1/9/14

Derecha Revolucionaria

Derecha Revolucionaria

Derecha revolucionaria con conciencia social, eso es lo que pregona mi amigo Payín Imendia quien se perfila a ser candidato no partidario a diputado para las elecciones del 2015.

La revolución, la conciencia social y otros valores ciudadanos incluyendo la organización, parecen ser patrimonio exclusivo de la clase política conocida como “izquierda”. En los convenios sociales establecidos la derecha (el partido ARENA) le declaró la guerra a las organizaciones estudiantiles, a las gremiales laborales, a los defensores del medio ambiente, a las feministas y a las organizaciones de diversidad de género, en pocas palabras a toda expresión que cuestionara su anterior “legitimo” rol de buenos administradores del Estado y la cosa pública.

Cuando se firmaron los acuerdos de paz, ARENA y la derecha salvadoreña vieron como irreal la posibilidad que los rebeldes ex guerrilleros “bajados de las montañas” les pudieran amenazar con arrebatarles el poder bajo el juego de las elecciones que ellos mismo establecían, es decir, la democracia del voto directo, el márquetin político, la propaganda y contrapropaganda, los colores, las cancioncitas pegajosas, las chicas con minifaldas, los discursillos de plazuela, las habilidades mediáticas, el dinero que mueve las campañas.

ARENA y la derecha salvadoreña que hasta el año 2009 estaban invictos fueron “noqueados” en su mismo juego o peor aún, continúan perdiendo sin levantar cabeza en su misma cancha, es decir, en el juego de la oferta y la demanda de votos. Actualmente el FMLN los supera en alianzas políticas, en capital y con mensajes más persuasivos al público. El que cuestione las afirmaciones anteriores me remito a leer la realidad política que vivimos, si la ve de otra forma es porque el dogma lo ciega y ante tal situación solo le queda rezar para que “diosito” lo salve de tal tribulación, o en el peor de los casos, convencerse a sí mismo que lleva bajo sus hombros la responsabilidad mesiánica de ser un contrarevolucionario, de esos que se visten como torguga ninja y salen a cazar toda injusticia que huela a comunista. (Suspiro).


Pero bien, volviendo al tema de la frase publicitaria de mi amigo Payín Imendia “derecha revolucionaria con conciencia social”. Recuerdo cuando conocí a Payín a mediados de la década de los 90, él era mi profesor de publicidad en la Universidad de El Salvador y siempre se identificó por ser una persona de derecha, mas sin embargo, era crítico del entonces gobierno de ARENA, cuestionaba las políticas del MOP (ministerio de obras públicas), criticaba la destrucción del medio ambiente y recuerdo que también cuestionaba al entonces diputado Norman Quijano. En esa época yo era del consejo ejecutivo de la AGEUS y columnista de Opinión Estudiantil, y nos sentábamos a dirimir nuestras diferencias con el profesor Payín imendia, mientras yo hablaba del Capital de Marx él me refutaba con el Capital de Piketty, y así nos gastábamos los litros de cerveza con bocas resecas de alas de pollo.

Nunca nos pusimos de acuerdo en el tema ideológico, pero en lo que si uníamos opiniones (además de pedir otra ronda) era en la necesidad de hacer más humana esta sociedad. Eso significa tener como valor ciudadano la “conciencia social”, pero no la conciencia social de darle comidita a la pobrecita hija del chofer o darle paso al ciego mientras intenta cruzar el imposible tráfico de la alameda. Hablábamos esas noches de bohemia de hacer cumplir el “Contrato Social” de Rousseau, que tanto empresarios, Estado, clase política y civil funcionaran alrededor del bienestar humano y fuese este su máxima inversión.

Pasaron quizás 15 años y actualmente nos reencontramos con Payín Imendia y nos une la academia, ambos somos escritores primerizos (novatos), él publicista y yo periodista, independientes y como siempre alejados de los dogmas y luego de dirimir algunos refrescos de cebada fermentada me pregunta qué pienso de la “derecha revolucionaria con conciencia social”, respondiéndole categóricamente, - Mi querido profesor, ese concepto podría ser el final del túnel para la derecha salvadoreña… y continuo explicándole. – Para hacer una revolución hay que empezar con reestructurarse internamente, pero ARENA no da muestra de ello por lo tanto eso de ser revolucionario no va con el partido de derecha. Y estuvimos de acuerdo en eso, si va a existir una recomposición de la derecha salvadoreña será fuera de las filas de ARENA, afirmando también con su cabeza y complementando dijo: - Debe ser fuera de los que han asaltado – secuestrado la conducción del partido. Refiriéndose al COENA (consejo ejecutivo nacionalista) cúpula del partido de derecha.

El otro punto que me expuso fue, el ser una derecha de conciencia social lo cual lo vi valido y coherente, la solidaridad no es un valor exclusivo de las clases políticas ni ideológicas, aun cuando los dogmas de la izquierda así lo crean como una característica humana exclusiva de ellos mismos.


Payín Imendia

Una derecha revolucionaria es irreal en términos prácticos, por ejemplo imagínense mis estimados lectores a los estudiantes de las universidades privadas tomarse sus campus en protesta por los excesos de los gobiernos de izquierda, o los empleados del Diario de Hoy formando un sindicato y promoviendo un paro de labores, más aun, que los señores de la ANEP y FUSADES los estuviesen apoyando. Sin duda faltan muchos años para que se den estas condiciones.

Lo que me gustaría concluir en este escrito es que los valores ciudadanos de la organización equivalen a prácticas que van mas allá del estamento de los partidos políticos, la polarización ideológica a la que nos han sometido es la principal ruina de nuestra sociedad sin dirección, aun con gobiernos de izquierda la conciencia social no está garantizada, tampoco los derechos laborales, ambientales, comerciales, culturales que nos brinda la carta magna, derechos que van más allá de la voluntad de nuestros partidos políticos, quienes parecen estar más interesados en otros proyectos que en los nacionales.

Por lo tanto una candidatura a diputado no partidario me parece saludable siempre y cuando rompa con los esquemas de hacer política ya que lo establecido no parece funcionar, y si publicitariamente don Payín llama a su cruzada “derecha revolucionaria con conciencia social” y si eso marca un punto de reflexión a una clase ciudadana que siempre le habían dicho a sus correligionarios que organizarse y protestar era pecado, pues está bien, ojala sirva el esfuerzo del profesor Imendia para un despertar necesario de una derecha retrasada.

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