Software Libre. La problemática monopólica de Windows

Cuando compramos una computadora generalmente no todos comprendemos a ciencia cierta el significado de la adquisición de la licencia de uso de software, esto significa en pocas palabras que una computadora no puede ser usada por una persona común y corriente sin que tenga instalado Windows, por lo cual tiene un precio adicional.

Windows es un sistema operativo gráfico el cual facilita a través de ventanas y cuadros de dialogo a los usuarios las tareas especificas. Antes tenían que ser técnicos los que operaban los sistemas para llevar la contabilidad de las empresas, por ejemplo, o los que enviaban información en las agencias de noticias a través del “telex”. Desde que salió Windows 3.1 allá por 1993, luego el uso de las computadoras se popularizó a los niveles que vemos actualmente, es decir, usar una computadora dejo de ser una acción especializada y cada vez mas y mas personas entraron a la onda de las “PC”.

Los sistemas operativos evolucionaron fueron cada vez más versátiles y funcionales, la tecnología también lo permitió ya que cada vez fueron desarrollándose mejores microprocesadores y hubieron mejores velocidades en la transferencia de datos (memorias RAM y tarjetas madres más potentes), por lo tanto las computadoras han ido remplazando rápidamente las mesas de dibujo de los dibujantes e ingenieros, a los tenedores de libros por auxiliares contables que usan Excel, a las maquinas de escribir por procesadores de palabras como Word, en fin una lista bastante significativa así como largo sería el resultado del análisis.

Lo que los usuarios de Windows saben es que existe un costo por el uso del sistema operativo, cuando se compra una computadora que es un “clon”, por ejemplo, ésta no necesariamente lleva un sistema operativo por eso su costo es menor que una “laptop” o una “desktop” (computadora de marca) ya que estas últimas llevan el sistema operativo incorporado, la mayoría de distribuidores venden los “clones” sin sistema operativo, entonces viene cualquier usuario medianamente capacitado y le instala Windows. Si se compra la licencia entonces el CD de instalación es original y los números de serie son genuinos. Si no se compra la licencia entonces se instala lo que conocemos como una licencia “pirata”, con un CD quemado y unos números de licencia “chaveliados”. Es sin duda también un costo, ya que no se puede tener legalmente el equipo que se usa, tampoco se puede usar libremente las formas de actualización en línea que se ofrecen.

Cerca del 80 % de los software en El Salvador funcionan corren de forma ilícita, según datos oficiales. Es un callejón sin salida para muchos, por un lado ya todas las actividades productivas dependen de una computadora y por otro lado la adquisición de una “PC” estándar es aproximadamente de 500 a 600 dólares y si agregamos el sistema operativo junto con el paquete básico de programas se incrementa el costo de 350 a 400 dólares adicionales, y si no se compran está el usuario al margen de la ley. Eso por tener una computadora medianamente útil, no digamos los que usan equipo más sofisticado como los diseñadores gráficos, publicistas, arquitectos, ingenieros y otros. Los costos solo en licencias podrían llega a ser más de 1000 dólares por computadora.

Lo cierto es que mas allá de la revolución informática que estamos viviendo existe en estos momentos de crisis mundial un tema muy importante a considerar, que es el Software Libre, así como Windows evolucionó como sistema operativo hegemónico, fueron creciendo a la misma velocidad otros sistemas operativos la única diferencia es que no se llaman Windows sino Linux, y éste es gratis, eso sí, menos popular en nuestro medio pero no por eso menos funcional.

Linux a diferencia de Windows no fue desarrollado por una corporación en particular (Microsoft) sino por un conjunto de especialistas independientes en todo el mundo que se valieron del internet como medio comunicativo para intercambiarse formas de desarrollo informático e ir incorporándolos poco a poco al sistema operativo (Linux), de esa manera se fue mejorando hasta desarrollar un sistema operativo igual o más estable que el mismo Windows.

Desde mi humilde punto de vista ha existido una complicidad para crear un monopolio de Windows entre las políticas de Estados Unidos fundadas por Bill Gates y Bill Clinton (me imagino que es una mera casualidad macabra del destino que estos dos personajes se llamen “Bill” y que su traducción literal al español es billete o cuenta por pagar) y las políticas de vasallaje de los gobiernos que hemos tenido en estas últimas dos décadas, ya que la millonaria cuenta de divisas que se van al exterior por el pago de estas susodichas licencias es exorbitante. Les prometo que en los próximos días voy a investigar cuanto solo el Estado salvadoreño ha gastado en este rubro, a ver si me quieren dar el dato en el ministerio de economía, ja, ja… así como dice mi buen amigo Eugenio “vaya usted a saber…” La verdad es que es mucho y seguramente se puede contar por millones de dólares americanos, valga la ironía.

Brasil es uno de los países que dio el ejemplo al cambiar hace algunos años toda su política de consumo informático, su aparato estatal cambió y también lo hizo su sistema educativo, empezaron a consumir Linux, luego le siguieron las empresas privadas y ahora puede contar con un ahorro millonario sino que billonario en sus divisas a lo largo de todos estos años. Basta que digiten en “google” o en cualquier buscador de internet las tres palabras “software libre Brasil”, para que puedan ver por si mismos lo concerniente al tema.

Nosotros los salvadoreños creo que tenemos que dar este paso obligado si queremos ir como sociedad en rumbo al desarrollo, por simple lógica los gobiernos anteriores de ARENA no les interesó el tema, sino, hubieran tomado cartas en el asunto ya que perfectamente pudieron hacerlo desde un principio, quedarán juzgados por la historia como vasallos.

El potencial humano que tenemos es grande, creo que muchos líderes aun no se lo imaginan. Los jóvenes están habidos a que se les enseñen nuevas tecnologías, pero nuevamente llego a la misma conclusión existencialista, todo se trata de querer o no querer ya que la mesa la tenemos servida y desde la llanura también se puede hacer algo.