"La Verdad" es un buen punto de partida
Que les parece si empezamos por eso, “la verdad” como
principio básico de cualquier análisis, por la incertidumbre de los resultados
de las elecciones salvadoreñas 2015, ante tan larga espera.
Me preguntan varios amigos a través de las redes
sociales o mientras hago cola para pagar en el super, o en la parada de buses, –– ¿Max, qué pasó
en realidad en estas elecciones, porqué aun a quince días no hay resultados?
La primera respuesta que cualquier analista trasnochado haría es
fundamentar el rumor del fraude. Todo comunicador medianamente serio sabe que
ante la falta de información oficial lo que se genera es lo que comúnmente
conocemos en el vox populi como
“rumor”, esto es técnicamente el ruido de las comunicaciones.
El problema es que “la rumorología” no debería suceder durante los
escrutinios electorales y menos que se tarden tanto en dar a la luz los
resultados; no es normal también que el TSE tenga tan malos trabajadores o
servidores públicos en los puestos estratégicos, llámense comunicadores e informáticos.
Por los años de experiencia que tengo en el ambiente salvadoreño puedo
calificar varias situaciones:
1-
El TSE es un instituto que comprende, tanto su
dirección y sus empleados, que el rol fundamental que desempeñan por la paz
social es invaluable. Es decir, recordemos que una de las variables que
desencadenó la guerra a finales de la década de los 70 fue la falta fidelidad
del sistema electoral, nadie quiere repetir esa historia. Muy malo lo que
hacían los militares en esas épocas de “conciliación”; así que, como veo las
cosas no escucho en el interior de TSE voces de fraude, pero sí de
ineficiencia, producto de los compadrazgos a todo nivel, color y olor. Después
de todo, de qué nos quejamos si es la comidilla del pan nuestro de cada día, es
la cultura que todos vivimos en este pedazo de istmo, nada se mueve sin
influencias o sin favoritismos.
2-
Reconozcamos, en honor a la objetividad, que
después de quince elecciones, después de los acuerdos de paz estos fueron los
comicios técnicamente más complicados; voto por rostro y cruzado, tres
papeletas, y menos de un año entre las últimas elecciones, sin mencionar las
resoluciones a última hora de la Corte Suprema de Justicia, (sin condenar en mi
análisis lo importante que es el hecho que el votante pueda identificar a sus
elegidos).
3-
A la gente en general le interesa menos el qué
hacer de la clase política. Si hay más o menos diputados de determinado
partido, no es motivo para un descontento popular, mucho menos para salir a las
calles a protestar y llenar el paseo general Escalón desde el redondel
Masferrer hasta la Plaza de Las Américas, (jajaja), es imposible esa realidad,
solo en la virtualidad de las redes sociales, por no dejar fuera de mi análisis
a los troles y trolas.
4-
Y por último, a todas las personas (cuando
digo a todas es al 100 % de las personas que consulté) de los que sirvieron de
voluntarios en las JRV (juntas receptoras de votos), cuando les pregunté
durante mis coberturas durante el escrutinio, ninguna de ellas, me externaron
su intención de volver a ser voluntarios u otra figura que les llevara a
semejante desgaste físico en pro de la democracia; ninguna.
Teniendo en cuenta
estos parámetros les doy mis conclusiones:
A-
Hasta
ahora que hay resultados se pueden hacer análisis serios de las elecciones.
B-
A los que hablan de fraude en forma
anticipada, les recomiendo con todo cariño y respeto que se bajen de sus hamacas,
de sus yates, de sus “four runners”,
o de cualquier nube en donde vivan y escuchen a la gente común y corriente; no
menosprecien la sabiduría popular, la gente no es una avestruz que esconde su
cabeza solo porque ya no cree las hipótesis de los medios de comunicación
tendenciosos; no crean que el pueblo es el mismo de hace veinte años, la historia
tiene mucho que decirles, tanto, en las urnas como en sus voces, sino, veamos los
resultados de los gobiernos municipales, son muy interesantes y aceptables.
C-
Un poco más del cincuenta por ciento de la
gente fue a votar, el resto no lo hizo. Eso es preocupante ya que la
institucionalidad pierde cada vez sentido y la conclusión es la respuesta del
porqué; porque la clase política no nos resuelve las problemáticas del día a
día, que son: la inseguridad y el acceso a los servicios de transporte,
educación y salud (yo no lo digo sino las
encuestas y sondeos de opinión).
D-
Como última conclusión es importante tomar
experiencia de lo sucedido para bien, no para mal y a partir de la verdad del
porque se dilataron tanto los escrutinios, y lo que con ello desencadene
producto de una investigación; hay que pensar en
opciones electrónicas para futuras elecciones, no es sostenible el voto cruzado sin
un sistema de voto automatizado; el sistema actual de conteo es inviable.
Esperemos entonces, al menos ya tenemos los resultados, ahora busquemos
a los culpables de semejante bochorno, de seguro los habrán pero lo mejor es
dejar que las instituciones funcionen y ser positivos en el futuro de nuestro
país, sin dejar de ser críticos y responsables en lo que decimos, en lo que sentimos
y principalmente en nuestras aspiraciones de construir un país que todos
queremos; un pueblo en paz y reconciliado, o bien, seguir subiéndonos en esa
misma rueda de caballitos donde analistas sacan su pluma y desde su carrusel nos
ilustran como “iluminados” que son nuestro destino en una bola de cristal rota
y remendada.
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