Una prosa
bien versada
Llegó a mis
manos un escrito fantástico de palabras dulces y musicales. Una historia que se
lee fugaz en esa relación mágica del día a día, de la cotidianidad simple del
ser sublime.
El “Punto de
Fuga” de Alicia Digón (mi amiga argentina) nos lleva entre parpadeos a
realidades paralelas, unas amables y cosmopolitas, pero otras irreverentes y
exóticas, trastocadas quizá por una pluma diletante.
El uso de la
simbología por medio de los personajes, objetos y tiempos, sus determinaciones
y calificaciones, en su conjunto le da al libro una fuerza contundente a través
del argumento, haciendo de la metáfora un bocado exquisito hecho lectura.
Les comparto
este retazo de tan excelso uso de la palabra:
La vida es sueño
No se regresa del sueño de la noche ni de los pájaros.
No. Ni siquiera de una tarde de sol imaginando el mar entre los huecos
que hace la música con el aire de la casuarina de enfrente. No se regresa no ni
de los sollozos ni de las notas de un piano ni de los acordes adheridos al presentimiento.
Tampoco de las lluvias ni del desamor. No del abrupto despertar de medianoche.
Habla la Brasuca de ángeles desnudos que vienen a morder el alma en la sombra
de otra sombra. Un cuerpo sueño de otro sueño en la vigilia este manantial de
víboras rondando huyendo siempre a la misma hora agazapadas ahí no las
encuentro pero en mí reptan y beben. No se van nunca.
Ni siquiera en esta vigilia expectante del día digo lo que digo lloro lo
que lloro sueño que soy un sueño que vivo y muero que muero en cada pulsación
de esos espejos.
A lo largo de la narración, o mejor dicho, a cada página encuentro
puntos de fuga hacia espacios del imaginario, en el plano etéreo y al mismo
tiempo en la realidad que vivimos, en la exploración íntima de los claros, pero
a la vez, oscuros pasajes de la existencia misma.
El libro de Alicia Digón nos hace comprender que el vertiginoso suspiro
de la felicidad irredenta va acompañado de la angustia, del amor, de la pasión
y de la embriaguez tenue de un tinto afrutado.
En fin, no me queda más que felicitarte mi estimada amiga, esperando
pronto poder leer más de ti, bajo la sombra de la sombra, meciéndome suave en
mi hamaca al compas del viento tropical, leyendo sobre tus pasajes indiscretos,
riéndome de las letanías entretenidas de otro Archiduque, de la Brasuca, o
bien, de la Señora del Agujero.
EL LIBRO:
SEGUNDA ENTREGA: EL LIBRO EN AMÉRICA Y EL SALVADOR
TERCERA ENTREGA: EL LIBRO Y LA REVOLUCIÓN
CUARTA ENTREGA: EL LIBRO, LA GENERACIÓN COMPROMETIDA Y LOS LIBREROS
CUARTA ENTREGA: EL LIBRO, LA GENERACIÓN COMPROMETIDA Y LOS LIBREROS
QUINTA ENTREGA: EL LIBRO Y LAS EDITORIALES SALVADOREÑAS
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