19/3/15

Análisis electoral, El Salvador, marzo de 2015

"La Verdad" es un buen punto de partida

Que les parece si empezamos por eso, “la verdad” como principio básico de cualquier análisis, por la incertidumbre de los resultados de las elecciones salvadoreñas 2015, ante tan larga espera.

Me preguntan varios amigos a través de las redes sociales o mientras hago cola para pagar en el super, o en la parada de buses, –– ¿Max, qué pasó en realidad en estas elecciones, porqué aun a quince días no hay resultados?

La primera respuesta que cualquier analista trasnochado haría es fundamentar el rumor del fraude. Todo comunicador medianamente serio sabe que ante la falta de información oficial lo que se genera es lo que comúnmente conocemos en el vox populi como “rumor”, esto es técnicamente el ruido de las comunicaciones.

El problema es que “la rumorología” no debería suceder durante los escrutinios electorales y menos que se tarden tanto en dar a la luz los resultados; no es normal también que el TSE tenga tan malos trabajadores o servidores públicos en los puestos estratégicos, llámense comunicadores e informáticos.

Por los años de experiencia que tengo en el ambiente salvadoreño puedo calificar varias situaciones:

1-          El TSE es un instituto que comprende, tanto su dirección y sus empleados, que el rol fundamental que desempeñan por la paz social es invaluable. Es decir, recordemos que una de las variables que desencadenó la guerra a finales de la década de los 70 fue la falta fidelidad del sistema electoral, nadie quiere repetir esa historia. Muy malo lo que hacían los militares en esas épocas de “conciliación”; así que, como veo las cosas no escucho en el interior de TSE voces de fraude, pero sí de ineficiencia, producto de los compadrazgos a todo nivel, color y olor. Después de todo, de qué nos quejamos si es la comidilla del pan nuestro de cada día, es la cultura que todos vivimos en este pedazo de istmo, nada se mueve sin influencias o sin favoritismos.

2-          Reconozcamos, en honor a la objetividad, que después de quince elecciones, después de los acuerdos de paz estos fueron los comicios técnicamente más complicados; voto por rostro y cruzado, tres papeletas, y menos de un año entre las últimas elecciones, sin mencionar las resoluciones a última hora de la Corte Suprema de Justicia, (sin condenar en mi análisis lo importante que es el hecho que el votante pueda identificar a sus elegidos).

3-          A la gente en general le interesa menos el qué hacer de la clase política. Si hay más o menos diputados de determinado partido, no es motivo para un descontento popular, mucho menos para salir a las calles a protestar y llenar el paseo general Escalón desde el redondel Masferrer hasta la Plaza de Las Américas, (jajaja), es imposible esa realidad, solo en la virtualidad de las redes sociales, por no dejar fuera de mi análisis a los troles y trolas.

4-          Y por último, a todas las personas (cuando digo a todas es al 100 % de las personas que consulté) de los que sirvieron de voluntarios en las JRV (juntas receptoras de votos), cuando les pregunté durante mis coberturas durante el escrutinio, ninguna de ellas, me externaron su intención de volver a ser voluntarios u otra figura que les llevara a semejante desgaste físico en pro de la democracia; ninguna.

Teniendo en cuenta estos parámetros les doy mis conclusiones:

A-  Hasta ahora que hay resultados se pueden hacer análisis serios de las elecciones.

B-  A los que hablan de fraude en forma anticipada, les recomiendo con todo cariño y respeto que se bajen de sus hamacas, de sus yates, de sus “four runners”, o de cualquier nube en donde vivan y escuchen a la gente común y corriente; no menosprecien la sabiduría popular, la gente no es una avestruz que esconde su cabeza solo porque ya no cree las hipótesis de los medios de comunicación tendenciosos; no crean que el pueblo es el mismo de hace veinte años, la historia tiene mucho que decirles, tanto, en las urnas como en sus voces, sino, veamos los resultados de los gobiernos municipales, son muy interesantes y aceptables.

C- Un poco más del cincuenta por ciento de la gente fue a votar, el resto no lo hizo. Eso es preocupante ya que la institucionalidad pierde cada vez sentido y la conclusión es la respuesta del porqué; porque la clase política no nos resuelve las problemáticas del día a día, que son: la inseguridad y el acceso a los servicios de transporte, educación  y salud (yo no lo digo sino las encuestas y sondeos de opinión).

D- Como última conclusión es importante tomar experiencia de lo sucedido para bien, no para mal y a partir de la verdad del porque se dilataron tanto los escrutinios, y lo que con ello desencadene producto de una investigación; hay que pensar en opciones electrónicas para futuras elecciones, no es sostenible el voto cruzado sin un sistema de voto automatizado; el sistema actual de conteo es inviable.

Esperemos entonces, al menos ya tenemos los resultados, ahora busquemos a los culpables de semejante bochorno, de seguro los habrán pero lo mejor es dejar que las instituciones funcionen y ser positivos en el futuro de nuestro país, sin dejar de ser críticos y responsables en lo que decimos, en lo que sentimos y principalmente en nuestras aspiraciones de construir un país que todos queremos; un pueblo en paz y reconciliado, o bien, seguir subiéndonos en esa misma rueda de caballitos donde analistas sacan su pluma y desde su carrusel nos ilustran como “iluminados” que son nuestro destino en una bola de cristal rota y remendada.









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