El mundo no
será el mismo después del coronavirus, el año 2020 ya está marcado en la
historia como el día que una pandemia puso de rodillas a los sistemas sociales,
económicos y políticos establecidos.
Los valores de
la oferta y la demanda están seriamente cuestionados hoy en día; hace tres
meses era impensable hacer tal reflexión sin que se le tildara a uno de: paria,
loco o inadaptado.
La
fragilidad del bienestar humano es más vulnerable de lo que creíamos, gracias
al crecimiento de la especie y al mal uso de los recursos (naturales,
financieros y humanos).
Más que
opinar y tratar de convencer a alguien sobre lo que debemos hacer o no, aprovechemos
la cuarentena mundial para motivar la reflexión sobre qué queremos que hagan
nuestros políticos en el futuro mediato después de esta crisis.
¿Habrá más
pandemias o rebrotes? y ¿Cuáles serán nuestras prioridades?
¿Queremos
más autopistas y aeropuertos? o bien, más universidades que produzcan técnicos y
científicos, que marquen nuevas formas de llevar la vida.
¿Queremos
más cruceros y centros comerciales? o bien, el desarrollo de
nuevas formas de educación, trabajo y comercio a distancia.
¿Cuáles
serán las prerrogativas que les heredaremos a las nuevas generaciones? la
búsqueda de agua potable, la búsqueda de petróleo, el valor de los diamantes y
el oro; o bien, la amigabilidad con el medioambiente y el valor del bienestar de todas las personas por igual.
¿La humanidad debe someter a la naturaleza, o deberíamos convivir en mutua armonía con ella? Son interrogantes serias que el coronavirus nos fuerza a
reflexionar.
¿Nuestros
gobernantes nos están diciendo la verdad del origen del COVID 19, o nos están
reproduciendo una cínica mentira como otra forma más de dominación? Exigir esta
respuesta a nuestra clase política en el futuro cercano es básico.
¿Qué tanto
los patrones de conducta han sido alterados en los últimos 100
años para incentivar el consumo desmedido y llegar a la encrucijada en la que
está la humanidad hoy en día?
¿Seguirá la
cultura mass-media reproduciendo el
estilo de vida que hasta ahora llevamos? o le daremos otro significado al
dinero.
A 75 años
del fin de la segunda guerra mundial y de la instalación de las Naciones
Unidas, pienso que este orden mundial es caduco. Debemos de pensar en otro paso
evolutivo de la política internacional.
La
acumulación de títulos valores ha marcado hasta ahorita el rumbo del planeta, sin embargo, creo que nos deberíamos dar el tiempo de cuestionar: ¿a dónde nos llevará este rumbo?
Creo que el camino en el que vamos no nos garantiza el bienestar a las nuevas generaciones y tampoco nos dirige a la preservación de la especie, no obstante sé por simple lógica que corregir el rumbo hacia mejores escenarios sucederá en la medida que seamos más humanos y menos déspotas.
Creo que el camino en el que vamos no nos garantiza el bienestar a las nuevas generaciones y tampoco nos dirige a la preservación de la especie, no obstante sé por simple lógica que corregir el rumbo hacia mejores escenarios sucederá en la medida que seamos más humanos y menos déspotas.
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