El Salvador el país de la sonrisa
Todos reímos
en este paisito quizá por no llorar, al ver como se maltrecha la justicia, la
dignidad y la razón. Somos los contrastes turbulentos de la precipitación
de la política y la cosa pública. Acá es el lugar donde el asesino del santo Romero de las Américas es ícono y máximo ideario de uno de los principales partidos, acá
es el país donde los asesinos de nuestro mejor poeta gozan de libertad, incluso,
uno hasta dirigió una importante cartera del Estado, el otro anda de sinvergüenza
como asesor político internacional, tal vez la justicia transnacional lo enjuicie
algún día ya que la nuestra nunca brilla por sus aciertos, solo ocupa titulares
por sus ortodoxas formas de interpretar la palabra constitucional, así de esa
manera encarcelan mujeres por abortos espontáneos y los santos médicos hipocráticos dejan morir a
las pacientes al no aplicar un aborto terapéutico porque las susodichas leyes
no lo permiten, no obstante, el Estado y los gobiernos en turno permiten la
indigencia infantil como cosa normal y nos acostumbran a asumirlo como ver
correr el agua de los ríos, ríos que por cierto van contaminados no solo de
caca, sino, de desechos tóxicos y metales pesados, todo porque la supuesta regulación
se la pasan los corruptos burócratas por sus innobles arcos genitales. En el país de
la sonrisa las normalidades son tan amorales que el agua que debería ser un
bien común y garantizado se vende embotellada y quien no tenga para comprarla
no bebe agua limpia, mientras en otros lugares del mundo prohíben la venta de
botellas con agua acá las fomentan, ¿y por qué no? Si de eso también se cobran
y evaden impuestos. Las cosas increíbles son creíbles, y las ironías están a
flor de piel, la injusticia y el silencio es la factura que pagamos por una cena raquítica que
apenas comemos, de esa forma vemos que con tal de exonerar de pedofilia a un
ilustre magistrado nuestros personeros de la ley no dudan en dejar un triste precedente como promulgar que tocar en sus partes intimas a una niña no
es un delito grave, si no es a caso, uno menor. Estamos mal y los cara dura nos
siguen viendo el semblante de majes, hablo de esa clase de políticos servidores
de sí mismos, los que toleran entre sus filas a un borracho pistolero que
dispara contra una policía y queda en libertad, es más, aun legisla el muy desgraciado, campante y sonante
se muestra en público dando declaraciones a la presa como si fuese hombre decente,
cobrando su exorbitante suelto con coimas dietas y regalías cuando debería
estar preso, pero así somos en este país, a la sexta calle le llamamos décima,
mientras creemos en forma ciega en nuestros líderes y lideresas como vacas
sagradas que van haciendo averías a su paso sin que les recriminemos su torpe
andar, los socialistas y comunistas quienes lucharon por los pobres y las
desigualdades sociales ahora son empresarios defendiendo su derecho a ser ricos
ajustándose a las reglas del mercado, reglas torcidas donde la explotación descomedida
entre el hombre por el hombre es normal, o bien, el hombre sobre la mujer o la mujer sobre hombre. En fin, en este país donde reímos por no
llorar los héroes de la guerra y la paz son aclamados con pompa como reyes del narcotráfico y elegimos como
presidente al máximo trol de las redes sociales, todo por dejarnos arrinconar
en la peor de nuestras desesperaciones, quizá como estas palabras... un tanto
atropelladas.
EL LIBRO:
SEGUNDA ENTREGA: EL LIBRO EN AMÉRICA Y EL SALVADOR
TERCERA ENTREGA: EL LIBRO Y LA REVOLUCIÓN
CUARTA ENTREGA: EL LIBRO, LA GENERACIÓN COMPROMETIDA Y LOS LIBREROS
CUARTA ENTREGA: EL LIBRO, LA GENERACIÓN COMPROMETIDA Y LOS LIBREROS
QUINTA ENTREGA: EL LIBRO Y LAS EDITORIALES SALVADOREÑAS
OTROS ARTÍCULOS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario