespeto a la dignidad humana. Fue así que existieron redes de contrabando de
niños que robaban a infantes y luego con engaños y documentación fraudulenta los vendían a parejas o familias que deseaban adoptarlos.
David
supo de la existencia de su madre (María Rosa Flores) y también que ella tenía
deseos de reencontrarse con él desde el año 2005 pero tardó estos años en
asimilar la idea probablemente porque las condiciones de su adopción fueron
anómalas por lo tanto llena de datos errados hacia la familia adoptiva, ya que
en muchos casos los certificados de adopción por parte de los padres biológicos
sí existían pero eran firmas y documentos falsos.
Maria
Rosa me cuenta que en 1984 acababa de desaparecer su esposo en el contexto de
la guerra civil y mientras ella había salido a una actividad religiosa llegó un
abogado y con intimidaciones engaño a su madre, la abuela materna de David, le
advirtió que el ejercito ya había detectado la localización de la familia y procederían
a matarlos a todos, entonces en una decisión apresurada salomónica e ingenua
ella les dio al niño de un año de edad.
David
actualmente tiene 29 años y es ciudadano norteamericano, vive en Pensilvania y
tiene un negocio de camiones exitoso, “durante estos último años tenía miedo de
conocer a mi mamá”, nos decía mientras estaba tomado de la mano de su madre
biológica María Rosa Flores, salvadoreña originaria de Zaragoza, en el
departamento de La Libertad.
El equipo psicológico de Pro Búsqueda nos dice que el miedo de
David es fundado a partir de las falsas creencias con los que los traficantes
engañaban a las personas que adoptaban a los niños haciéndoles creer que estos
los obtenían en adopción y eran dados por sus padres y familiares
inescrupulosos que cedían y vendían a los recién nacidos.
Pro búsqueda es una organización no lucrativa que se ha dedicado
a reencontrar a familiares separados en el contexto de la guerra civil, han
resuelto y unido a más de 230 familias a lo largo de casi dos décadas de
trabajo investigativo y psicológico.
David es ahora padre de un niño y una niña y está casado con una
norteamericana quienes permanecieron a su lado en todo momento mientras ocurría
el emotivo reencuentro de él y María Rosa su madre biológica.
Finalmente
después de todo el revoloteo de la prensa nos quedamos la familia y por
supuesto Ulises Rodríguez y su servidor los dos fotógrafos que entendemos que
la luz de una imagen va mas allá de un buen “clic”. Además había pollo de
almuerzo y nos invitaron, es de mala educación rechazar un plato de comida en
la campiña salvadoreña.
Mientras
manejaba rumbo a San Salvador, me preguntaba ¿Cuántas secuelas tienen los conflictos
y las guerras en el corazón de las sociedades?, ¿Cuántos David Kupstas y María
Rosa hay dispersos en todo el mundo que no pueden cerrar parte importante de
sus existencias por mentiras y engaños de las mafias?
texto y foto: Max Herrador.