2/4/14

Carta Abierta al Profesor Salvador Sánchez Cerén

Estimado profesor
Texto y fotos: Max Herrador

Antes que nada quiero felicitarlo por ganar estas elecciones presidenciales. Si alguien ha luchado por el sillón ejecutivo es usted. Quizás más de cuarenta años batallando en condiciones adversas, desde lidiar como un sindicalista magisterial en ANDES 21 de junio, pasando a la clandestinidad con la FPL (Fuerza de Liberación Popular), siendo guerrillero en las montañas de Chalatenango, luego político en el escenario de los acuerdos de paz, diputado, vicepresidente, ministro de educación y ahora le toca conducir las riendas del país como presidente constitucional.


No dudo de su trayectoria ni de su amor al país, pero ahora enfrentará la realidad tal cual es y la primera verdad es que ganó con un porcentaje de 50.11 en segunda vuelta eso es técnicamente nada (0.22 % sobre su contendiente), por lo tanto el tal gane del FMLN es risorio en términos reales, aunque la formalidad lo lleve a ser presidente y comandante general de la fuerza armada.

Mi estimado profesor es probablemente la culminación de la revolución salvadoreña, la izquierda en el poder sin alianzas partidarias, sin los amigos de Mauricio Funes y derrotando a sus enemigos ideológicos neo-liberales en su mismo juego, en el mercadeo de votos.

El gobierno de transición pasó y ahora veremos si hay otro modelo que funcione en El Salvador o seguiremos con lo mismo, será usted un reformista, o bien, socialista salvadoreño o capitalismo humanista, parece que aun los ideólogos de izquierda no se ponen de acurdo, todo dependerá de usted.

Lo que sí sé es que toma las riendas del país en una situación difícil lo cual causa preocupación, económicamente El Salvador no despega lo suficiente para mantener los programas sociales y la situación de la seguridad ciudadana aun no muestra su rostro más oscuro. Estos problemas no pueden ser resueltos con la mitad de los salvadoreños y la unidad nacional es el principal mensaje que debe emitir, poco a poco cuando la gente vea que su gobierno y sus políticas no son las represivas como las venezolanas y cubanas, entonces irá dando pasos hacia la concertación.

No intente destruir a la derecha, es más, la necesita. No camine por la tangente y no siga los consejos de radicales, escuche a su pueblo que le habló en las urnas que le pidió conciliación y respeto, no guerra.


En sus primeros discursos como presidente electo llama a la gobernabilidad y la unidad, hace una invitación a la oposición a construir un plan de nación, aunque estos no acepten continúe en este llamamiento, incluso, desde mi posición como ciudadano común y corriente le pido que invite a un gabinete compartido como hizo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hace dos años, el cual le dio a su gobierno el apoyo popular para salir adelante ante amenazas externas, ya sé, diferentes condiciones a nivel ideológico pero similares en esencia y en espíritu a las que vivimos los salvadoreños, amenazas de convertirnos en un narco-Estado, amenazas de territorialidad con los vecinos hondureños, en fin, como me gustaría creer que sus discursos de una amplia unión nacional vallan mas allá que del diente al labio.

El Salvador está culminando un ciclo social y político que se llama post guerra, usted lo sabe y no necesita que se lo diga, así que estará de acuerdo con la afirmación de que de nada sirve la consumación de la revolución salvadoreña sino inicia inmediatamente una nueva revolución de carácter cultural donde el pensamiento sea libre de una forma tal que superemos los viejos paradigmas ideológicos como las ideas raras de la dictadura del proletariado, por otro lado las tonterías de respetar las fuerzas del mercado sin aplicar ningún tipo de regulaciones para no dar un "mal mensaje" a los inversionistas. Otro pensamiento a superar es que los pobres siempre existirán y los ricos siempre tenderán a gobernar.


Debemos entonces caminar hacia una cultura donde la organización sea la forma de solucionar los problemas, libre sindicalización en todas las empresas para el respeto de los trabajadores, educación universal para capacitar y cualificar al ciudadano creando ejércitos de exportadores y no mas fugas de cerebros. Le pregunto, ¿Será usted igual que Mauricio Funes que llegó a la Universidad de El Salvador a pedir el voto de más de 70 mil miembros de la comunidad universitaria a cambio de promesas de mejorar el presupuesto de la institución y no lo cumplió?

Mi estimado profesor la cultura y la educación es la piedra angular del desarrollo para el país en este momento, por eso es atinado ese esfuerzo de crear un nuevo ministerio para ello; sin embargo, que no sirva para engrosar mas las planillas del gobierno con sus correligionarios, eso se verá mal, recuerde los salvadoreños no somos tontos, la “meritocrácia” de que tanto se habló hace cinco años no fue cierta.

A lo largo de estos últimos 25 años no recuerdo ningún presidente que haya respetado a su familia, siendo la primera institución de la sociedad, por favor se lo suplico no de ese mal ejemplo de estos cinco presidentes anteriores, si algo necesitamos son valores morales y éticos, eso empieza con el reflejo de casa presidencial. No se deje embobecer del poder y no pierda el respeto que siempre ha tenido a su esposa, hijas e hijo. 


Y para finalizar he observado que los cinco años de ejercicio siempre desgastan físicamente a los mandatarios en forma notoria, el estrés de gobernar este país ha de ser grande con todos los retos que implica, cuide su salud sobre todo (teniendo en cuenta que usted es una persona mayor sus padecimientos podrían hacerse graves), por eso tiene que saber delegar y tomar decisiones sabias desde un principio, recuerde que una cosa es obtener el poder y otra es gobernar, son elementos diferentes y por lo tanto piezas distintas las que debe usar.