7/1/22

Filtraciones

 Filtraciones

Muchos me preguntan, ¿cuándo es válido filtrar información a un periodista?, acá un acercamiento sobre este delicado asunto.

Hace unos meses estaba sentado solitario en la barra del bar del barrio, y con una pinta de cerveza en la mano me abordó un ex compañero de la facultad de mi época de estudiante de periodismo, me comentó que (al menos en ese momento) él estaba trabajando como parte del equipo de comunicación de un socialité de la política salvadoreña, uno de esos influencers de la opinión pública favorable al gobierno en turno.

Me contó que ese fulano jefe de él me tenía entre ceja y ceja, preguntándole varias veces para quién trabajo, y, a qué intereses correspondía mi lealtad.

Mientras me hablaba de eso y otros temas hice lo que mejor sé hacer, mostrarme estoico y atento a la plática, agregando mi viejo amigo que al susodicho influencers le resultaba inaudita esa idea de que fuera independiente, a final de sus comentarios le dije:

Bueno… nunca he querido ser monedita de oro para caerle bien a medio mundo, además no está en mis planes que alguien vote por mí  reímos entonces los dos al compás de un choque de vasos.   

Luego de un corto silencio me dijo ya en un tono serio:

Si te contará todo lo que veo y oigo en este trabajo te quedaras con la boca abierta de la impunidad mediática que hay, y de igual forma de los niveles de censura que se nos vienen, ni a los mismos altos funcionarios les permiten dar entrevistas, solamente estos tipos que son “expertos analistas” pueden dar declaraciones a la prensa, cuando en realidad vos y yo sabemos que para lo sí son expertos éstos es para la contrainsurgencia y la manipulación de masas.

Continuó diciéndome mi excompañero entre otras cosas que en ese trabajo lo habían hecho firmar un contrato de confidencialidad con consecuencias penales, por lo tanto, me explicaba que era mejor que dejáramos el tema ahí porque sabe que yo suelo escribir en este blog, el cual es monitoreado por ellos mismos.

No entiendo por qué  le dije si nadie me lee  y volvimos a reír.

De nuevo otra vez serios le expliqué que en materia de derecho existe el principio que ningún contrato o acuerdo notarial está sobre las leyes establecidas del país, dándole el ejemplo que ninguna organización, dependencia de Estado o empresa puede obligar a alguien a hacer un ilícito o acto amoral.

―¿Cómo así?  me preguntó.

―Bueno, imagínate que te obliguen a guardar silencio ante una violación de una mujer, o menor de edad, o ante un hurto, o coima. Cuando la ley es explicita a que estás obligado a denunciar y a atestiguar sobre tal abuso… lo mismo sucede con el derecho a la información, el principio legal dice que la información pública es de la gente no de un gobierno, partido y mucho menos de un fulano político.

―¿Cómo sabes todas esas interpretaciones de la ley?

En la cátedra de “Derecho a la Información”  ―le repliqué.

Naaa… eso no recuerdo que me lo explicaran en clase.

Bueno para serte sincero me lo explicó don Armando Bukele cuando nos daba escuela política en mi época de dirigente estudiantil allá en al UES.

Guardó un profundo silencio mi ex compañero, oyéndose nada más el jolgorio de la noche, al rato de estar así levantó la mano llamando al mesero para pedir más cerveza, se me quedó viendo y dijo:

Voy al baño, ya vengo y te cuento un par de cosas, pero no vayas a publicar mi nombre.

maxherrador.com

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