12/10/18

Romero para las nuevas generaciones

Romero para las nuevas generaciones

A pesar de que era un niño de diez años recuerdo en forma vívida el día que mataron a Monseñor Romero, estaba junto a mi madre cuando llegó mi padre a contar la noticia, ella impactada se sentó y se llevó las manos a la cara en señal de angustia. Luego con los años supe que la historia se alteró de un antes y un después del magnicidio de óscar Arnulfo Romero.

¿Cuál fue el significado inmediato? La guerra civil abierta se declaró, porque si asesinaron al Arzobispo de San Salvador por denunciar los niveles de violencia e injusticia, entonces el mensaje fue que podían matar a cualquiera, la muerte de Monseñor significó la extinción de la vía diplomática para la solución del descontento social.

Después me acuerdo que veía por televisión el sepelio de Monseñor Romero que sucedía en la Plaza Gerardo Barrios, y pasó lo que todos ya sabemos, empezaron a disparar contra la gente y hubieron unos que ya estaban armados y se defendieron; las personas se desbordaron y entre el tumulto hubieron muertos, unos de bala y otros atropellados por el tropel. Recuerdo bien la montaña de zapatos que luego hicieron de todo el calzado que la gente dejó al huir despavoridos.

Pero a casi cuarenta años de esos acontecimientos ¿Qué le debemos decir ahora a las nuevas generaciones? ¿Cómo debemos asumir la historia? o bien, la pregunta más importante sería: ¿Cuál es el significado de la figura del ahora San Óscar Romero para la cultura global?

Les comparto entonces lo que le cuento a mi hijo, quien tiene casi la misma edad de la que yo tenía cuando supe la fatídica noticia de la muerte de Monseñor Romero.

A dos mil años después del martirio del nazareno el legado espiritual cristiano es más importante que la condena de quienes lo llevaron a la cruz, o las circunstancias políticas de ese momento entre judíos y romanos; no nos inculcan a odiar a Poncio Pilatos, ni a Caifás o a Barrabás, tampoco el culto se centra en el desprecio a Judas Iscariote, sino mas bien, la enseñanza de Jesús es que ofrendó su humanidad para que aprendiéramos a perdonar, porque si él lo hizo con sus captores porqué no nosotros con nuestro prójimo, la enseñanza es que la venganza y el odio no debe ser el patrón de conducta del futuro.

De igual forma el legado de Romero es que debemos aprender a escuchar a quienes son excluidos, dándole voz a los sin voz. El legado de Romero a nuestra cultura es la solidaridad con la gente pobre y con los menos afortunados. Su enseñanza es que debemos procurar un futuro más igualitario entre las personas.


Por eso fue asesinado, porque en su momento lo tildaron de comunista y subversivo, pero ¿Cómo no alzar la voz ante un orden injusto?

En cuanto a sus asesinos le digo a mi hijo: “Todos sabemos quienes fueron y ellos tienen que cargar con esa culpa, y sé que eso no es cosa fácil; la gente los ve y los saluda por educación o por política, sabiendo que la peor condena es la de sus mismas conciencias”.

Entonces le reitero a mi crío: “San Óscar Romero no es santo porque la iglesia lo canonice, Romero es santo porque resucita una y otra vez en la conducta de solidaridad de cada quien, su verdadero misterio y milagro es que dejemos de una vez por todas la cultura de la exclusión y procuremos ser más fraternos con el prójimo”.



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