5/3/14

Cruzando Selva Virgen

Cómo inició la historia de El Ajillo

Todo empezó el sábado 1º de marzo de 2014, cuando dos montañistas partimos desde la frontera de Anguiatú a menos de 10 Km de Metapán (al nor-occidente del departamento de Santa Ana), iniciando la camita desde el punto fronterizo, planeamos subir el Pico de Montecristo, pero no por la ruta normal que todos conocen que es desde el parque nacional con el mismo nombre, sino, por la ruta del Cerro “El Brujo”.


CROQUIS DE LA ZONA

Una vez alcanzado este punto a un día de camino continuamos la travesía entre ambos cerros sobre el macizo montañoso, esto implica cruzar un bosque nebuloso “virgen”, arriba de los 2000 MSNM, caminata que tiene una duración de 6 a 8 horas; sin embargo, nuestra sorpresa fue ver el bosque nebuloso deteriorado, es decir, el follaje alto característico de este tipo de bosque se conoce como: dosel arbóreo, que impide que la luz del sol descienda en forma directa a las plantas bajas, impidiéndoles crecer de una forma abundante, esto permite a los montañistas que puedan caminar sin mayor dificultad aun cuando no exista camino.

No sé lo que pasó... lo que sí les puedo contar es que algo extraño sucedió, llegábamos al mismo lugar una y otra vez, como si camináramos en círculo, en los mas de veinte años de ser montañista y explorador nunca me había sucedido cosa alguna. La brujula estaba desorientada, a veces marcaba una dirección y a los pocos segundos marcaba otra. El día transcurrió y no encontramos la salida. 

Un montañista en este tipo de situación debe de buscar como sea el punto más alto para tratar de ubicarse desde la altura, o bien, es la forma más certera de pedir auxilio ya que desde esos puntos las señales de teléfonos pueden ser recibidas. Al final lo logramos, llegamos a una cima que no tenía árboles pero por la hora que ascendimos la visibilidad era nula; sin embargo, establecimos contacto con la Cruz Roja, específicamente con el equipo de rescate en montaña de esta institución para ponerlos a tanto de nuestra situación. Decidimos acampar allí contiguo a un nido de zopilotes que se nos quedaban viendo de reojo.

Al fondo el Pico de Montecristo rumbo norte, foto en la madrugada del martes 3 de marzo de 2014, tomada desde el cerro Miramundo donde había un nido de Zopilotes.

En la mañana el cielo estaba despejado y pudimos hacer una mejor evaluación, y tomamos la opción de continuar buscando el Pico de Montecristo e internarnos aun más en la montaña, caminando sobre las complejas crestas de la sierra, pero alcanzar la cima implicaba retomar la ruta extraviada del día abterior y subir a las inequívocas antenas características del famoso Trifinio o Montecristo, donde están los caminos de automotores y acceso a posibles rescates.

Nos comunicamos con los equipos de emergencia e informamos nuestra decisión fue así que ellos salieron a nuestro encuentro en una forma certera. El problema radicaba que al tercer día de habernos internado en esta ruta nuestra provisiones se estaban agotando, en especial el agua, teníamos que hacer esta caminata con un cuarto de litro para dos personas, no teníamos margen de error si nos desviamos rumbo a Guatemala implicaba un escenario fatal.

Dejamos la cima del nido del zopilote (Miramundo) y caminamos hacia Montecristo, con gran esfuerzo retomamos la ruta del paso que une El Cerro El Brujo y Montecristo, y sin mayor dificultad llegamos al medio día a este último donde fuimos encontrados, auxiliados, rescatados por las personas que nos buscaban, estábamos presentando signos de deshidratación, a un nivel de media a severa.

El Ajillo, la planta que pierde.

Siempre había escuchado el mito que mencionan las abuelitas que dice: que el caminante que se adentra al bosque profundo y patea este bejuco se pierde y no encuentra la ruta, dando vueltas y vueltas en el mismo lugar. Aun cuando el montañista sea experimentado el extravió es inminente. 

Al final cuando hablamos con un guardaparques de la zona me dijo que a él le había sucedido lo mismo y fue por haber pisado El Ajillo la planta que pierde y aturde los sentidos. Fue así que me cautivó este mito e hice la respectiva investigación antropológica y botánica, produciendo al final el cuento mitologico de "El Ajillo".

Nunca nos imaginamos que tantas personas e instituciones se movilizarían a nuestro auxilio lo que me hace pensar que este no es un país subdesarrollado como a veces nos quieren hacer pensar. Incluso, un helicóptero sobrevoló la zona. El nivel de reacción de las instituciones tanto de Metapán como a nivel central fue excelente, más allá de las expectativas, por lo que agradecemos tanto su servidor como Roberto Mario Ramírez a los siguientes organismos.

Cruz Roja.
Policía Nacional Civil.
Cuerpo de Bomberos.
Guarda Parques pertenecientes al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Ministerio del Interior.
Ministerio de Salud.
Alcaldía de Metapán.